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La solución de Tiger, según Jack y otros

Fernando de Buen




Nadie podría creer la ronda de 85 golpes que tiró Tiger Woods el sábado pasado en el torneo Memorial, pero así sucedió y dicha tarjeta pasará a la historia como la peor en toda la carrera golfística profesional del otrora número 1 del mundo.

Mucha gente opina acerca de esos fatídicos 18 hoyos, y el anfitrión del torneo, Jack Nicklaus, no fue la excepción. Vale la pena recordar que Tiger ha ganado este campeonato en cuatro ocasiones, y que más allá del duelo por la supremacía de victorias en majors —18 de Jack por 14 de Woods—, existe entre ellos un enorme respeto y una grata amistad.

Como mencionamos en la sección Approach, de acuerdo con Jack, a Tiger le vendría muy bien restarle importancia a las opiniones externas y construir él mismo su camino a una completa recuperación y el eventual regreso a la victoria.

Para ello, recomienda Jack, Tiger debe valerse de una herramienta que en la generación del Oso Dorado no tenía utilidad en golf, pero que hoy es imprescindible: la tecnología.

Palabras más, palabras menos, Jack comentó que con la tecnología actual, Tiger podría efectuar un golpe y revisar su swing inmediatamente después, reconociendo las áreas en las que se debe trabajar. También mencionó que un par de ojos adicionales pueden ser de gran ayuda para saber las cosas se están haciendo en forma correcta o no.

El exjugador del PGA Tour y actual comentarista del Golf Channel, Brandel Chamblee fue más lejos, al mencionar que: «… el tiempo no le ha robado a Tiger Woods su juego. él se lo hizo a sí mismo. Cambió su genio por las ideas de otros… alguien en punto más alto de su deporte, que abandona completamente el método que lo llevó hasta allá. Tiger no lo hizo una sino dos, no dos sino tres veces y ha regresado a donde se encuentra ahora.»
Con respecto a los ocho meses que tiene Woods trabajando con su nuevo asesor Chris Como, dijo Chamblee: «Ocho meses es mucho tiempo. Yo creo que si le llamara a Butch (Harmon) o Hank Haney, cualquiera de ellos, en uno o dos meses lo tendrían de regreso jugando golf sólidamente. Realmente lo creo».

En febrero 11, tras haberse retirado del Farmers Insurance Open, Tiger declaró que «Mi juego y mis puntuaciones no son aceptables para el golf de competencia. Yo entro a un torneo para competir al más alto nivel, y cuando crea que esté listo, regresaré.» Desafortunadamente, su retorno no ha sido del todo exitoso. Regresó para jugar el Masters y tuvo una buena actuación, terminando el torneo con 5 bajo par; después vino el Players, donde terminó con +3; en el Memorial concluyó con 14 sobre par. No debe ser sencillo para él recordar lo dicho en febrero y haber vuelto para obtener estos cuestionables resultados.

Lo más complicado de todo es que dentro de dos semanas iniciará el torneo más difícil del mundo, el U. S. Open, que tendrá como sede a un complicadísimo Chambers Bay, un campo cuya preparación exigirá lo más cercano a la perfección en todos sus niveles. Con lo que hemos visto hasta ahora, de no cambiar radicalmente las cosas a la brevedad, Tiger sucumbirá ante este trazo tipo links preparado para desafiar a la paciencia de los participantes.

Aunque la tecnología —la misma que mencionó Jack Nicklaus— permite a los veteranos jugar casi en igualdad de circunstancias con jóvenes 20 años menores, y usar la experiencia para añadir un peso a su favor, a sus 39 años, Tiger tiene que encontrar un swing acorde con su edad y con una rodilla izquierda que ya prácticamente no le ayuda en nada. Quizá Chamblee tenga razón y ya es momento de que regrese con alguno de los dos entrenadores que lo ayudaron a convertirse en el jugador más exitoso del siglo XXI.

Es muy temprano para imaginar el retiro de Tiger Woods. El golf y sus fanáticos lo queremos seguir viendo en competencias por muchos años.

Por lo pronto, viene a México en octubre a la Bridgestone America’s Golf Cup, en el Campestre de la Ciudad de México. Imposible perdérselo.

fdebuen@par7.mx