Somos un planeta necesitado de héroes. Poco importa si una batalla fue ganada por 100 soldados o 100 millares, siempre habrá un nombre al frente de todos que será reconocido como el héroe de la conflagración, aun sin ensuciarse las manos. Esa es nuestra realidad. En el golf no existe la excepción a la regla; los ídolos son, ante todo, un referente y el referente solo significa negocio. La dolorosa caída de Tiger Woods puso a temblar a las más sólidas instituciones del golf profesional, así como sus principales patrocinadores, quienes buscan desesperadamente encontrar un sustituto para entronizarlo y mantenerlo el mayor tiempo posible con la corona en la cabeza. Por sus características, Jordan Spieth podría ser un monarca ideal. Veamos por qué.
Antes que nada, Jordan es estadunidense, y nada deja más dinero que un ídolo de esta nacionalidad, considerando que la gran mayoría de las empresas patrocinadoras radican en tierras del Tío Sam. Grandes jugadores como el inglés Luke Donald llegaron a acumular poco más de un año como el mejor del ranking mundial, pero ni lejanamente lograron una retribución mediática como los de Estados Unidos. Aquí la excepción podría ser el norirlandés Rory McIlroy, pero ello se debe a que sabe muy bien cómo moverse a través de la difusión en prensa y representa a una empresa con más experiencia en el tema que ninguna otra en décadas recientes.
En segunda instancia, Spieth tiene solo 22 años, una edad ideal para haber llegado al número 1 y con grandes posibilidades de conservarlo por mucho tiempo, aunque hay que decir que tiene más competencia en Jason Day y Rory —entre algunos otros— que la que jamás tuvo Tiger.
Tercero, el texano no surgió al profesionalismo rodeado de una aparato mercadotécnico impresionante, lo que históricamente ha frenado la evolución de un atleta, y valga la excepción de Tiger, aunque otros como Michelle Wie y Rickie Fowler han perdido años en desarrollar su máxima capacidad, muy probablemente por querer cumplir con las exigencias de sus patrocinadores. Todavía no llega el día en el que Jordan anuncie un contrato histórico, pero seguramente no tarda en llegar. Mientras no se vea obligado a cambiar de herramientas —como le sucedió a Tiger o a Rory McIlroy, perdiendo meses valiosísimos en su traslado a Nike—, Jordan se mantendrá en lo alto, sin importar el papel que firme.
La excepcional temporada 2015, con un portafolio de cinco triunfos que incluyó dos grand slam —el Masters y el U.S. Open— catapultaron a Spieth al número 1 del mundo, que por semanas peleó codo a codo con el asutraliano Jason Day, hasta que llegó la Copa Fedex y todo se definió a favor del primero.
Aprovechando tales circunstancias, las empresas de comunicación han echado a andar las olas mediáticas, pues saben que un nuevo héroe representa inversiones frescas y cuantiosas. Algunas de ellas —las más prudentes— hablan del enorme futuro del jugador, pero otras ya lo comparan con Tiger Woods, y allí es donde se pierde la sensatez.
Con su triunfo el día de ayer en el Tournament of Champions, Spieth se unió a Woods como los únicos jugadores que han ganado en siete ocasiones desde 1970, año en el que iniciaron los registros correspondientes. Antes de ellos Horton Smith (1908-1963) había logrado ocho títulos en 1929.
La única diferencia es que Jordan logró el séptimo en el 77° torneo, mientras que Tiger lo hizo en solo 38. Cuando jugó su torneo número 77, Tiger acumulaba 18 victorias. También es un hecho que en este lapso, Jordan ganó dos majors y Tiger solo uno —Masters de 1997—, pero es bueno saber que en sus siguientes diez torneos, el californiano sumó seis victorias más, entre ellas los otros tres grandes, sumando a su currículo el primero de tres grand slam de carrera. Sumando esos 87 campeonatos, Tiger ganó uno por cada 3.34 apariciones, Jordan ha ganado uno por cada once.
Así las cosas, aún falta mucho para que podamos comparar a estos dos superdotados del golf, aunque les duela en el alma a quienes pretenden lucrar con la coronación.
Un punto a favor de Spieth es su sostenimiento con los pies en la tierra. Cuando fue cuestionado sobre esta comparación, respondió: «Solo pienso que es prematuro, pero diré que probablemente en toda mi carrera. Sé lo que hizo y también que encuentro difícil de creer que pueda ser igualado. Sé que estamos en una posición donde estamos adelantados a la curva de edad, pero, ¡vaya!, sería difícil de creer que pueda ser comparado con él durante toda una carrera. Yo espero que ese sea el caso, y ciertamente me esforzaré para ello.»
La humildad; ese es un gran camino al éxito.
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«Lo que él (Tiger) ha hecho por el juego es algo especial y no siento merecer ser necesariamente comparado con él por ahora, aunque quizá lo sea. Personalmente no lo creo.»
Jordan Spieth
«Para nada cercano. No creo que haya razón para comparar. Es muy temprano. Estamos muy emocionados por donde nos encontramos al inicio de nuestra carrera. Lo que ha hecho Tiger, no puedo imaginar siquiera que se pudiera hacer. Pero es grato estar con esa compañía. Es fantástico estar aquí con lo que estamos tratando de hacer y hacerlo bien.»
Jordan Spieth, sobre su séptima victoria antes de los 23 años. |
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