Por muchas razones, podríamos estar siendo testigos de la próxima gran estrella del golf internacional: el estadounidense Collin Morikawa. Con solo 23 años, ganó el PGA Championship, torneo que, debido a las circunstancias provocadas por la pandemia del covid-19, se convirtió en el primer major del año.
Con apenas 29 torneos en el PGA Tour, Morikawa ha logrado tres victorias, incluyendo esta.
Más allá de su extraordinario desempeño durante todo el torneo, lo que le permitió compartir el liderato hasta con seis diferentes jugadores durante gran parte de la ronda final, lo que destacó al nativo de Los Angeles fue el arrojo con el que confrontó al hoyo 16, un corto par 4 de 294 yardas que se adaptó perfectamente a su distancia con el driver.
Llegó a dicho hoyo con un golpe de ventaja sobre sus más cercanos perseguidores, gracias a un chip para birdie en el hoyo 14. Lejos de jugar conservador, buscó el green en su golpe de salida y, tras una perfecta trayectoria, su bola picó antes de dicha superficie y accedió suavemente a la misma, deteniéndose a solo 7 pies del hoyo. Con nervios de acero poco comunes en jugadores de su edad —y menos liderando uno de los cuatro torneos grandes del año— tuvo la frialdad para ejecutar un perfecto putt y conseguir el águila que ampliaría su ventaja a tres golpes. Con par en los dos siguientes hoyos, consagró su victoria, con ronda de 64 (-6) y acumulado de 13 bajo par. Dicho score es la mejor ronda final en este torneo de los últimos 25 años.