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El gran bogey de la USGA (y la Ley 3 de 3)

Fernando de Buen



 

«Claramente, hicimos un gran bogey.»
-Mike Davis, director ejecutivo de la USGA.

Sucedió en el hoyo 5, mientras Dustin se preparaba para efectuar su putt para par. Tras realizar algunos swings de práctica, colocó su putter tras la bola, sin apoyarlo en la superficie. Fue en ese momento en el que la bola se movió unos cuantos milímetros, lo que notó el golfista, retirándose unos metros y llamando a un oficial para narrarle los hechos. En ese momento, el oficial le dijo que no había cometido ninguna falta. Dustin embocó el par.
Pero al llegar el hoyo 12, fue enterado por otros oficiales de que su caso sería revisado al término de la ronda. Peleando todavía el liderato con Lowry —aunque ya lo superaba por dos golpes—, el probable castigo podría definir su triunfo o su fracaso en otro torneo major. Sin duda recordó aquel triste evento en Whistling Straits, durante el PGA Championship de 2010, cuando una penalización de dos golpes le impidió ganar en forma directa el primer major de su carrera.

Afortunadamente para él, éste no fue el caso y terminó el hoyo 18 con una ventaja de cuatro golpes sobre sus más cercanos perseguidores.
 
No obstante, pocos minutos después, cuando asistió a la revisión de la jugada en el hoyo 5, se enteró de que el Comité de Reglas le había aplicado un golpe de castigo, lo que no afectó al resultado, pero sí, en gran medida, a la opinión pública acerca de los oficiales de reglas de la USGA.

El ruido alrededor de la polémica decisión no se hizo esperar. Una miríada de jugadores, entre ellos los mejores del mundo, protestaron enérgicamente la decisión. Rescatamos las siguientes opiniones publicadas en Twitter:

Jordan Spieth: «Déjame entender esto. DJ (Dustin Johnson) no completó la postura. Está reglamentado que él no causó que se moviera (la bola). ¿Ahora me dicen que él pudo ser? ¿Ahora? ¿Es una broma?

Rory McIlroy: «Esto es ridículo… no debe haber castigo para DJ. Dejen que el jugador juegue sin esta mierda en su cabeza. Hora amateur para @USGA».

Rickie Fowler: «.@JordanSpieth @McIlroyRory ¡estoy con ustedes! El hecho de que @usga piense que de DJ que causó que la bola se moviera es completamente ridículo. ¡Irrisorio!
Ernie Els: «El tratamiento de la @USGA a @DJohnsonPGA es absolutamente escandaloso. De ninguna manera él hizo que se moviera la bola.»

Tiger Woods: «Un gran golf por @DJohnsonPGA toda la semana, fortaleza al concluir sobreponiéndose a esa farsa de reglas…»

Como podemos notar, los autores de las protestas arriba citadas, no son simples golfistas del Tour, sino verdaderos líderes de este deporte en el mundo, confrontando sin ambages a una de dos instituciones que redacta las reglas de golf. La duda que despertó la decisión de los oficiales el día de ayer, dejó huella en prácticamente todos los jugadores, quienes mostraron una plena indefensión ante la interpretación de la Regla en cuestión (18-2).

Mostrando sensibilidad ante los hechos ocurridos, la USGA publicó el día de hoy una larga nota intentando justificar y respaldar la decisión de los jueces. En ella, más allá de ratificar lo correcto de la determinación y el castigo correspondiente al eventual campeón del Abierto de los Estados Unidos, muestra un pleno arrepentimiento por haber llevado la decisión hasta el final de la ronda, en lugar de simplemente haberla hecho pública en el hoyo 12, para evitar la incertidumbre de Johnson y sus perseguidores. Fue, precisamente ese error el que provocó que el director ejecutivo de la USGA declarara: «Claramente, hicimos un gran bogey».

No es mi intención juzgar si la USGA actuó en forma correcta, porque para ello ya contamos con la opinión de nuestro experto en Reglas, Fernando Martínez Uribe. Lo que me parece extraordinario, es la reacción solidaria de decenas de jugadores del Tour, en defensa del campeón y contra la metodología para aplicar esta Regla.

Pienso en las innumerables protestas y no puedo evitar envidiar esa actitud, ante la imposibilidad de aplicarla en nuestro país en contra de la clase política, quien confía plenamente en nuestra apatía para robarse el patrimonio de México, sabiendo que aquí nadie es capaz de reunir a la sociedad para exigirles el rendimiento de cuentas. El rechazo a aceptar la Ley 3 de 3, es una prueba irrefutable de que la inmensa mayoría de nuestros políticos son ladrones.

El día que nos atrevamos, desaparecerá el México denigrante en el que hoy vivimos.

fdebuen@par7.mx