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Jason Day, el número 1 y el Masters

Fernando de Buen



Con el segundo triunfo consecutivo de Jason Day en la temporada, nos debe quedar claro que ya recuperó el impresionante nivel que mostró en el último cuatrimestre del año pasado —donde acumuló cuatro triunfos y ascendió por primera vez al cenit del ranking mundial—, es el mejor jugador bajo el sistema match play en la actualidad, a pesar de su pésima actuación en la pasada Presidents Cup, y está listo para añadir su segundo major en unos días más: el Masters de Augusta.

A pesar de haberse presentado al WGC-Dell Match Play con un disco inflamado, y experimentar ocasionalmente mucho dolor durante algunas de sus siete rondas en Austin, Jason clasificó con facilidad tras los tres partidos eliminatorios, venció a Brandt Snedeker por 3 y 2 en la ronda de 16, a Brooks Koepka por el mismo marcador en cuartos, a Rory McIlroy por 1 arriba en la semifinal, y a Louis Oosthuizen por 5 y 4 en la final.

Hace apenas unos meses, se antojaba muy difícil que el joven texano Jordan Spieth pudiese ceder el liderato que mantuvo por un total de 26 semanas. Sin embargo, tal como lo he comentado en artículos anteriores —sin que medie para ello algo más que un conocimiento básico de la capacidad de quienes ocupan los primeros lugares de esta privilegiada lista—, este 2016 habría de ser un año de grandes cambios en el cenit del golf internacional. Ya se dio el primero, pero veo difícil que no haya más en el corto plazo.

Afortunadamente, la temperatura del actual calendario está subiendo exponencialmente y, tras jugar esta semana en Houston, los mejores del mundo se dirigirán a Augusta National para participar en el primer grande del año.

Por supuesto, los grandes favoritos son Day, Jordan y Rory McIlroy, pero parece imposible decantarse por alguno de ellos.

Jordan solo ha participado en dos ocasiones. En 2014 fue subcampeón, pero en 2015 barrió con todos, imponiendo las marcas de más birdies en un torneo con 28, el más bajo score en 36 hoyos (–14) y en 54 (-16), y empatando la mejor puntuación de la historia, con 18 bajo par.

Rory, por su parte, tuvo en 2011 la oportunidad de llevarse el torneo, pues inició la ronda final con cuatro golpes de ventaja, tras lograr impresionantes recorridos de 65, 69 y 70, 12 bajo par. Sin embargo, 37 en los primeros nueve hoyos del domingo, seguido de un triple-bogey en el 10 y un doble en el 12, lo forzaron a firmar una horrible tarjeta de 80 golpes, cayendo hasta el 15º lugar. Rory busca con desesperación el triunfo en este torneo, para completar así el grand slam de carrera. Quedó en octavo lugar en 2014 y en cuarto el año pasado.

En 2011, Jason terminó como subcampeón de este torneo, y dos años después fue el tercer lugar. Si bien no alcanzó un top-ten en los dos últimos años, también es cierto que nunca había llegado a este campeonato con el impresionante nivel que tiene ahora. Suceda lo que suceda en Houston esta semana, este joven de 28 años llegará como número 1 al torneo de Augusta.

¿A quién irle? Insisto en que parece imposible pronosticar quién de estos tres superará a los otros dos, y si ganará el torneo. Si bien Jason y Rory cuentan con una distancia descomunal en sus golpes de salida, Jordan dejó muy en claro el año pasado, que no gozar de dicho activo no es impedimento para dominar al campo de Bobby Jones. Los tres son extraordinarios en el juego medio y corto, y parecería que la diferencia para determinar al mejor estará sobre los ondulados y rapidísimos greens de este histórico campo.

Por si acaso están interesados en los momios de los apostadores, como era de esperarse, los tres pagan 13 a 2 y son favoritos indiscutibles. Quienes más se les acercan son los excampeones Adam Scott y Bubba Watson, cada uno pagando 11 a 1.

Solo faltan unos días para este increíble torneo. ¿Perdérselo? ¡Imposible!

fdebuen@par7.mx