No recuerdo la fecha, pero fue hace ya algunos años, algún colega le preguntó a Tiger Woods cuántos años jugaría profesionalmente, suponiendo que se mantuviera siempre con buena salud. Independientemente de que ello no ha sucedido, el californiano respondió que se retiraría cuando se diera cuenta que ya no podría aspirar a ganar campeonatos. Quizá inspiró su respuesta en una semejante que hizo Jack Nicklaus acerca de su propio abandono del golf profesional.
Gracias a la tecnología actual, un importante número de jugadores del PGA Tour ha logrado un mejor desempeño en sus carreras después de cumplir los 40 años de edad. La experiencia, sumada a los avances en el desarrollo de bolas y palos de golf, les han permitido mantener un alto nivel de competitividad, lo que hace apenas dos décadas era impensable, salvo contadas excepciones. De tal forma, con los 41 años de Tiger y su impresionante aspecto físico, sonaría ridículo mencionar que ya está viejo para competir al más alto nivel.
Pero, desafortunadamente para el golf, Tiger ya no es ni la sombra de aquel jugador que rompió todos los esquemas en 1996 y que logró 79 triunfos —14 majors incluidos—entre ese año y 2013. La razón: sus múltiples lesiones, que han aumentado exponencialmente en el último lustro.
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Lesiones de Tiger Woods en su carrera
- Diciembre 2002: remoción de fluidos en el ligamento cruzado de su rodilla izquierda.
- Abril 2008: cirugía artroscópica por un cartílago dañado en la rodilla izquierda.
- Junio 2008: tras ganar el U. S. Open —su último major— prácticamente fracturado, se sometió a cirugía reconstructiva en el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda (casi nueve meses fuera).
- Mayo 2010: se retiró en la ronda final del Players Championship por un disco inflamado en el cuello.
- Abril 2011: herida menor en la rodilla izquierda y el tendón de Aquiles.
- Mayo 2011: retiro por esguince en el ligamento colateral medio de la rodilla izquierda y problemas en el tendón de Aquiles (tres meses fuera).
- Marzo 2012: retiro por problemas con el tendón de Aquiles izquierdo.
- Junio 2013: tirón en el codo izquierdo.
- Marzo 2014: retiro por espasmos en la espalda baja.
- Abril 2014: cirugía por un nervio presionado en la espalda (siete meses fuera).
- Agosto 2014: retiro por dolor en la espalda baja (cuatro meses fuera, tras lo cual jugó su torneo, el Hero World Challenge y se ausentó dos meses más).
- Febrero 2015: lesión en la espalda que desactivaba la acción de sus glúteos (dos meses fuera).
- Septiembre 2015: segunda cirugía por microdiscectomía y remoción de un fragmento de disco que presionaba a un nervio.
- Octubre 2015: procedimiento quirúrgico como seguimiento de su última cirugía de espalda.
- Febrero 2017: retiro por espasmos en la espalda.
- Abril 2017: cirugía de espalda para aliviar dolores en espalda y piernas.
- Mayo 2017: arresto por sospecha de manejo bajo la influencia. Las pruebas de alcoholemia resultaron negativas y se presume que fueron efectos por los medicamentos contra el dolor.
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Como podemos observar en el cuadro, son un total de 16 lesiones o recrudecimiento de lesiones anteriores, que han llevado al ganador de 14 majors a someterse a un mínimo de siete cirugías.
Vale la pena mencionar que desde el Wyndham Championship de 2015 (10º lugar) solo ha jugado dos torneos: el Hero World Challenge (diciembre, 2016) y el Farmers Insurance Open (enero, 2017).
Ahora bien, ¿podemos esperar una recuperación total en su salud? Es algo que veo realmente difícil, pues desde la cirugía de 2008, solo en 2009 ha estado libre de lesiones. Si no se menciona 2016, es porque no jugó en todo el año. Aquí no estamos hablando de una sola lesión, sino un conjunto de ellas, que se recrudecen indistintamente. Con el increíble poder que Tiger le dio a su swing durante tantos años, el cuerpo del jugador le está cobrando facturas directamente proporcionales a los muchos millones de dólares que ganó en su carrera.
Aunque no podemos soslayar que, tras la lesión en marzo de 2012, Tiger regresó para ganar tres torneos en dicha temporada y cinco más en la siguiente, recuperando el número 1 del mundo, no es lo mismo un tendón de Aquiles un poco lastimado, que lesiones en la espalda y columna vertebral.
Suponiendo —con pocas esperanzas— que su salud volviera ser óptima, la posibilidad de que consiga rescatar el nivel de juego que lo llevó a ser el mejor golfista del planeta durante 683 semanas, se ve extremadamente difícil, pues las exigencias de los grandes campeones de las últimas temporadas lo someterían a rutinas físicas que difícilmente resistiría su lastimado cuerpo.
También está el aspecto mental. Es seguro que Woods disfruta muchísimo la competencia y la posibilidad de pelear por ganar más campeonatos; sin embargo, el estar alejado tanto tiempo de los torneos le ha permitido disfrutar de sus hijos y de muchas otras cosas que son competencia de su vida personal.
Seguramente, estará visualizando los pros y contras de seguir luchando por regresar al PGA Tour u optar por el digno retiro del golfista que cambió la forma de ver el golf desde finales del siglo pasado, convirtiéndolo en un espectáculo deportivo sin precedentes.
Sea cual sea su decisión, su nombre ya está escrito con letras de platino en los muros de la historia del golf.
fdebuen@par7.mx
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