A menos de 24 horas de haber tomado posesión como el nuevo presidente de la Federación Mexicana de Golf, el yucateco Jorge Robleda Moguel platica con Par 7, dándonos a conocer su proyecto para el trienio 2014-2017, mediante el cual espera restañar las finanzas de la institución y, a partir de allí, llevarla a grandes alturas. En la primera parte, publicada la semana pasada. Comenzaremos con la segunda parte de su respuesta a la pregunta: «¿Cómo encuentras a la Federación?»
»La Federación cuenta con muy valiosos recursos humanos —cuyo valor apreciamos— pero las conminaremos a dar más por la institución. Haremos trabajar mucho más al Coach Nacional Santiago Casado, quien tendrá que visitar la provincia, habrá más cursos de Reglas, Ana Luisa (Hernández Acosta) desarrollará más trabajo en la calificación de campos y, en fin, así será con cada área de la FMG.
»Estamos tomando ya medidas necesarias para cubrir deficiencias que hay dentro de la Federación que, en mi punto de vista, no son insalvables, pero bastará con que todos entiendan que la escoba nueva barre bien. En concreto, yo tengo una visión de las cosas y estas se llevarán a cabo con el apoyo de todos. Hay una buena disposición, unidad, paz y tranquilidad y eso será benéfico para el golf.»
Mi entrevistado muestra una convicción que luce irrenunciable, pero también está lleno de una energía que se contagia, y que será un gran aliciente cuando el equipo de la FMG comience a vivir los cambios que promueve. Sus respuestas siguen cubriendo tópicos de preguntas no formuladas aún, así que sigo improvisando cambios al cuestionario. Le inquiero sobre cuál es el ingrediente principal para iniciar el despegue de la nueva administración. «Necesitamos recursos, Fernando —me dice sobreponiendo sus palabras a las mías—. Sin recursos no podemos hacer cosas. Pero aclaro que no estoy preocupado, porque los parámetros nos indican que este año se han inscrito más jugadores de golf en todos los segmentos, que en años anteriores. No sé si sea por el efecto Trump o algún otro, pero el caso es que aun sin una economía boyante tenemos una mayor cantidad de golfistas. Eso quiere decir que algo se está haciendo bien. Reitero, las cosas van bien, pero van a mejorar.
»Conformé un buen equipo de trabajo, tuve bastante libertad para escogerlo; si bien es cierto que muchos pertenecen a clubes importantes, pude escoger a quienes quería que vinieran conmigo. Habrás visto que hay tres o cuatro miembros que no son expertos en golf, pero son promotores. También elegí a algunos presidentes en funciones de clubes al Consejo Directivo, con el fin de crear un Comité de Apoyo a clubes del interior del país, que será dirigido por Evaristo Pérez Blanco, del Club de Golf La Hacienda. Este Comité buscará apoyar a clubes del interior en la adquisición de insumos y otras compras masivas de implementos para sus campos, aprovechando el mayor conocimiento del tema que se tiene en el Valle de México.»
Desde su discurso en la Asamblea del día anterior, Robleda mencionó su apoyo irrestricto a las nuevas generaciones, lo que me hizo simplemente cuestionarlo acerca de si habría planes de apoyo para los golfistas adultos. Esto me respondió: «Algunas cosas se me escaparon ayer, como consecuencia de no apoyarme en un escrito, pero era mi intención comentarle a Jorge Yáñez, presidente de la agrupación Sénior que, por primera vez, al menos desde que formo parte de la institución, lo dotaríamos de un presupuesto para su Asociación. Debo decirte que esta decisión derivó de la gran emoción que percibí en meses pasados, al visitar sedes del Interclubes Sénior del Valle de México, donde los clubes dan todo por ganar, bajo un gran ambiente. Es una buena razón para apoyar al golf Sénior.
»Ya estamos dando los primeros pasos para ofrecer este tipo de apoyos y, próximamente, se jugarán en Campeche, el Campeonato Nacional de Aficionados y los Torneos Interclubes, tanto de Damas como de Caballeros. Estos tres torneos ya cuentan con fondos del gobierno de Campeche y de un par de empresarios del sureste. Como verás, con apoyos a estos importantes sectores, los números de la Federación empezarán a negrear y dejarán de ser rojos.»
