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58

Fernando de Buen



El 58 de Jim Furyk en el Travelers Championship, una razón más para darle un sitio especial en la historia.

Cuando Russell Knox embocó su par en el hoyo 18, evitando un eventual empate con Jerry Kelly, celebró con evidente felicidad su segundo triunfo en el PGA Tour. Sin embargo, desde minutos atrás sabía que la tan esperada victoria tendría mucho menor difusión que la que suele destinarse al campeón de un torneo de esta Gira, por culpa de un señor que culminó su ronda minutos atrás, rompiendo la que podría calificarse como la marca más difícil de superar en una ronda de golf: mejorar el histórico 59: Jim Furyk.

Siendo el gran veterano el protagonista del increíble 58, los reflectores habrían de quedar a su servicio por el resto de la tarde y los días por venir.

¿Cómo construyó ese impresionante 58? Abrió con par, siguiendo con birdie-águila-birdie en los siguientes tres hoyos; le hizo par al 5 y ligó cuatro birdies consecutivos para cerrar la primera vuelta con 27 golpes, ocho abajo del par 35 del TPC River Highlands. Fue allí donde pensó en la posibilidad de adueñarse del histórico récord.

A los cuatro birdies con los que cerró la primera vuelta, le añadió tres más entre los hoyos 10 y 12, sumando siete consecutivos. En ese momento estaba 11 bajo par en la ronda y, tratándose de un campo par 70, estaba más latente que nunca la posibilidad de unirse por segunda ocasión al club de los 59.

El birdie definitivo del veterano de 46 años llegó en el par 3 del hoyo 16, donde embocó desde 24 pies. Los dos pares restantes fueron casi un trámite para alcanzar la ronda que lo mantendrá con una página muy especial en el libro de registros del circuito golfístico estadounidense.

¿Qué tan difícil es tirar una ronda de 58 golpes?
En términos simplones es tirar el equivalente a 14 birdies y cuatro pares en un campo par 72, o 12 birdies sin errores en un par 70; en el caso de Furyk fueron un águila —embocando desde 135 yardas—11 birdies y seis pares.

Sin embargo, la realidad es que se trata de una empresa extremadamente difícil de conseguir. Antes de este registro, hubo seis casos de rondas de 59 golpes, comenzando con Al Geiberger en 1977, e incluyen a Chip Beck (91), David Duval (99), Paul Goydos (2010), Stuart Appleby (2010) y el propio Furyk, en 2013. Hoy, es el único jugador en la historia con dos rondas registradas por debajo de los 60 golpes. Desde el día en que del primer 59 a la fecha, han pasado 39 años, ¿cuántos pasarán para que veamos un 57 en el PGA Tour?

Llama mucho la atención que apenas la semana pasada, en el Web.com Tour, el alemán Stephan Jaeger logró un 58, rompiendo la marca de mejor ronda en cualquier gira del PGA Tour, pero, sin duda, en un campo con preparación más sencilla que los que suelen presentarse en la Gira grande.

¿Habrá llegado el momento en el que veremos estos impresionantes resultados a menudo? Si bien el golf es espectáculo y nos encanta ver pares 5 alcanzables en dos golpes y muchas posibilidades de birdie, también es cierto que el nivel de exigencia al jugador en el principal circuito del mundo debe estar en lo más alto. Estas dos tarjetas de 58 deben ser una llamada de atención para que el PGA Tour tome cartas en el asunto y dificulte más los campos sede de sus torneos.

¿El par de campo 70 es una ventaja?
Desde luego, si consideramos que solo son necesarios 12 birdies sin errores, para llegar a la meta; sin embargo, también es mucho más complicado lograr un birdie en un par 3 o par 4, que en un par 5, y los campos par 70 suelen tener únicamente dos hoyos par 5, en lugar de los cuatro tradicionales.

Si bien la tecnología incrementa las posibilidades de mejorar los promedios de los golfistas profesionales, también es cierto que, para contrarrestar tal efecto, los campos se presentan cada vez con mayor grado de dificultad.

Para que podamos volver a ver un 58 o algo mejor, será indispensable que el torneo se juegue en un campo relativamente sencillo, con greens suaves y nobles, que se presten a que los jugadores los ataquen sin mayor temor. Pero solo podría completar la ecuación un golfista en el mejor día de su vida golfística, en una jornada sin factores climáticos que afecten al juego y, por supuesto, con una dosis de suerte que favorezca todo el tiempo al candidato.

fdebuen@par7.mx