El pasado fin de semana, se llevó a cabo uno de los torneos deportivos más grandes de nuestro país. De la mano de Benjamín Salinas y por tercer año consecutivo, se celebró el WGC-México Championship, en el emblemático campo del Club de Golf Chapultepec.
En la Federación Mexicana de Golf, nos da mucha alegría el saber que a nuestro país lleguen eventos deportivos de gran magnitud y más si estos son de golf. Durante los cuatro días de torneo, fue muy gratificante el poder ver a niños y jóvenes disfrutar de cada tiro de los mejores golfistas del mundo.
Con organización impecable, este torneo, que se ve alrededor del mundo, demuestra no solo que lo que se hace en nuestro país es de gran calidad, sino que, además, somos un país con gran amor al golf.
Y qué decir de la participación de Abraham Ancer. El mexicano cuenta con un nivel de juego cada vez más alto. El hecho de estar representando a México siempre debe de ser algo que llena de responsabilidad y orgullo, pero hacerlo dentro del país genera mucha presión y expectativas.
Ancer sacó la casta. Se sobrepuso a las distintas dificultades que otorga el campo e incluso, en la que pintaba ser su peor ronda (la tercera), se concentró y sacó un par de campo extraordinario luego de venir dos golpes arriba.
En zona de entrevistas Abraham habló de sus ganas de dar un gran resultado en su país y creo que no decepcionó.
Ser profeta en su propia tierra siempre es complicado y Ancer, con sus ganas y su esfuerzo lo consiguió.