Siguiendo con mi editorial de la
semana pasada, y con el ánimo de no insistir en el método de cálculo del ranking mundial, pasaré ahora a tratar de explicar por qué algunos jugadores ascienden rápidamente, mientras otros de gran nivel, parecen estancarse entre los mejores, pero sin llegar al cenit.
Si bien ha habido líderes que han durado largos periodos en el número 1 del ranking mundial, también es cierto que el sistema ha ido cambiando progresivamente y, en la actualidad es cada vez más difícil mantenerse por largo tiempo en el cenit de la famosa clasificación. No olvidemos las 683 semanas acumuladas de Tiger Woods, las 331 de Greg Norman, las 97 de Nick Faldo, 95 de Rory McIlroy, 81 de Dustin Johnson, 61 de Seve Ballesteros y las 56 de Luke Donald; ellos son los únicos que han sobrepasado un año (no necesariamente consecutivo) como líderes del golf mundial.
Si, por ejemplo, revisamos las estadísticas de Dustin Johnson durante 2018, veremos que ha perdido 362.72 puntos, y ha ganado 335.37 en las últimas 44 competencias. ¿Qué significa esto? Que a pesar de haber obtenido victorias y una muy buena temporada, en comparación con el año anterior, su desempeño ha sido menos efectivo y, por tanto, su promedio de puntos ha disminuido.
En contraste, en el mismo periodo Justin Rose ha perdido 209.79 puntos, pero ha ganado 306.83 (46 torneos), superávit que le permitió llegar por dos semanas al cenit del listado. Es también el caso de Brooks Koepka, quien acumula en sus últimos 44 torneos un superávit de 95.04 puntos. Justin Thomas, por su parte, tiene un camino más complicado, pues, a pesar de los buenos resultados, solo ha ganado 22.75 puntos en sus últimos 50 torneos.
Así las cosas, para poder pronosticar quiénes pueden ascender los primeros lugares del ranking mundial, es necesario analizar su desempeño durante los últimos dos años, pero especialmente durante las últimas 52 semanas. Debemos fijarnos en jugadores como el italiano Francesco Molinari —con un superávit de 150.49 puntos en 2018, que le ha permitido ascender hasta el número 7 del mundo, cuando apenas en mayo estaba en el lugar 33—, o Bryson DeChambeau, quien hace dos años seguía siendo un jugador amateur y en 57 torneos acumuló 269.96 puntos positivos, pasando en 2018 del lugar 95 al sexto que actualmente ocupa. Al tener muy poca deducción de puntos al paso de las semanas exitosas, su avance es mucho más considerable que el del resto de los líderes.
Si el sistema no funcionara así, le habría sido imposible a Tiger Woods avanzar en lo que va del año del número 539 al 14º. Sus resultados habían sido nulos o pésimos —, así que prácticamente solo tuvo puntos positivos. Sumó en 22 torneos 227.76 y solo restó 19.11 puntos.
Es un sistema complicado, pero ha sido tremendamente útil para medir la calidad de los mejores golfistas del mundo bajo un método de actualización permanente.
Como dato curioso, Abraham Ancer ha conseguido avanzar 151 escalones en lo que va del año y está ubicado en la posición 116 del mundo. Con su gran tercer lugar el día de ayer, Carlos Ortiz avanzó 132 posiciones, hasta el 368.
Solo 13 mexicanos suman puntos en el Ranking Oficial del Golf Mundial.