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Las Reglas se imponen de nuevo en un major

Fernando de Buen



Debe ser muy triste para una jugadora como So Yeon Ryu ganar un torneo de grand slam, solo para enterarse que fuera de su país la noticia principal no es su triunfo, sino la derrota de una estadounidense —en este caso, Lexi Thompson—, quien fue castigada con cuatro golpes por una sucesión de faltas el día anterior, pero fue avisada cuando faltaban solo seis hoyos de la ronda final y tenía una ventaja de dos golpes sobre su más cercana perseguidora.

En síntesis, durante la ronda del sábado del Ana Inspiration, Thompson marcó su bola en el hoyo 17 y la recolocó en un punto visiblemente diferente al que ocupaba cuando la levantó. Aparentemente, nadie notó la falta y fue el domingo, cuando un televidente envió un correo a dos oficiales de reglas, sugiriéndoles que revisaran la jugada. Los jueces así lo hicieron y le aplicaron cuatro golpes de castigo a Lexi, dos por tirar de un lugar equivocado y dos más por no sumar el castigo en su tarjeta de score (nuestro experto en Reglas, Fernando Martínez Uribe trata el tema con precisión y detalle en su sección).

El problema de Lexi Thompson —la carismática y bella rubia que prácticamente ha suplido a Paula Creamer como la jugadora más popular de los Estados Unidos—, no se trató de la simple aplicación del reglamento, pues cabe aclarar que los oficiales actuaron en forma correcta y tan rápido como les fue posible, aunque haya sido un día tarde. Fue, en cambio, el reflejo de la desilusión de una afición frustrada de un país que simplemente ya no soporta ver cómo las jugadoras de Corea del Sur les arrebatan casi permanentemente el triunfo a las suyas en los torneos del LPGA Tour.

Pude ver a través de Twitter un sin número de reacciones durante los hoyos finales del campeonato, que incluyeron a Tiger Woods, Zach Johnson, Justin Thomas o las de jugadoras como Morgan Pressel, Brittany Lincicome o la veterana Natalie Gulbis. Todos coincidiendo en que no se debería permitir a un televidente declarar una posible infracción a las reglas, y que lo sucedido a Thompson es una injusticia.
Tal parece que los paisanos de la afectada están desesperados por la situación del golf femenil profesional en su país. Al emitir su opinión —emulando las torpes opiniones y el mismo canal que utiliza quien hoy radica en la Casa Blanca—, los golfistas olvidaron lo esencial: Lexi Thompson cometió una clara infracción a una regla de golf y, por no declararla, cometió otra con una penalidad similar. Ya puedo imaginar cuál habría sido la reacción de quienes hoy la defienden, si la hubiesen perdonado por la misma falta, impidiéndoles su propio triunfo.

Ahora bien, ¿qué habría pasado si en lugar de una recolocación equivocada de la bola, ganando acaso unos cuantos milímetros hacia una posición más conveniente, un jugador hubiese sido visto levantando su bola con la mano y aventándola a una mejor posición, o simplemente pateándola para alejarla de un sitio inadecuado? ¿Sus colegas de profesión lo habrían defendido como defendieron a Lexi? Seguramente no y habrían propuesto construir un monumento al televidente anónimo, y organizar un aquelarre para quemar al infractor en una noche de brujas.

El video muestra claramente un procedimiento que amerita castigo y me cuesta mucho trabajo imaginar que una profesional del LPGA Tour no haya notado tal equivocación, aunque haya declarado los cuatro vientos que no estaba consciente de lo sucedido el día anterior. No puedo evitar preguntarme: ¿Por qué será que todos estos errores involuntarios siempre resultan en una posición que favorece a quien los cometió? Difícil no desafiar a la inocencia.

El único tuit inteligente que pude leer al respecto, fue del inglés Lee Westwood (@WestwoodLee), quien escribió: «Sabes, toda esta confusión de reglas pudo haberse evitado si Lexi hubiera dominado el arte de marcar y reemplazar la bola en el mismo punto.» Sin duda alguna, el británico tiene toda la razón.

Cosas muy positivas surgieron de este penosísimo asunto: la primera, que Lexi Thompson es una profesional extraordinaria con un corazón inmenso y que, si hubiese una sola jugadora en dicho país con la capacidad y mentalidad de pelearle a las coreanas, es precisamente ella. Su comportamiento fue ejemplar; la segunda, que nuevamente queda claro que las reglas de golf están allí para ser respetadas, y que debe importar muy poco cómo se descubra que son quebrantadas, pues a toda falta debe corresponder un castigo. Finalmente, los cambios radicales a este código están en proceso de revisión, y todas estas experiencias son de gran utilidad para buscar soluciones más justas, equitativas y claras que sean incluidas el 1° de enero de 2019.

El Masters
Inicia el primer grande del año. Sin Arnold Palmer entre los abridores honorarios y sin Tiger Woods en el field, pero con la emoción garantizada de que veremos un increíble torneo.

fdebuen@par7.mx


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