No puede faltar la pregunta obligada a los presidentes entrantes de esta institución, así que le pido que me describa cómo le gustaría dejar a la Federación el día que entregue la presidencia. Su pragmatismo se apodera de él y no deja fluir a la imaginación. «Lo único que veo por ahora es mucho trabajo en todos los frentes —me responde—. Como todo, hay veinte cosas por hacer y es probable que yo solo pueda hacer diez, pero, entre ellas, hay tres o cuatro programas que quiero sacar. Sin embargo, conociendo mi forma de actuar —yo soy un disco de 78 rpm y habrá algunos de 33 rpm que se quedarán rezagados—, he traído gente de mi equipo para que apoye a la plantilla de la Federación; en mi oficina se van a manejar muchas cosas, pues ya están acostumbrados a este ritmo de trabajo y conseguiremos, sin duda, una mejor operatividad.
»Lo más importante es aprovechar el entusiasmo que hay ahorita. No hay que dejar que se muera, hay que ver que todos participen. Entiendo que el presidente es punta de lanza, pero tengo que arrastrar.
»Eso sí, te quiero decir, y no tengo problema si lo publicas: Consejero que no asista, se va a ir. Pueden surgir circunstancias impredecibles, como un cambio de ciudad, problemas en los negocios, un cambio de matrimonio —bromea con una amplia sonrisa—, en fin, cosas que pueden impedir una adecuada labor; lo que no podemos es arrastrar la carga de una ausencia durante dos años, dejando acéfala un área de la institución. Debemos pedirle su renuncia y evitar muchos meses de inoperatividad. Sin duda, encontraremos al sustituto adecuado.
»Esto es importante: ya no habrá áreas unipersonales. Cada Comité quedará integrado por su presidente y un equipo de tres miembros propuestos por el propio presidente, pero autorizados por el Consejo. De esta forma, si el líder flaquea, otros podrán hacerse cargo de su responsabilidad. Adicionalmente, esto nos garantizará una más amplia participación.»
Le comento que su propuesta me parece una gran idea, ya que podría resolver muchos de los típicos problemas de un Consejo Directivo. Por supuesto, podrían seguir surgiendo preguntas, pero ni el espacio para publicarlas, ni el tiempo disponible son pródigos con el proyecto, así que llega la última sugerencia de rigor: «Para finalizar —le preguntó—, ¿qué mensaje les darías a los golfistas afiliados de este país?» «Que tengan confianza en que se van a hacer bien las cosas—me responde enfáticamente—. Que sepan que voy a poner mi mayor esfuerzo, que tengo la capacidad para desempeñar el puesto, y que debemos comenzar en el piso para no caer en proyectos irrealizables. Como he insistido, lo primero es conseguir recursos para que podamos operar. También asegurarles que, aun viviendo en Mérida, estaré más presente que muchos presidentes que han residido en la Ciudad de México. Hoy las comunicaciones son mucho más sencillas y eficientes. A veces, hago menos tiempo de Mérida a la Federación, que lo que algunos hacen desde Cd. Satélite. Adicionalmente, contamos ya con el patrocinio de líneas aéreas, que permitirán estos traslados sin gastar en boletos de avión. Además, tengo una casa a dos cuadras de la Federación y vendré todas las semanas que tenga que venir. En las que no, seguiré desde mi trinchera trabajando para el golf de México.
»Debemos aprovechar esta gran unión y este hermoso amanecer del golf nacional».
Al momento de levantarnos, le agradezco su tiempo y disposición. Caminamos juntos de regreso a la palapa donde desayunamos y donde lo esperan amigos, nuevos y viejos Consejeros, familiares y parece querer atenderlos a todos.
Ante tal impulso, yo solo pediría que, por el bien del golf, Jorge Robleda no se canse, no se frustre por los inevitables descalabros en los proyectos, que mantenga esa sinergia y, como el mismo dice, que pueda con su optimismo arrastrar a quienes definen en cada rincón del país, los destinos del golf mexicano.
ra vez. Ésa es, precisamente, la función que yo sé desempeñar. Para ello, es fundamental que recuperemos nuestros espacios en los medios, porque solo así recuperaremos a nuestros patrocinadores.
»Por lo pronto, tendremos un respiro con el apoyo de la CONADE; en las últimas seis semanas he tenido el privilegio de jugar en dos ocasiones con el Presidente de la República; el señor es golfista y apoyará a nuestro deporte. El primer paso ya se dio, hay 20 millones de pesos de CONADE para el golf profesional. Eso viene de la plática que tuve con él hace mes y medio y, la próxima semana, tendré una cita con personas de su equipo. Yo desde el principio le dije: “Señor, lo mío es el golf infantil y juvenil. Necesitamos recursos para que tengamos una mayor exposición de nuestros mejores jugadores infantiles.”»
fdebuen@par7.mx
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