Tras 83 torneos sin levantar un trofeo, llegó la victoria 12 para Jordan Spieth.
SAN ANTONIO, TX. Al ganar el Valero Texas Open, Jordan Spieth debió sentir como una enorme losa que creció sobre su espalda durante más de dos años, se disolvió por completo, regresándole la confianza que necesita para hacer de la victoria una costumbre, como lo hizo durante años.
Fueron 83 torneos en un lapso de 1351 días, desde que ganó por última vez. Finalmente cayó la esperada victoria con la que completó la docena de trofeos.
Fue en San Antonio durante la semana previa del Masters. Con 27 años a cuestas, quien fuera un gigante que ganó un U.S. Open, un Masters y un Open Championship, se apagó inesperadamente a finales de 2017.
Su viaje concluyó el domingo con ronda de 66 (-6), acumulando 18 bajo par para el torneo, dos golpes mejor que Charley Hoffman (66) y cuatro por delante de Matt Wallace (70). Subió 33 puestos en la clasificación de la FedExCup, hasta el nº 7. Mantuvo una buena temporada, en la que ha tenido tres finales entre los cinco primeros desde principios de febrero.
Hizo siete birdies cuatro en los nueve de ida y tres en los de vuelta, con un solo bogey en el hoyo 4. Con solo el 18 por delante y una ventaja que no requería de riesgos, alcanzó el fairway en su salida, jaló su segundo golpe al rough de la izquierda y continuó con un wedge que dejó su bola en green; tras su primer putt, el triunfo llegó tras embocar un putt de un pie.
Casi a la par de la celebración del tan esperado triunfo, surgió en el sonido local la canción Don't Stop Believin', del grupo Journey, con la inconfundible voz de Steve Perry.
Abraham, buena actuación en casa
Jugando en su ciudad de residencia, Abraham Ancer jugó un buen torneo, concluyendo en el lugar 23, tras cerrar con ronda de 70 impactos y acumular 4 bajo par. Mejoró tres posiciones en el cierre.
También participó el normex Kris Ventura, quien finalizó con 70 y, con suma de 4 sobre par, alcanzó la posición 75.