Tiger no viene a México. Al menos en 2015. No estará en condiciones de cumplir con su compromiso de asistir al Club Campestre de la Ciudad de México,ya que el californiano se sometió el pasado 16 septiembre a una nueva cirugía de columna, una microdisectomía para remover un pequeño fragmento de disco que presionaba un nervio. Algo parecido a la que tuvo en 2014.
Sin embargo, no debemos descartar su visita, ya que los organizadores de la Bridgestone America’s Golf Cup —que habría de celebrarse en el club de Churubusco entre el 22 y 25 de octubre—, están viendo la posibilidad de aplazar el torneo para 2016, esperando la plena recuperación del ilustre visitante.
Para ello, tendrán que alcanzar un pronto acuerdo entre quienes están más involucrados en la organización, el PGA Tour —recordemos que este torneo forma parte del PGA Tour Latinoamérica—, Bridgestone como patrocinador principal, Value como presentador, la Ciudad de México (CDMX) como copatrocinador, el Club anfitrión y, por supuesto, Tiger Woods.
He tenido la oportunidad de conversar con representantes de la empresa que organiza el torneo, y tengo confianza en que muy pronto nos darán una buena noticia.
Más allá de tener la oportunidad de disfrutar de la presencia del mejor jugador de las últimas décadas —quien ha acumulado a través de los años un total de 683 semanas como el número 1 del mundo—, se vuelve impredecible su futuro. Después de una larga recuperación por su pasada visita al quirófano, finalmente vimos un destello de su capacidad en el Wyndham Championship, torneo que antecedió a los Playoffs de la Copa Fedex.
Con la incertidumbre acerca de su nivel de juego y el inexorable paso del tiempo —cumplirá 40 el próximo 30 de diciembre—, pensar que volverá al nivel histórico que mostró a principios de este nuevo siglo, se antoja improbable, por decir lo menos. La edad no debe ser un factor, pero si ésta se combina con una salud precaria en temas íntimamente relacionados con el desempeño en el campo de golf —rodillas, espalda, etc.—, las cuatro décadas de vida pueden sentirse como cinco o más.
Como lo he mencionado en cada oportunidad, deseo fervientemente que Tiger vuelva a gozar de cabal salud, y lo podamos ver competir en el mejor nivel contra Jason Day, Rory McIlroy y Jordan Spieth —todos ellos menores de 30 años—, quienes dominan la escena del golf en la actualidad.
Jason Day, un sueño cumplido
En 2007, cuando apenas tenía 20 años, Jason atendía una conferencia telefónica con los medios, desde la cama de su mamá en su natal Australia. Allí expresó por primera vez su deseo de convertirse en el número 1 del mundo.
La reacción de los entrevistadores no se hizo esperar y las críticas le llovieron por aparecer como «impetuoso y delirante». La verdad sea dicha, en aquellos años nadie pensaba que Tiger podría caer del trono del ranking mundial.
Su caddie Colin Swatton recuerda que Jason se preguntaba: «¿Qué dije de malo? Todos quieren ser el mejor jugador del mundo. No quieren ser segundo o tercero, ¿no es así?»
Casi ocho años después, Jason ha podido acallar las críticas que recibió por hacer público su sueño, el sueño de todos.
Con cuatro victorias en sus últimos seis torneos, y un promedio de cinco golpes de ventaja sobre el segundo lugar en los tres últimos triunfos, Jason se asemeja al Tiger que todos extrañamos, el que mostró todo su potencial al inicio de la década pasada.
Sin embargo, si incluso Woods tiene sus desplomes, al igual que le sucedió a Rory cuando cambió sus palos de golf, o incluso a Jordan, quien falló los dos primeros cortes de esta Copa Fedex, Jason no está exento de caer de su virtuosa nube, permitiendo que otro le arrebate el puesto.
Me encanta que el australiano haya ascendido al número 1 del mundo, pero celebro más que cuatro jóvenes que aún no cumplen los 30 años de edad, ocupen los primeros lugares de la clasificación del orbe. Habrá que esperar los resultados del Tour Championship este fin de semana, para conocer al ganador de la FedEx, y más adelante al Jugador del Año. Aún con dos victorias en majors —Masters y U. S. Open—, Jordan Spieth no tiene asegurado el nombramiento, en caso de que Jason Day gane este torneo y, por consecuencia, la Copa Fedex.
Todo depende del resultado de ambos el domingo. Eso sí, si lucen parejos, es seguro que Jordan obtendrá el título por voto de sus compañeros del Tour, por dos simples razones: tiene apenas 22 años… y es estadounidense. Creámoslo o no, el segundo punto tiene una gran carga emocional para los electores.
Lo que viene en 2016 podría representar lo mejor del golf en más de una década.
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«Quiero enviar mis pesares al Frys, y aquellos asociados con la America’s Golf Cup presentada por Value en la Ciudad de México. Ésos eran dos eventos que realmente tenía deseos de jugar. Estaba listo para comenzar la temporada 2015-16 del PGA Tour en el Frys, y estaba emocionado de acompañar a mi buen amigo Matt (Kuchar) en la Ciudad de México.»
Tiger Woods |
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