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El Masters 2018

Fernando de Buen



Hay quienes lo consideran como el mejor torneo del mundo, otros lo ponen por debajo del U. S. Open o el Open Championship —por su grado de dificultad el primero, y por su prosapia el segundo—, pero, lo cierto es que ningún jugador en el orbe querría perderse de jugar al menos una edición del Masters Tournament, el torneo de Augusta National que empieza este jueves, con los mejores ingredientes posibles, incluyendo a un Tiger Woods ávido de ponerse, al final de la tarde del domingo, su quinto jersey verde y regresar a la historia que nunca debió abandonar.

Lo primero que me viene a la mente, es que en esta edición se cumplen 50 años de la única ocasión en la que sigue siendo más recordado el segundo lugar que quien resultó campeón. Fue el año en el que Roberto de Vicenzo firmó su tarjeta con una puntuación equivocada, señalando un 4 en el hoyo 17, cuando en realidad había hecho un 3 (birdie). De acuerdo con las Reglas de Golf de la USGA, cuando un jugador firma una tarjeta con un score superior al que realmente tiró, el resultado no se corrige y se registra con todo y error. Ello privó al extraordinario golfista argentino disputar un desempate contra el eventual campeón, Bob Goalby. Desafortunadamente, De Vicenzo ya no está con nosotros, pero ¿a quién le gustaría vivir para recordar durante medio siglo el más grave error registrado en un torneo de grand slam?

No se puede entender el Masters sin conocer un poco de su fundador Robert Tyre Jones, mejor conocido como Bobby Jones, el más grande amateur de todos los tiempos. Poco tiempo después de su sorpresivo retiro a los 28 años en 1930, el famoso abogado de Georgia decidió que quería construir un campo de golf y encontró en el pueblo de Augusta un terreno perfecto para cumplir sus sueños. Con la ayuda de su socio Clifford Roberts, Jones adquirió la tierra y, junto con el afamado arquitecto Alister MacKenzie, se dieron a la tarea de diseñar el campo que hoy conocemos, aunque con los muchos cambios derivados de la exigente historia de este deporte.

Con más de 80 años de vida —el campo abrió sus puertas en 1933—, las anécdotas surgen por doquier; sin embargo, una siempre ha llamado mi atención, pues bien pudo ser esta mala noticia la que originó el incomparable torneo. Con la intención de dar a conocer el club al mundo, Jones solicitó a la USGA la sede del U. S. Open, pero la institución se negó, aduciendo que los veranos en Georgia podrían crear condiciones difíciles de juego. Lejos de quebrantar su ánimo, el ganador del grand slam en el año de su retiro —llevándose los torneos Amateur y Abierto de los Estados Unidos en la Gran Bretaña—, decidió entonces crear su propio torneo y, aprovechando su inigualable fama y simpatía, invitó a participar en él a los mejores jugadores de la época. Fue así como en 1934 —con la indirecta ayuda de la USGA— surgió el Augusta National Invitational, nombre que antecedió al de Masters Tournament. Por cierto, aquel primer torneo ganado por Horton Smith fue el único que se jugó con las vueltas invertidas, comenzando en el actual hoyo 10 y terminando en el 9. Hasta hoy, es el único grande que siempre se ha jugado en la misma sede.

Mexicanos en Augusta
Una de las cosas que distinguen al Masters, es su respeto irrestricto al golf amateur. Habiendo sido Jones un amateur toda su vida golfística, siempre invitó a jugadores no profesionales a participar en el torneo. Uno de ellos, quien fue parte del field entre 1963 y 65, fue el recordado Juan Antonio Estrada, el mejor amateur mexicano en la historia. Durante esos tres años, el Nene recibió en su casa el sobre con la invitación firmada por el propio Bobby Jones. Algunos creen que Estrada ha sido el único mexicano en jugar el torneo de Augusta, pero dicho privilegio también lo tuvo el tijuanense Víctor Regalado en 1975 y 79, como resultado de sendos triunfos en el PGA Tour. Después de ellos, quizá el más cercano a recibir una invitación es el amateur Álvaro Ortiz —hermano de Carlos—, quien en dos ocasiones ha sido subcampeón del Latin American Amateur Championship, torneo organizado por el Augusta National Golf Club, junto con la USGA y la R&A, que entrega al campeón una invitación al major de la primavera.

Para muchos fanáticos del golf, todos los eventos que anteceden a este son como vueltas de calentamiento previas a una carrera de automóviles. No les falta razón, pues es a partir de esta semana cuando comienzan los seis meses más interesantes de cada calendario golfístico. Además, es lógico pensar que es en estas fechas cuando los jugadores buscan estar en su mejor momento, habiéndose preparado para ello durante meses.

Y no puede faltar la cereza del pastel. El máximo ganador en activo de este torneo, Tiger Woods —con cuatro victorias— regresa a su evento favorito tras una ausencia que data de 2015. Tiger no solo está listo para jugarlo sino para ser uno de los favoritos para ganarlo. Al inicio de esta semana, sus momios son de 12/1, solo por debajo de Dustin Johnson, Jordan Spieth, Rory McIlroy y Justin Thomas, por cuya victoria se pagaría 10/1. Con uno de los cuatro putting greens que tiene en su casa de Florida, permanentemente acondicionado como los de Augusta National, Tiger practica todo el año para estar listo esta semana. No lo duden, será un protagonista.

Por lo demás, solo me queda recomendarles que busquen la forma de apoltronarse frente al televisor entre jueves y domingo y, con viandas y vituallas a la mano, disfruten de este incomparable torneo de golf.

fdebuen@par7.mx


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