El polémico campo sede —diseñado por Robert Trent Jones Jr. en University Place, Wash.— provocó muchos comentarios positivos y negativos; los primeros con referencia al diseño y al campo, mientras que los segundos circularon alrededor de los greens. Para darnos una idea del tremendo grado de dificultad de este trazo, algunos números:
Billy Aiken fue el más preciso desde la mesa de salida, con el 91.07% de precisión con sus drives (51 de 56); a pesar de ello, concluyó en la posición 25. El italiano Francesco Molinari encontró el 81, 94% de greens en regulación (59 de 72), pero aun así terminó en el lugar 27. Jamie Lovemark —quien ganará el Abierto Mexicano hace algunos años en León—fue el más efectivo en el renglón de recuperación, salvando par o mejor en 15 de 22 oportunidades sin estar en regulación; concluyó en el sitio 18.
La crítica principal se la llevaron las tremendas ondulaciones de los greens.
En pocas palabras, ni asegurar los fairways, entrar a los greens en regulación o ser un gran recuperador, podrían darle a los jugadores la seguridad de ganar el torneo o, al menos, consiguir un top-ten. Para ganar aquí, lo dice la USGA, se requiere un nivel de excelencia en todas las áreas del juego. |
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