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A mi querido amigo, al campeonísimo Juan Antonio Estrada, confiando en su total recuperación, y con la esperanza de compartir pronto una tarde hablando del Masters. |
El golf de todo el mundo se detiene por unos días para rendirle homenaje al inmortal Bobby Jones, a su socio Clifford Roberts y al campo que ambos construyeron y al torneo que convirtieron en uno de los principales referentes de este deporte en el orbe. Como todos los años, la segunda semana de abril marca la fecha del primer grande del año, el Masters Tournament.
Ningún otro campeonato en el mundo tiene el glamour del Masters. Desde los primeros minutos de luz del jueves inicia la emoción con el golpe de salida de tres inmortales: Arnold Palmer —quien por estar lastimado no participará—, Gary Player y el máximo ganador de este torneo en la historia, Jack Nicklaus.
El Masters es también el sueño posible de todo golfista amateur. La propia organización se ha dado a la tarea de contar con un número mayor de jugadores amateurs provenientes de todo el mundo; para ello, organiza torneos de calificación para extender las respectivas invitaciones en Asia y Latinoamérica, pero, desde mucho tiempo atrás ha contado también con los principales exponentes amateurs de Estados Unidos y el Reino Unido.
A principios de los 60 —entre 1962 y 64, para ser precisos—, un mexicano, Juan Antonio Estrada González, cumplió este sueño en tres ocasiones, por invitación expresa de Bob Jones. Ningún otro amateur de nuestro país ha jugado este torneo.
El campo ha evolucionado más que ninguno otro en el mundo. A través de los años, desde su apertura en 1933, Augusta National ha sufrido cambios importantes. En 1940 media 6800 yardas; 6900 en 1950; 80 yardas más en 1960; aumentó a 7040 en 1980; en el 90 se jugó sobre 6905; en el 2000 midió 6985 y, en el 2010 la actual distancia de 7435 yardas. Muchos han pensado que este es un campo diseñado para verdaderos bombarderos desde la mesa de salida, pero Jordan Spieth rompió el mito y una gran cantidad de marcas promediando apenas 282 yardas con su driver.
En cuanto a los favoritos, resulta indispensable colocar a quienes ocupan las tres primeras posiciones del ranking mundial, Jason Day, Jordan Spieth y Rory McIlroy. Sin embargo y sorprendentemente, de acuerdo con los Power Rankings del PGA Tour (aquí), el favorito por las estadísticas actuales en el circuito, más sus buenas actuaciones en pasadas presentaciones en este torneo, es Rickie Fowler; en la segunda posición bloquean al actual número 1 del mundo, el australiano Jason Day, quien busca el segundo grande de su carrera y está jugando extraordinariamente; el número tres ya ganó este torneo en 2013, y no es otro que el también australiano Adam Scott; en la cuarta posición de favoritos colocan a Rory McIlroy, quien juega este torneo por octava ocasión, y de ganarlo lograría el grand slam de carrera y; extrañamente, el campeón defensor, Jordan Spieth es colocado hasta el quinto lugar; entre el sexto y el 10º están (en ese mismo orden) Phil Mickelson, Bubba Watson, Justin Rose, Henrik Stenson y Dustin Johnson. La verdad sea dicha, es difícil mejorar estas predicciones.
Otros datos que no podemos descartar para pronosticar a quienes podrían ganar el major de primavera, son los momios en las principales casas especializadas por todo el mundo. En uno de los principales sitios especializados, los momios son encabezados por Jason Day (13/2), le siguen Jordan Spieth (15/2), Rory McIlroy (8/1), Bubba Watson (10/1), Adam Scott (11/1), Rickie Fowler (14/1), y Dustin Johnson y Phil Mickelson (18/1). Si alguno de nuestros amigos quisiera apostar por el gran veterano Sandy Lyle —campeón en 1988— quien llevará como caddie a Esteban Toledo, por cada dólar invertido recibiría 2000.
La verdad sea dicha, siempre tenemos un favorito para cada torneo, pero si llega el domingo y nuestro elegido está lejos del liderato, realmente poco importa, porque el Masters es de esos campeonatos donde nada está escrito, antes del último putt en el hoyo 72, y siempre se disfruta, sin importar quien lo gane.
No puedo imaginar que pudiese haber alguien que, independientemente de sus preferencias, no gozara del impresionante triunfo del joven texano Jordan Spieth hace un año.
¿Una predicción personal? Me sería muy fácil repetir los nombres que ya mencioné en ambas listas, pero me gustaría que el norirlandés completara el grand slam. Si no es él, elegiría a Jason Day, pero no descartaría a Dustin Johnson, en calidad de caballo negro.
Comienza el Masters. ¿Se puede pedir más?
fdebuen@par7.mx |
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