Dos temas de la mayor importancia coincidieron en el fin de semana que acaba de concluir. Por una parte, se llevó a cabo la edición femenil del torneo olímpico de golf, con el triunfo de la Inbee Park y una respetable actuación de las mexicanas Gaby López y Ale Llaneza; por la otra, la conclusión de la temporada regular 2015-16 del PGA Tour, y sus consecuencias para los dos mexicanos que allí militan: Carlos Ortiz y Abraham Ancer. Los dos temas son papas calientes en este momento. Aunque no soy muy propenso a incluir varios temas en una misma editorial, a menos que mi capacidad neuronal presente índices devaluatorios semejantes a nuestro peso —lo que sucede con más frecuencia de lo que yo quisiera—, en este caso intentaré disertar sobre ambos tópicos.
Golf olímpico
El golf olímpico fue simplemente espectacular. El torneo femenil tuvo emociones similares al varonil y, como si hubiera sido decidido por los dioses, el resultado de la campeona coreana —16 bajo par— fue el mismo que el obtenido por el inglés Justin Rose, ganador de la presea áurea. Justicia divina, digo yo.
¿Qué pasó con todos los jugadores que renunciaron a participar en Río, escudándose en la probabilidad de un contagio por el virus de Zika? Seguramente, algunos de ellos estarán arrepentidos por haberle fallado a su país y a su gente, pensando que el regreso del golf al movimiento olímpico —tras 112 años de ausencia—, no sería importante. ¿Se sentirán bien, después de haberse negado a participar, para después enterarse que prácticamente todas las mujeres calificadas estuvieron en la justa? Hasta el momento en el que escribo este artículo, ningún atleta o comité olímpico ha declarado el contagio de alguno de sus integrantes y, si bien, no podemos cantar victoria, considerando que los efectos de la picadura se presentan en un período entre dos y 10 días después de la misma, si se tratara de una epidemia, sin duda ya tendríamos algunos casos comprobados.
¿Será falta de interés por la ausencia de un premio económico o terror a un examen antidoping? Simplemente creo que el desprecio por parte de algunos a la competencia, se esparció —ahora sí, como un virus— entre sus pares, originando una desafortunada reacción en cadena. Ojalá hayan visto el desarrollo de algunas disciplinas por televisión y sentido una profunda envidia por aquellos atletas que, con lágrimas en los ojos y una medalla colgada al cuello, vieron a su bandera izarse en lo más alto del asta, mientras retumbaban en sus corazones las notas de su himno nacional.
De algo estoy seguro: en cuatro años estarán en Tokio los mejores golfistas del mundo. Si no asisten, su popularidad caerá a lo más bajo, como está sucediendo a Rory McIlroy por sus deplorables declaraciones recientes.
La temporada del PGA Tour y sus consecuencias
Con la celebración del Wyndham Championship, terminaron las oportunidades para que nuestros mexicanos pudiesen retener su tarjeta del PGA Tour. Ambos terminaron fuera de los 125 mejores, pero dentro de los 200, por lo que podrán acceder a jugar los cuatro torneos que conforman las Finales del Web.com Tour, buscando uno de los 25 lugares que quedarán disponibles para la temporada 2016-17 del máximo circuito del orbe.
En el caso de Carlos, confieso que no he analizado a fondo las causas de su importante baja de juego, pero bien pudo a una desubicación debida a las distracciones causadas por el evidente éxito deportivo y económico, pero también escuché que nunca pudo adaptarse a una marca de palos de golf con la que firmó un contrato, obligándose a usarlos, como fue el caso de Tiger Woods o el propio Rory. De cualquier manera, su oportunidad se reduce a los citados torneos y espero, sinceramente, que los aproveche que pueda regresar a la Gira.
Lo de Abraham es más difícil de analizar, pues el ascendió al PGA Tour gracias a su triunfo en un torneo, y no a una clara regularidad durante la temporada en la que consiguió su pase. Ha mostrado grandes destellos de calidad, pero le falta la regularidad que distingue a un veterano de un novato.
Entre el 8 septiembre y el 9 octubre se jugarán las Finales, donde veremos estos dos grandes golfistas, pero también a Roberto Díaz y, con una buena actuación esta semana, Sebastián Vázquez. Para que Oscar Fraustro y Rodolfo Cazaubón se unan a esta candidatura, haría falta un milagro.
De los cinco jugadores que hoy militan en las principales giras golfísticas del orbe —Esteban Toledo, Gaby López, Alejandra Llaneza, Ortiz y Ancer— podrían quedar solo Toledo y López para la próxima temporada. Ale tiene buenas posibilidades de mantenerse, en caso de mejorar su desempeño y faltan aún muchos torneos en la temporada del LPGA Tour.
Ojalá que tengamos gratas noticias en las próximas semanas.fdebuen@par7.mx |
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