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Golf bajo la lluvia

Fernando de Buen




Ya son varias las semanas en las que torneos alrededor del mundo sufren suspensiones y hasta cancelaciones, debido a los efectos de la lluvia en el campo de golf. De acuerdo con sus Reglas, la lluvia no es en sí un motivo para suspender un torneo, pero esta acción se debe tomar cuando existe peligro de rayos o los encharcamientos hacen imposible el juego.

Ahora bien, ¿vale la pena suspender una ronda por la presencia de lluvia, aún y cuando el campo no esté afectado por esta razón o no se perciba una tormenta eléctrica en la cercanía? Para muchos, la presencia de Tlaloc en un campo de golf es razón suficiente para guardar los palos y dirigirse al Hoyo 19, con miras a una interminable sesión de cubilete, dominó o ver deportes en la televisión, mientras se comparte una muy agradable charla y algunas copas.

Desafortunadamente, esta solución en las condiciones actuales en gran parte del territorio mexicano, sería como despedirse del golf por un periodo de medio año. Aunque muchos estén en contra de esta afirmación, el golf bajo la lluvia es un interesantísimo reto para quien se considera un apasionado de este deporte. Además, si existe interés del jugador en las competencias, el día que participe en un torneo bajo un aguacero, sin duda tendrá una actuación muy por debajo de su capacidad. La lluvia tiene muchísimas facetas. Puede ser algo apenas mayor que una suave brisa y producir un efecto agradable y fresco en un día de calor, pero también puede convertirse en una tormenta interminable de alfileres que se clavan en el participante, humedeciendo la ropa, la epidermis y el espíritu.

Para lidiar con la «… precipitación de partículas líquidas de agua…» —eso es parte de la definición de «lluvia» en Wikipedia—, el golfista debe prepararse en tres diferentes frentes: equipo, estrategia y mentalidad.

Equipo

La humedad es uno de los acérrimos enemigos del golf. Las manos o los guantes mojados impiden un agarre correcto del palo —grip— y las consecuencias que provoca, pueden ir desde el desplazamiento del palo en las manos y golpear la bola fuera del punto ideal de impacto, hasta la posibilidad de que la herramienta se escape de las manos, con el riesgo de un grave accidente.

Debemos evitar al máximo que se nos mojen las manos o los grips. Para ello, es indispensable mantener la bolsa cubierta todo el tiempo, y llevar toallas secas de repuesto y algunos guantes adicionales. También es recomendable mantener una temperatura adecuada en el cuerpo, lo que lograremos si nos enfundamos en un traje para lluvia ligero, que no deje entrar el agua y no se interponga con la mecánica del swing. Si usamos anteojos, debemos también procurar contar con un repuesto seco de tela suave no abrasiva.

La sombrilla es esencial para cubrirnos de la lluvia, pero debemos recordar que las Reglas no nos permiten utilizarla durante la ejecución de un golpe, a menos que nosotros mismos la carguemos, lo que suena casi absurdo. Si un caddie nos asiste cubriéndonos con un paraguas mientras preparamos el golpe, antes de iniciarlo debe retirar el accesorio por completo.

Del calzado no hace falta tomar demasiadas precauciones, pues prácticamente todos los zapatos de golf que se fabrican en la actualidad, están elaborados con materiales resistentes al agua y con diseños que impiden que esta se cuele a su interior. Pero que no nos sorprenda cuando sea tarde. Es importante hacer una prueba con antelación.

Estrategia

Con la lluvia todo el campo se vuelve más pesado. Los greens serán más lentos, obligando al jugador a aumentar la fuerza del impacto de la bola, dependiendo del coeficiente de humedad. Por la misma razón, la trayectoria del golpe responderá menos ante las pendientes, minimizando las curvas. En el caso de los búnkeres, la arena estará más firme y no se requerirá de un swing tan fuerte como el que exige una superficie suave y seca. En general, todo el campo se jugará más largo, porque la bola no avanzará demasiado después del primer impacto con el suelo; como contrapeso a esta desventaja, todas las superficies del campo estarán más receptivas, frenando el recorrido de la bola, dándonos la sensación de que los fairways y greens serán más amplios y menos riesgosos.

Es importante conocer los efectos de la lluvia en el impacto a la bola. Cuando el suelo está húmedo, las ranuras de la cara del palo se llenan de agua y producen menos backspin en la bola, provocando un vuelo de menor elevación; adicionalmente, el contacto con las gotas de agua durante su trayecto, funcionará como un freno, reduciendo la distancia. Un grave error es pensar que es necesario hacer un swing más fuerte, cuando precisamente las condiciones nos exigen uno más suave y controlado. Siempre será más conveniente utilizar uno o dos palos de más, que tratar de llegar la bola al objetivo forzando el swing.

La postura también debe revisarse bajo la lluvia. Cuando el césped está húmedo, los pies tienden a hundirse y, si no se hacen los ajustes necesarios, los golpes tienden a salir errados. Dependiendo de la profundidad de la huella, es recomendable bajar el grip entre ¼ y ½ pulgada, para asegurar un mejor contacto.

Mentalidad

Mantener la concentración cuando aparte de las propias dificultades del campo, estamos siendo atacados persistentemente por gotas de agua, puede hacernos perder no solo el enfoque, sino también el buen humor y una buena cantidad de dinero, a la hora de contabilizar las apuestas.

Una gran ayuda para que estas condiciones no nos afecten es, precisamente, minimizar sus efectos aplicando los consejos anteriores. También es importante considerar que la lluvia puede durar toda la jornada o detenerse en cualquier momento. Debemos visualizar cada golpe como si fuera el único de la ronda y no preocuparnos por el tiempo que seguiremos jugando bajo un ambiente húmedo. Lo más importante: no debemos olvidar que todos nuestros adversarios están sufriendo las mismas penurias que nosotros, y que solo el equipamiento adecuado, una estrategia adaptable a cada situación y una mentalidad poderosa, nos ayudarán a salir adelante de este desafío. Jugar golf bajo la lluvia puede ser también una forma placentera de practicar este deporte. Es cuestión de prepararse y atreverse.

fdebuen@par7.mx