Concluye el 2015 y nos deja sentimientos encontrados. Por una parte, el golf nos regaló experiencias maravillosas pero, por la otra, nos hundimos en un laberinto de corrupción, devaluación y una alarmante ausencia de creatividad en las decisiones económicas que podrían resolver la penosa situación actual y futura de nuestro México.
Tiger y su posible retiro
Estamos viviendo algo que podría definirse como la despedida de Tiger Woods del golf competitivo. Más lesiones, resignación y un afortunado reencuentro con sus hijos, parecen desmotivar al genio californiano, quien ya se siente conforme con lo logrado hasta hoy, y parece haber detenido ya su frenética búsqueda de records históricos. Ahora bien, espero estar equivocado y atestiguar nuevamente uno de esos regresos increíbles, que han llevado al ganador de 14 majors desde muy abajo hasta el cenit del ranking mundial en varias ocasiones. Al tiempo.
Gracias al legado de Woods, las nuevas generaciones de golfistas han demostrado que no le temen a nada ni a nadie, y tres jóvenes menores de 30 años cubren hoy el horizonte del espectáculo mundial del golf: Jordan Spieth, Jason Day y Rory McIlroy.
Los tres grandes de la actualidad
Con dos majors en sus alforjas este año —Masters y U. S. Open—, más el Tour Championship, la Copa Fedex y el título de Jugador del Año, el joven texano de 22 años acumuló cinco victorias, alcanzando el número 1 del ranking mundial. Vale la pena añadir que en el PGA Championship terminó en segundo y cuarto en el Open Championship. Simplemente impresionante.
Lo único que impidió al australiano Jason Day convertirse en Jugador del Año fue, precisamente, Jordan Spieth. Una victoria tempranera en la temporada, sumada a una racha impresionante de cuatro triunfos en solo seis torneos —incluyendo el PGA Championship—hacia la parte final del año, catapultaron a la estrella de 28 años al cenit del golf internacional. Su única mancha en un año extraordinario fue su pobre actuación en la Presidents Cup.
El genial norirlandés Rory McIlroy rompió un periodo virtuoso por una desafortunada lesión jugando futbol callejero. Para su infortunio la lesión llegó en los momentos más importantes de la temporada y no pudo jugar el Open británico. Las ausencias le impidieron conservar el número 1, que desde entonces se ha repartido entre los dos anteriormente mencionados. Rory está totalmente recuperado y lo celebró ganando nuevamente la Carrera a Dubái.
Los duelos que ya vimos entre ellos, más los que podemos esperar en 2016, le darán al golf un sabor inigualable, que probablemente no vivíamos desde los tiempos de Nicklaus, Palmer, Player y Treviño.
Los nuestros
En el golf nacional, el balance es muy positivo. La noticia lamentable —el fracaso de Oscar Fraustro en el PGA Tour— fue ampliamente recompensada con el ascenso de Abraham Ancer a la misma gira, más el destacado papel de Carlos Ortiz, llegando hasta el segundo torneo de los Playoffs de la FedEx Cup.
La gran temporada de Ale Llaneza en el Symetra Tour, más el muy destacado papel de Gaby López en la Q-School, les permitirán participar el año próximo en el LPGA Tour.
Notable fue el desempeño de Rodo Cazaubón en el PGA Tour Latinoamérica, ganando la Orden al Mérito (ingresos) y el título de Jugador del Año. El año próximo estarán él y Roberto Díaz —quien tuvo un papel destacado en la Q-School del Web.com Tour—como jugadores activos de la gira de ascenso.
El mexicalense Esteban Toledo se consolida como uno de los jugadores grandes del Champions Tour, habiendo conseguido el segundo lugar en el Senior PGA Championship y coronando la temporada con su triunfo en el First Tee Open en Pebble Beach. Terminó en octavo en la copa Charles Schwab.
