Nuestro golf profesional, nuestra realidad

Fernando de Buen

Rodolfo Cazaubón.

El golf mexicano vive en un mosaico de contrastes. Hace apenas unos años veíamos en Lorena Ochoa a la forjadora de esperanzas en la construcción de una generación de golfistas mexicanas que seguirían su ejemplo y, ¿por qué no?, que entre ellas encontraríamos a una nueva ganadora en el LPGA Tour. Los varones hemos tenido en Esteban Toledo a un ejemplo de pundonor incomparable que, si bien en su paso por el PGA Tour no consiguió victorias, ahora como miembro del Champions Tour lleva dos y podrían ser muchas más en su carrera.

Ya han pasado años desde ese encantador boom que trajo torneos profesionales a México y nos permitió ver a grandes golfistas, pero ahora tendríamos que preguntarnos si después de todo ese lapso en jauja: ¿está evolucionando nuestro golf?

Yo diría que definitivamente sí, pero mientras las damas están urgidas de sangre nueva y solo destacan algunas individualidades, entre los varones se consolidan valores que pueden dar el salto cuántico hacia las máximas giras profesionales.

Como ejemplo de los claroscuros de esta situación, veamos los resultados de nuestras profesionales en la reciente segunda etapa de la Q-School de la LPGA, donde de un total de cinco jugadoras que participaron, solo Margarita Ramos, con 2 sobre par, alcanzó un lugar por la vía de la calificación a la tercera y definitiva. Entre las 89 golfistas que con ella calificaron al último escalón, no figuraron las otras cuatro, quienes se quedaron a 2, 8, 14 y 17 golpes del corte (+6), tras las cuatro rondas (nombres y detalles en la sección Approach).

Aparte de Margarita, Alejandra Llaneza —lugar 15 en el Symetra Tour— y Sophia Sheridan, —por haber pertenecido al LPGA Tour— estarán presentes en la etapa final, a principios de  diciembre en La Florida.

¿Alguna esperanza de ver a mexicanas en este Tour en 2014? Francamente muy pocas. Margarita y Alejandra son jóvenes, aunque podrían dar el muy sorpresivo salto; Sophia, por su parte, es mejor que las restantes, pero sus intereses parecen estar más enfocados en su familia que en el golf profesional.

Las demás seguirán participando por algunos años en el Symetra Tour —gira de ascenso— y, con algo de suerte, alguna podría conseguir un estatus limitado en la gira grande. ¿O acaso el lugar 89 de Lili Álvarez en la lista de ingresos de 2013 es esperanzador para llegar al máximo circuito?, ¿o el 121 de Marcela León?, ¿o el 135 de Tanya Dergal? Con el perdón de mis queridas amigas —todas ellas jóvenes excepcionales y luchonas—, no nos dejan imaginar en ellas una historia de éxito en el futuro próximo.

En el golf amateur brillan con luz propia algunas jóvenes que, de seguir como  hasta ahora, nos dejarán abrigar nuevas esperanzas, como Marijosse Navarro o Gabriela López, entre otras. Dejémoslas evolucionar y nos demostrarán de qué están hechas cuando ingresen al profesionalismo.

En los hombres parece haber una situación diferente, pues la mezcla entre veteranos, jóvenes experimentados y nuevos valores, suena mucho más prometedora que su contraparte femenil. Tenemos en el primer grupo al Camarón, José de Jesús Rodríguez —el mejor golfista mexicano de la actualidad— quien ya ganó la Orden al Mérito en Canadá y hoy domina el PGA Tour Latinoamérica, donde militan los mejores jugadores del subcontinente; también a Óscar Serna, quien parece haber aprendido de su fracaso en el Web.com Tour, y se le nota más preparado para volver a afrontar la experiencia. Del segundo destacan el chihuahuense Óscar Fraustro —quien ya tuvo éxito al mantener su tarjeta de este mismo circuito por un año más— y Armando Favela, el tijuanense que continúa creciendo y absorbiendo experiencia; entre los novatos, sigue el buen paso de Sebastián Vázquez —quien parece desconcentrarse ocasionalmente y debería trabajar fuerte al respecto— y sus coequiperos en ese subcampeonato mundial por equipos, el tampiqueño Rodolfo Cazaubón y el tapatío Carlos Ortiz. Ambos aseguraron ya un lugar en las segundas etapas de las Q-School, tanto para el Tour Europeo, como para el Web.com Tour.

Como podemos ver, mientras el universo femenil en el golf profesional se reduce y requiere de una renovación urgente, el varonil —que por años estuvo a la sombra de su contraparte— es ahora más amplio y abriga mayores esperanzas de éxito internacional.

fdebuen@par7.mx