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El Abierto Mexicano, flotando en la medianía

Fernando de Buen



Club de Golf La Hacienda, Club de Golf México o el Chapultepec, entre algunos otros. Grandes jugadores en el field, incluyendo algunas contrataciones importantes de miembros del PGA Tour. Durante esos años vimos pasar a Jay Haas, Frank Nobilo, Stewart Cink o el Gato Romero; antes que ellos a Tony Lema, Billy Casper, Lee Treviño, Severiano Ballesteros, Ben Crenshaw o el dos veces campeón Ernesto Pérez Acosta. Las galerías tupían los bordes de los hoyos finales a ambos lados del fairway y, al llegar al 18, el público se contaba por miles —nunca tantos como los que presumían los organizadores— pero eran miles, como los miles que coreamos el triunfo de Esteban Toledo en el año 2000. Era el evento más esperado del país, el torneo al que los golfistas preferíamos asistir en vez de jugar en nuestro campo ese fin de semana, la fiesta incomparable de nuestro golf, el Abierto Mexicano de Golf.

El torneo no es malo en absoluto ni está mal organizado, es solo que hoy no es ni la sombra de lo que fue durante el siglo pasado.

No se trata de buscar a un culpable, que en todo caso la responsabilidad recaería en la situación económica del país. Sin embargo, al igual que subsisten con total brillantez eventos profesionales como el OHL Classic at Mayakoba, el Lorena Ochoa Invitational o El Bosque México Championship, no veo razón que impida a nuestro Abierto estar a la misma altura. Solo hay que trabajar en su organización como lo hacen los responsables de los arriba mencionados.

Se habla de la falta de patrocinadores que apoyen al torneo, pero la propia decisión de integrarlo a una gira profesional de tercer nivel —no por ello poco demandante— como el PGA Tour Latinoamérica, ha sido un motivo importante para que las empresas con capacidad de inversión dejaran de participar. En prácticamente todo el deporte profesional los nombres superan a los hombres y, así muestren un nivel excepcional, la falta de personajes famosos a quienes seguir, les resta interés a los campeonatos.

Hace dos años critiqué en forma importante el hecho de que apareciera el título de este torneo rodeado de tres diferentes patrocinadores, lo que ridiculizó su prosapia, prestigio e historia. El año pasado y éste, ha vuelto a ser el que nunca debió cambiar, pero no a causa de devolverle la honra, sino por la falta de interés de un patrocinador —uno, no tres— que adjunte su marca a la del campeonato. Aunque respeto y admiro a Alberto Kaneda por su labor como promotor —durante los años que presidió la PGAM (Profesionales Golfistas Asociados de México) la llevó a grandes alturas—, la ausencia de una empresa que le ponga su nombre a la justa, me hace dudar si su labor en la consecución de inversionistas es la adecuada.

Lo cierto es que promotores anteriores al actual —como Francisco Lavat o Fernando Horgan— destinaban un monto importante en la propagación noticiosa de este torneo, con la finalidad de que los patrocinadores pudieran recuperar su inversión mediante la aparición de su marca en los diferentes medios que lo cubrían. Como están hoy las cosas, parecería la historia de la gallina y el huevo, donde no hay marcas interesadas por falta de difusión y no hay difusión por la ausencia de las marcas.

Resulta indispensable que quien se haga cargo de la organización de las próximas ediciones, garantice la inversión del capital necesario para asegurar la difusión del evento; si consigue los patrocinios para cubrir esa cantidad y obtener provecho del torneo, habrá cumplido con su labor en forma adecuada. Si no, seguramente se retirará con las consecuentes pérdidas.

Confieso que hace pocos años no asisto al torneo, porque como periodista protesté hace algunas ediciones por un indigno trato a nuestro gremio por parte de la promotora que, por ahorrarse unos cuantos pesos, solo le proporcionó comida de cortesía a la prensa extranjera, pero ni una torta a la nacional. Nunca antes de ese certamen y nunca después, fui testigo de un trato tan deleznable como en aquella ocasión. ¿Han cambiado las cosas? No lo sé. No es asunto mío.

Que la reciente edición del Abierto Mexicano de Golf aparezca como la nota principal de esta semana en Par 7 online, es algo que le debemos exclusivamente a Sebastián Vázquez, quien lo ganó en forma brillante. De no haber sido él, seguramente habría aparecido por debajo de los muy gratos triunfos de Sergio García y Rory McIlroy.

Quizá soy un optimista sin remedio, pero sigo teniendo la esperanza de que nuestro Abierto Mexicano de Golf viva un renacimiento que no le pida nada a las gloriosas ediciones del siglo pasado.

¿Cuándo?

fdebuen@par7.mx