CIUDAD DE MÉXICO, México. «Para mí es el torneo más importante del año», afirma sin titubeos Abraham Ancer sobre el World Golf Championships-Mexico Championship que a partir de este jueves 21 de febrero se jugará por tercer año consecutivo en el Club de Golf Chapultepec de la Ciudad de México. «Jugar en un torneo así de grande, contra los mejores del mundo y en mi país, es algo que soñé desde chiquito. Es como si fuera un major para mí».
A solo unos días de su cumpleaños número 28, Ancer será por segundo año el representante de México en este evento de élite que hace vibrar a los amantes del golf y de los grandes eventos deportivos en su país. La nómina de competidores reunirá en esta ocasión a estrellas del calibre de Tiger Woods, Phil Mickelson, Dustin Johnson, Justin Thomas, Jordan Spieth y Rory McIlroy.
Ancer se sumó a ellos como el mejor mexicano del Ranking Mundial Oficial, un escalafón en el que hoy en día ocupa el puesto 61 tras un año de tremendo progreso. Ubicado en el puesto 57 al iniciar enero, la posición más alta de su carrera en el ranking, el jugador originario de Reynosa coqueteaba con la posibilidad de llegar al WGC-Mexico Championship como uno de los top-50 del mundo. «Yo quería calificar por mi propio mérito. Eso habría significado mucho para mí», aseguró sobre un objetivo que se le escapó por poco.
En 2018, su aparición en este mismo evento la hizo como el número 260 del ranking. Desde entonces acumuló seis top-10 en el PGA TOUR, incluidos dos eventos en los que fue líder al cabo de 54 hoyos, logró una resonante victoria en el Emirates Australian Open y un empate por el segundo lugar de la Copa Mundial que también se jugó en Australia.
«(El progreso logrado) la verdad que me da mucha confianza. Obviamente mi juego ha mejorado después de jugar en México el año pasado. Tuve varias oportunidades de ganar en el PGA TOUR, logré una victoria en Australia que me dio mucha confianza y en general me siento más preparado, más cómodo y seguro», dijo sobre la forma en que encara el WGC-Mexico Championship, un campeonato que reparte más de diez millones de dólares en premios.
Tocando las puertas del top-50 del mundo, este graduado de la Universidad de Oklahoma que se hizo profesional en 2013 tiene el mérito de hacer los ajustes en su juego según lo que sus propias sensaciones le indican. En un PGA TOUR en el que muchos jugadores son rodeados por un séquito de analistas, Ancer no tiene a ningún gurú del swing hablándole al oído. De hecho, nunca en su vida ha tenido un instructor.
«Abraham cree mucho en sí mismo, tiene una confianza enorme y ha hecho las cosas al pie de la letra, sin buscar atajos. Es una persona que cada día se levanta tratando de ser mejor. Tiene un plan y lo ejecuta. Creo que eso es lo que lo ha catapultado en el ranking y lo tiene ahí arriba con los mejores del mundo», dice Roberto Díaz, su compañero de equipo en la Copa Mundial y parte de un récord de cuatro mexicanos que esta temporada tienen la tarjeta del PGA TOUR.
Las estadísticas del PGA TOUR evidencian los avances de Ancer. Esta temporada es octavo en golpes ganados desde el tee, un apartado en el que fue 40º en 2018. También ha avanzado en golpes ganados de tee a green, pasando del puesto 70 al 45 entre una temporada y otra. Su porcentaje de acierto con el driver, en el cual figuraba 69º en 2018, ha mejorado en siete puntos que por ahora lo colocan 18º en la gira con un 70 por ciento. Su promedio de greens acertados ha mejorado en cinco puntos, a 71.6 por ciento, y su promedio de birdies por ronda se ha incrementado de 3.64 a 4.36.
Su impresión es que un trabajo más fuerte en la parte física le ha ayudado a ganar algunas yardas desde el tee y eso le ha significado mejoras en otros rubros. «No siento que algo específico ha hecho la diferencia, aunque he trabajado más duro el lado físico y estar mejor preparado físicamente ayuda bastante», dice Ancer. «Me siento más cómodo en los torneos y más que nada es la confianza de sentirme seguro de mí mismo en los torneos que juego».
Los que han seguido su proceso de cerca reconocen que el jugador de apenas metro setenta de estatura y 70 kilos de peso encuentra en su carácter la que podría ser su mayor fortaleza. «Yo jugué con él la Copa Mundial y la verdad no hubo ni un solo momento de desesperación durante los 72 hoyos. Sentí mucha tranquilidad y aprendí mucho de él sobre la manera en que toma las vueltas. Sabe que las vueltas van a llegar y espera a que la vuelta le dé algo. Él no sale a que la vuelta suceda, sino que espera y va jugando. Si el campo le da una, la toma y si tiene una buena oportunidad, la aprovecha. Cuando empiezas a agregar golpe por golpe casi siempre son vueltas sin errores», dice Díaz, quien en 2017 tuvo el honor de ser el primer mexicano en el field del WGC-Mexico Championship.
La paciencia de Ancer se ve recompensada poco a poco con cupos en los grandes eventos. A este que será su segundo torneo de los World Golf Championships, le sumará en julio su segunda aparición en el Abierto Británico. Además, está trabajando en ganarse un lugar en el Equipo Internacional para la Presidents Cup que se jugará en diciembre en Royal Melbourne en Australia. De calificar para ser parte del equipo capitaneado por Ernie Els, se convertiría en el primer mexicano que participa en ese prestigioso evento en el que los internacionales se medirán a un equipo estadounidense que tendrá por capitán a Tiger Woods.
«Ser parte de la Presidents Cup significa que has tenido un año muy sólido. Obviamente trato de no estar pensando en eso en todos los torneos, pero sé que es una de mis metas, es algo que quiero lograr y personalmente sería algo increíble, una experiencia que resultaría inolvidable», afirma Ancer, quien a esta altura del año es sexto en la clasificación internacional.
El presente de Ancer y el del golf mexicano en general es muy prometedor. «Ahorita somos cuatro en el PGA TOUR (Carlos Ortiz y José de Jesús Rodríguez son los otros dos) y no tengo duda de que en los años siguientes vamos a ser más», dice convencido y orgulloso por los recientes triunfos de Isidro Benítez, quien al ganar el VISA Open de Argentina con 19 años se convirtió en el campeón más joven en la historia del PGA TOUR Latinoamérica, de Álvaro Ortiz, campeón del Latin America Amateur Championship para asegurarse un lugar en el Masters de Augusta, y de Gaby López, ganadora en noviembre del Blue Bay LPGA para compartir con la legendaria Lorena Ochoa el honor de ser las únicas mexicanas con triunfos en el LPGA Tour.
«Lorena Ochoa nos demostró que se pueden hacer las cosas. Llegó a ser número uno del mundo y se retiró siendo aún la número uno. Ella es una inspiración para todo México, hizo un trabajo tremendo y fue una gran embajadora para nuestro deporte. Creo que ella fue clave en dejarnos saber que sí se puede, que en México podemos hacer algo grande en el deporte del golf», afirma Ancer sobre el impacto que ha tenido en él y en muchos otros jóvenes mexicanos la carismática tapatía que pasó a formar parte del Salón de la Fama del Golf Mundial en 2017.