. ..

 

El PGA Tour sin mexicanos

Fernando de Buen


Carlos Ortiz y Abraham Ancer

Un periodo virtuoso, que inició con una nueva generación de golfistas mexicanos de alto nivel, llegó a su clímax hace dos años, con el ingreso de Carlos Ortiz y Oscar Fraustro al PGA Tour. Antes que ellos, solo tres compatriotas militaron en el circuito estadounidense: Víctor Regalado, Esteban Toledo y Rafael Alarcón.

Regalado, el único mexicano que ha ganado un torneo del PGA Tour —de hecho, ganó dos—, jugó 12 torneos en 1973 y participó regularmente entre 1974 y 1985; en los siguientes cuatro años sumó 29 actuaciones. Sus dos victorias fueron registradas en 1974 y 1978.

Esteban Toledo consiguió un lugar en el circuito en 1994, quedó fuera y pudo regresar cuatro años después, logrando sostenerse durante siete temporadas, consiguiendo dos subcampeonatos.

El tapatío Rafael Alarcón tuvo también dos épocas en la Gira: jugó 20 torneos en 1983, pasando el corte en tres de ellos y, 14 años después, pudo jugar 26 torneos, pasando el corte en la mitad.

Entre 2004 y 2014, con la salida de Esteban, nos vimos forzados a olvidar la posibilidad de que uno o más mexicanos pudiesen formar parte de la gira grande. El vertiginoso ascenso de Carlos Ortiz nos hizo recuperar la esperanza y, tras una brillante campaña en el Web.com Tour —donde registró tres victorias—, consiguió su pase automático al PGA Tour. Fraustro se unió a esta lista por la vía de la clasificación en la Q-School.

En noviembre de 2014, durante el OHL Classic at Mayakoba, vivimos un extraordinario momento, donde Ortiz y Fraustro compartieron el noveno lugar. Ese top-10 —a pesar de que el torneo se desarrolló en tierras mexicanas—, nos permitió imaginar que ambos estaban preparados física y emocionalmente para competir al tú por tú con algunos de los mejores del mundo.

Así sucedió con Carlos, quien tuvo una buena campaña, al grado de llegar hasta la segunda etapa de la FedEx Cup, asegurando su permanencia en el circuito por un año más. El chihuahuense Fraustro no corrió con la misma suerte y perdió su tarjeta, regresando al Web.com Tour.

Sin embargo, las cosas no pintaban mal, gracias al desempeño de Abraham Ancer, quien ganó un torneo en la gira de ascenso, asegurando prácticamente su sitio en el PGA Tour para la temporada 2015-16. Se mantenía la cuota de dos mexicanos por temporada.

A un año de distancia, el horizonte se ha vuelto a oscurecer, ya que ninguno de los dos pudo mantener su tarjeta. No es la intención de esta editorial el encontrar o juzgar las causas, pero se trata de un innegable fracaso, sobre el que los propios jugadores deberán reflexionar, sacar sus conclusiones y prepararse al máximo, para conseguir en la próxima temporada del Web.com el ansiado boleto para regresar a la grande.

Mi única recomendación a todos los aspirantes a llegar al PGA Tour, es que sean humildes y no pierdan el piso. El jugar en el PGA Tour los cataloga como buenos jugadores, pero no se pasa a la historia por lograrlo. Sirva el ejemplo de mi amigo Rafa Alarcón, quien llegó a estas alturas en dos temporadas diferentes, pero no se le recordará por ello, sino por haber llevado a Lorena a ser la mejor golfista del planeta durante tres años.

Puedo entender que el dinero llega a carretadas, las invitaciones sobran, los patrocinadores halagan y pagan muy bien, pero deportivamente hablando, no somos nadie hasta que demostremos lo contrario.

El año próximo, tendrá el Web.com Tour a cuatro mexicanos con posibilidades de trascender y pelear por un lugar al PGA Tour, número que podría acrecentarse si alguno más se cuela, tras la Q-School en diciembre.

Esperemos que esta ausencia de los nuestros en la máxima gira del golf mundial sea algo pasajero y, en octubre próximo, volvamos a tener a mexicanos compitiendo en ella.

Es indispensable para el crecimiento y promoción de nuestro golf.

fdebuen@par7.mx