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La regla de golf menos respetada

Fernando de Buen


Jean van de Velde

En el golf, las reglas se respetan. Al menos, en la inmensa mayoría de las competencias oficiales con la presencia de jueces de Reglas, esta frase puede considerarse como una verdad absoluta. Sin embargo, como en casi cualquier cosa en el universo, en el código de nuestro querido deporte hay una regla que, a diferencia de todas las demás, conlleva una torcida flexibilidad y suele ser la menos respetada por los encargados de dicho departamento en torneos profesionales de las principales giras del mundo. ¿Cuál? La 6.7, que establece el control de tiempos a los jugadores para evitar el retraso de juego.

¿Qué dice la Regla? Citemos

«6-7. Retraso indebido, juego lento

El jugador debe jugar sin retraso indebido y de acuerdo con cualquier ritmo de juego establecido por el Comité. Entre la terminación de un hoyo e inicio del siguiente, el jugador no debe retrasar indebidamente el juego.»

Por supuesto, éste es solo el primer párrafo de la regla en cuestión, que incluye otros sobre los castigos que podrían derivar de la infracción a la misma. Vale la pena rescatar la Nota 2, que dice:

«Nota 2: Con objeto de prevenir el juego lento, el Comité puede, en las condiciones de la competencia (Regla 33-I), establecer parámetros para el ritmo de juego incluyendo el tiempo máximo para jugar la ronda estipulada, un hoyo o un golpe.»

En la vida real, esos establecimientos de parámetros para el ritmo de juego han resultado un verdadero fiasco en campeonatos nacionales u oficiales —USGA, R&A, PGA Tour, Tour Europeo, LPGA Tour y otros—, ya que se aplican con ligereza durante las primeras tres rondas de un torneo y parecen olvidarse por completo cuando se trata del grupo final en los últimos 18 hoyos.

Cada organización golfística determina el máximo tiempo establecido para un golpe, el juego de un hoyo o una ronda completa. Solo a modo de ejemplo, la R&A en sus campeonatos, permite hasta 40 segundos para que el jugador en turno ejecute su siguiente tiro, y 10 segundos extras se trata del primero que juega en un par 3, hace un golpe de approach o un chip o putt. En el caso del PGA Tour, generalmente se aplican los mismos 40 segundos para cada ejecución, pero serán 20 adicionales para el primer jugador que tira en cada situación.

También las penalizaciones son definidas por cada institución. Para la R&A, en caso de que un jugador retrase su ritmo de juego y sobrepase el tiempo permitido, en juego por golpes recibe una advertencia en la primera ocasión, pierde un golpe en la segunda, pierde dos golpes adicionales en la tercera y es descalificado en la cuarta. Si se trata de juego por hoyos, el orden es: advertencia, pérdida del hoyo, pérdida del hoyo y descalificación. El PGA Tour aplica los mismos castigos, pero añade cuantiosas multas a los mismos.

A pesar de lo anterior, aun y cuando decenas o cientos de millones de televidentes son testigos de los pormenores de un torneo, a medida que se aproxima el final de este los jueces se hacen de la vista gorda cuando se trata de cronometrar a los candidatos al triunfo. Basta recordar los interminables minutos que se tomó el francés Jean van de Velde en el hoyo final del Open Championship de 1999, en Carnoustie, o los cuatro minutos con 10 segundos que se tomó J. B. Holmes para efectuar su segundo golpe en el hoyo final del Waste Management Phoenix Open, hace un par de semanas. Ni en aquella ocasión ni en esta, hubo un juez que se atreviera a llamar la atención de los jugadores, por tratarse de candidatos al triunfo. Una flagrante falta de respeto a las Reglas de Golf y a los propios competidores.

El problema ante esta inconsistencia en la aplicación de las reglas es que pueden originar graves injusticias durante una competencia. Si las Condiciones de la Competencia no establecen un estatus especial para los grupos finales, no hay justificación válida para darles un trato diferente que al resto del field.

Debemos recordar que, al igual que prácticamente todos los deportes profesionales en los Estados Unidos, el éxito del golf depende de sus transmisiones televisivas, y actitudes de jugadores que saben que pueden evadir el reglamento con la seguridad de que no serán penalizados, pueden significar minutos adicionales de transmisión a un altísimo costo. Ni las cadenas televisivas ni el propio tour en cuestión deben permitir que esto siga sucediendo.

Una de las grandes críticas al golf de la actualidad, por parte de expertos como Jack Nicklaus —entre muchos otros— van en el sentido de generar reglas más estrictas para recortar el tiempo de juego o incluso cambiar las rondas estipuladas de 18 a 12 hoyos, con el fin de que no sea necesario dedicarle tantas horas a la práctica del deporte. El tiempo parece haberse convertido en el mayor enemigo de los golfistas de fin de semana… y sus familias.

Volviendo a los torneos profesionales, queda claro que las grandes organizaciones no están haciendo nada al respecto todavía, pero deben actuar cuanto antes para evitar problemas de gran envergadura por flexibilizar al extremo una simple regla de golf.

Vienen los grandes cambios en el código para el primer día de 2019. Seguramente veremos algo radical en el tema del ritmo de juego y la exigencia para que los Comités encargados sean estrictamente rígidos con la aplicación de esta regla.

fdebuen@par7.mx


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