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El hoyo en uno y sus características

Fernando de Buen




Lo logrado el día de ayer por Brian Harman durante el torneo The Barclays —dos hoyos en uno durante la misma ronda— me hizo buscar de inmediato alguna información que me orientara sobre las probabilidades de que un jugador, amateur o profesional, repita esta hazaña. Los números me dejaron congelado: de acuerdo con el National Hole-in-One Registry (aquí), las posibilidades son de una en… ¡67 millones!

Ahora bien, el sitio dedicado a esta singular experiencia, no especifica si estos números corresponden a jugadores amateurs o profesionales, por lo que podríamos reducir las posibilidades a una entre 30 y 50 millones. Aun así, el número es enorme.
Las estadísticas son más interesantes. Cada año se juegan en Estados Unidos 450 millones de rondas, y se registra un hoyo en uno cada 3500. Se estiman en dicho país aproximadamente 128 mil cada año.

Las posibilidades de hacer un hoyo en uno para un jugador profesional son de una entre 2500 y 3 mil oportunidades; un amateur de bajo hándicap lo logrará cada 5 mil, mientras que el jugador promedio la desaparece en el hoyo en una ocasión cada 12 mil intentos. ¿Dos jugadores del mismo grupo en el mismo hoyo? Una vez cada 17 millones.

De acuerdo con los estudios llevados a cabo por esta asociación, el jugador promedio que logra un hoyo en uno tiene 24 años de experiencia, 14 de hándicap y, quienes tienen entre 50 y 59 años consiguen el 25% de los ases, mientras que los de una década menos logran el 24%. El promedio de distancia es de 147 yardas.

El 16% de los hole in one son conseguidos por mujeres, cuyo promedio de edad es de 55 años, tienen 15 practicando el deporte y la distancia promedio al hoyo es de 111 yardas.
Los hierros que más hoyos en uno consiguen son el 7 y el 8, con 14% cada uno; les sigue el 9 con 12%.

¿Imposible? No tanto
De acuerdo con una compañía de seguros especializada en estos asuntos, no resulta tan complicado que haya un hoyo en uno durante un torneo. Si en el evento participan 100 jugadores amateurs, y el campo cuenta con cuatro hoyos par 3, las posibilidades de que un jugador haga uno durante el campeonato, son de 1 en 32, mucho menos de lo que cualquiera pensaría.

Ahora bien, si se trata de un torneo profesional, las probabilidades son mucho mayores. Considerando que en este gremio hay un hole in one cada 2500 intentos, aproximadamente, se puede deducir que las posibilidades de que se registre una de estas rarezas durante una ronda, es de una entre 4.5; en pocas palabras, ya no son rarezas. Que suceda durante un torneo, es prácticamente de 1 en 1.

Volviendo a los numerotes, que dos jugadores emboquen su golpe de salida en el mismo hoyo durante la misma jornada, puede darse una vez cada 32 mil ocasiones. Que un golfista consiga tres consecutivos, podría suceder después de poco más de 150 millones, 250 mil intentos.

Momentos memorables
Quizá uno de los más famosos hoyos en uno de la historia, fue el conseguido por Gene Sarazen en el Open Championship de 1973, a la edad de 71 años.

En la segunda ronda del Martini International de 1971, en el campo de Royal Norwich, en Inglaterra, John Hudson logró dos consecutivos. El primero desde 195 yardas en el par 3 del hoyo 11, donde embocó tras golpear un hierro 4, mientras que en el siguiente hoyo, un par 4 de bajada de 311 yardas, pegó su driver y ¡también metió su bola! Se cree que es el único caso en la historia con dos consecutivos.

A final de cuentas, no hay más verdad que aceptar el hecho de que un hoyo en uno es un evento fortuito, y no producto de la capacidad del ejecutante. Como bien dicen los que saben, es mucho más probable que haga uno quien juega cinco veces por semana, aunque tenga hándicap alto, que un golfista scratch, que lo hace un par de veces cada siete días.

Lo que nadie podrá poner en duda, es que hay pocas experiencias tan emocionantes y divertidas como meter —y luego celebrar— un hoyo en uno. En mis buenos años lo logré en dos ocasiones en mi amado Vallescondido, y son inolvidables, tanto la escena en la que ambas bolas desaparecieron dentro del hoyo, como la memorable celebración que les siguió.

fdebuen@par7.mx