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El orgullo de ser mexicano: Abraham Ancer

Fernando de Buen




La pregunta de esta tarde fue a rajatabla: ¿Te consideras mexicano? La respuesta no se hizo esperar: «Sí, claro que sí», me contestó Abraham Ancer, flamante ganador del Nova Scotia Open, del Web.com Tour. Con eso se disiparon todas mis dudas.

El joven de 24 años habla con el acento norteño de Reynosa, Tamps., la ciudad que lo vio crecer desde un mes después de nacer en McAllen, Tx, hasta los 15 años, cuando regresó a los Estados Unidos para continuar con sus estudios y mantener el mejor nivel de golf, hasta llegar a la Universidad de Oklahoma, para después saltar al profesionalismo.

«Conocí a la raza mexicana desde chiquito —me dice, para explicarme que se formó en México, que aprendió a jugar golf con su padre y que asistió desde que era un bebé en brazos, al Club Campestre de Reynosa—. Conocí a Carlos Ortiz, a Rodolfo (Cazaubón), Sebastián Vázquez y a todos ellos en la gira de México, y luego nos topamos en muchos torneos en la Universidad. Jugué por los Estados Unidos, porque no tenía documentos mexicanos, pero yo siempre quise jugar por México, y lo hice de chiquito, desde los 6 a los 14 años, en torneos oficiales de la Federación y las asociaciones regionales, pero no después, por el problema de la falta de pasaporte.»

Abraham no es ni lo peor de nuestro país, no trafica drogas, no es criminal ni violador, como seguramente pensaría acerca de los mexicanos el indeseable, imprudente, irresponsable e insoportable Donald Trump. Al igual que los principales golfistas de este país, aprovechó todas las oportunidades disponibles para desarrollarse como deportista en la región que más golfistas produce en el mundo. ¿Y qué mejor que hacerlo con una beca universitaria?

Como mencioné, sus primeros golpes fueron siguiendo las enseñanzas de su padre, pero también de dos maestros que le ayudaron a aprender los pasos básicos de este deporte. Fueron Julián Valenciana —padre del profesional mexicano— y Petronilo Castillo, profesional del club.

A partir de entonces y hasta la fecha, no ha tenido un entrenador en particular, y su coach en la Universidad decidió no sugerirle cambio alguno, por contar con un swing suficientemente sólido para alcanzar su máximo nivel.

Se hizo profesional hace dos años, pero el año pasado vivió dos problemas muy serios: el lamentable fallecimiento de su padre y una lesión que lo alejó del golf durante dos meses y medio. En 2014 perdió su estatus condicionado en esta Gira y, ya repuesto, la recuperó a través de un excelente desempeño en la Q-School. Hoy, como campeón de un torneo, ya ingresó en la lista de los 25 que al final de la temporada pasarán al PGA Tour automáticamente en 2016 y, tiene asegurado su estatus en el Web.com durante al menos dos años más.

Como es de esperarse, a raíz de su victoria Abraham recibirá ofertas de patrocinadores en su país de residencia —actualmente vive en San Antonio, Tx—, pero también le abrirá los ojos a patrocinadores y organizaciones relacionadas con el golf en nuestro país.

Uno de los trabajos a los que se abocará de inmediato, es el de solicitar a medios como el Golf Channel o a la organización del Ranking Mundial de Golf, que le cambien la bandera de barras y estrellas por la del águila y la serpiente, como ya lo hacen las organizaciones afiliadas al PGA Tour. Una vez que aparezca como mexicano, se volverá un candidato ideal para ser invitado a eventos de primer nivel en México, como el Abierto Mexicano o el OHL Classic at Mayakoba, que suele otorgar invitaciones del patrocinador a los mejores jugadores de este país. Sin duda, mi amigo Joe Mazzeo —director del torneo en El Camaleón, de la Riviera Maya— ya estará tomando en cuenta su nombre para meterlo en lo alto de su baraja junto con los de Carlos Ortiz, Óscar Fraustro y Rodolfo Cazaubón, entre otros candidatos.

Resulta fascinante que otro jugador forjado en México, aunque consolidado en los Estados Unidos, tenga muy buenas posibilidades de ingresar a la máxima gira del golf profesional el próximo año. Antes que él, ya tenemos fincadas esperanzas en Roberto Díaz —también en 2016— y, de seguir así, en el tampiqueño Cazaubón para el año siguiente.

Otro detalle que no podemos dejar de considerar, es que Abraham se volverá elegible para la selección mexicana que compita en los próximos Juegos Olímpicos en Río de Janeiro. Actualmente ocupa la posición 367 del ranking mundial —avanzó 446 posiciones entre domingo y lunes— y entre los connacionales estaría colocado solo por debajo de Carlos Ortiz (132) y arriba de Cazaubón (427), Díaz (672), Fraustro (703) y Armando Favela (716).

Abraham Ancer, un joven golfista mexicano con enorme potencial y grandes deseos de regalarle triunfos a su país, nuestro país.

fdebuen@par7.mx