Cada vez son más los mexicanos que podemos seguir en las más importantes giras profesionales del mundo, lo que adereza el interés de quienes disfrutamos del golf internacional. Afortunadamente, quedaron atrás los años en los que solo contábamos con Lorena Ochoa y a Esteban Toledo en estos niveles.
Clubes en crisis
La mayoría de los clubes privados de nuestro país, siguen pagando las consecuencias de someter a sus socios a pagos de mantenimiento que por décadas superaron por mucho el índice inflacionario, provocando una reciente desbandada que ha devaluado el costo de las acciones, y dejando a unos cuantos la manutención de la organización respectiva. Están surgiendo alternativas creativas para rescatar a la membresía, lo que habrá de redundar en la recuperación de nuestros clubes. Ojalá que en adelante se invierta en la garantía del sostenimiento de estas instituciones y no en construir en ellas obras de relumbrón.
Año de Mundial y Olimpiadas
En el 2016 se cumplirá un larguísimo sueño con más de un siglo de antigüedad: el regreso del golf a los Juegos Olímpicos, con la garantía de que habrá mexicanos compitiendo en la justa. Había sido una injusticia histórica la reticencia del Comité Olímpico Internacional a incluir este deporte entre los que conforman esta fiesta, pero ello ya terminó y el golf regresa para quedarse.
Apenas semanas después de las competencias en Río de Janeiro, los mejores golfistas amateurs del mundo en ambas ramas se dirigirán a la Riviera Maya para participar en los Campeonatos Mundiales de Golf por Equipos —Trofeos Espirito Santo y Eisenhower—, las más importantes competencias amateur del planeta. No tengo duda de que México será un extraordinario anfitrión.
La basura en su lugar
No todos hemos sufrido las inclemencias de un año difícil en casi todos sus aspectos. Otros lo habrán visto como un año de oportunidades, éxitos y enorme progreso. Entre ellos están los miembros del gabinete, el gabinete ampliado, diputados, senadores, directivos de partidos políticos (en especial PRI y Verde), consejeros del INE, asesores de ambas cámaras y jueces de la Suprema Corte y otros tribunales, contratistas que venden casas (blancas y de otras), más un mundo de etcéteras. Para ellos, la única crisis que existe en México es la de su propia credibilidad.
El enorme y más reciente resbalón de nuestras autoridades estuvo a cargo del Jefe de Gobierno de la recién rebautizada Ciudad de México, con la promulgación de su nuevo Reglamento de Tránsito. Con multas cuya lógica solo responde a la florida imaginación de este interesado en convertirse en el próximo presidente del país, los únicos beneficiados serán los agentes de tránsito, quienes gracias a los muy onerosos montos de las infracciones, se darán gusto extorsionando a automovilistas y motociclistas, generando ingresos que jamás imaginaron.
Por allí leí una nota que mencionaba que en los primeros tres días del nuevo código se habían acumulado poco más de mil infracciones. Ante una ciudad del tamaño de la nuestra, con cerca de 7 millones de automovilistas, puedo imaginar que hubo decenas de miles de faltas de tránsito, que no fueron registradas y se resolvieron en favor del patrimonio de los agentes, en forma de autoaguinaldo.
Sin duda, doctor Mancera, la suya fue una pésima decisión en tiempos de proselitismo.
Conclusión
Con los actuales precios del petróleo y la imposibilidad de obtener una cobertura como la que nos salvó (en cursiva con intenciones siniestras) este año, lo único que podemos esperar es que estalle una crisis económica sin precedentes, donde solo los mencionados dos párrafos arriba estarán libres de preocupaciones. El resto estaremos condenados a las consecuencias de la pésima administración actual.
Sin embargo, nos quedan el optimismo y la esperanza de encontrar una veta de éxito y otra de alegría. Que la primera sirva para resolver las necesidades primarias de cada familia y un poco más, mientras que la segunda sea permanente e incluya muchas rondas de golf.
¡Felices fiestas y que la esperanza se convierta en realidad!
fdebuen@par7.mx
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