Las calaveras de 2015
Fernando de Buen
¿Quién no ha querido en algún momento de su vida, escribir unas tradicionales calaveras? Es una tentación difícil de vencer, pero yo ya me dejé ganar, y aquí están algunas, esperando que las disfruten (gracias, Mauricio Durazo, por permitirme robarte la idea de hacerlas).
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Óscar Fraustro
Quedaste fuera del Tour
sin dejar una profunda marca,
y prometiste a él regresar
antes de que te llevara la parca.
Pero debes saber, Óscar Fraustro,
que no te dejaré retornar,
pues aunque tires 17 birdies y un par,
te he de enterrar en mi claustro.
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Carlos Ortiz
Lo siento mucho Carlos Ortiz,
pero llegó tu hora maldita;
has tenido una vida feliz,
con fama, triunfos y una novia bonita.
Pero todo eso quedará atrás,
cuando la huesuda se te adelante,
y será a ti a quien se lleve
y no a tu representante.
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Abraham Ancer
Tocaste el cielo en el Web.com Tour
y ascendiste feliz a la Gira grande,
pero no querrás que ello me ablande,
pues llegó el día de decir: Abur.
Tiempo de embocar, te llegó el fin,
yo no fallo, mi buen Abraham,
y en el hoyo 18 de mi green
tus huesitos tranquilos reposarán.
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José de Jesús Rodríguez
Lo siento mucho querido Jesús,
pero era una fresa envenenada,
y hoy que quieres sobrevivir,
debes saber que tu calaca está dada.
Ya no quieras ganar torneos,
deja que otros lo intenten,
y no hay sarcófago que renten
para un Camarón con sus trofeos.
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Rodolfo Cazaubón
Por mucho que hayas ganado
en la gira latinoamericana,
conmigo estás condenado,
y de tu vida ya no queda nada.
Soy la misma muerte, Rodolfo,
y te he de llevar al panteón,
así llores hasta llenar el Golfo,
así te apellides Cazaubón.
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Sebastián Vázquez
Así es, estimado Sebastián,
el éxito viene fácil y es fácil el retroceso,
y ahora que estás de regreso,
te llevo conmigo al Mictlán.
No te preocupes por tu partida,
ni pongas esa cara de espanto,
que tienes turno de salida,
en el hoyo 1 de mi campo…santo.
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Esteban Toledo
¿Acaso creíste, mexicalense,
que ganando torneos te salvarías?
Escucha: a la muerte nadie la vence
ni con el jab de tus alegrías.
Hoy, Esteban, me perteneces,
y con tus huesos yo me quedo,
no me importa cuanto reces,
o que te escondas en Toledo.
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Oscar Serna
¿Así que ganaste, Oscar Serna,
cuando por fin se curó tu lesión?
Pues qué poco duró esa canción,
pues te llevo a la vida eterna.
No importa que me ofrezcas vino,
o una cabina de lujo en un tren,
de esta no te salvan ni papá Efrén,
ni ganar la Copa Golf Latino.
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Lorena Ochoa
Soñar en grande, querías,
pero tu alma cayó en pena,
y aunque fuiste la mejor, Lorena,
conmigo nomás no podías.
Pero en honor a tu encanto,
y a tu alma bella y franca,
usaremos de camposanto
la Escuela de la Barranca.
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Juan Antonio Estrada
Fuiste de todos el mejor golfista,
y jugaste el Torneo de Maestros,
pero aun siendo de los fairways el artista,
ya encargué tu osamenta a los siniestros.
Hagamos Juan Antonio, la cosa justa,
pues nos has llenado de alegrías:
he decidido enterrarte en Augusta,
en el Amen Corner con todo y galerías.
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Tiger Woods
Tan grande fue tu capacidad,
que el segundo te veía con catalejos,
pero en tu visita a nuestra Ciudad
te llevaste dólares… y dejaste espejos.
Eso no te lo perdono,
pues de México soy la muerte,
y reposarás en mi panteón,
donde todos gratis podrán verte.
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Pablo Suinaga
«Soy Presidente de la Federación»,
anunciaste en cada puerto,
pero Pablo, en mi organización
no presides estando muerto.
Y aunque estés muy ocupado,
te cruzaré con mi espada,
ya no tendrás que preocuparte,
por el Mundial o la Olimpiada.
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Fernando de Buen
Entre el fairway, el green y la revista,
murió el autor de estas estrofas,
pues se hacía pasar por periodista,
cuando quedó como ensalada de alcachofas.
Y es que caminaba con la muerte,
quien iba regiamente vestida de golfista,
cuando de un bolazo quedó inerte,
la calavera hizo shank… por quitarle la vista.
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