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El irrespetuoso Jordan Spieth

Fernando de Buen




No cabe duda de que estos muchachos veinteañeros le han perdido el respeto a prácticamente todo lo que les rodea, incluyendo en algunos casos, a símbolos sagrados. Lo que acaba de hacer Jordan Spieth, jovenzuelo de 21 años, fue una falta de respeto a los dioses del golf, quienes estuvieron presentes en Augusta, para la celebración del Masters 2015.

Ganar empatando el récord histórico de más golpes bajo par, impuesto por Tiger Woods en 1997 —18 bajo par—, romper la marca de menos golpes en 36 hoyos —130—, en 54 —200—, hacer más birdies que nadie en la historia del torneo —28—, y ser el único jugador en la historia que ha llegado a 19 bajo par en este campeonato, fueron algunas de las peladeces que este jovenzuelo les receto a los dioses del golf, quienes pretendieron apiadarse del field, suavizando los greens y sus alrededores, recibiendo a cambio, una miríada de birdies.

Empezó con un 64, tomó el liderato y, de la forma más egoísta posible, no quiso compartirlo con ninguna de las grandes estrellas que compitieron en el bello paraje de Georgia. Lo quería Rory McIlroy —quien buscaba el cuarto as del grand slam—, lo buscaba Phil Mickelson —el cuarto jersey verde—, lo quería también Tiger Woods —quien desde 2008 no sabe lo que es ganar un grande— y, junto con ellos, otros muchos nombres se le acercaron pidiéndole que se los cediera al menos por un rato. Pero no, el egoísta texano se negó rotundamente a compartir el placer de estar los cuatro días en el punto más alto del tablero de resultados, precisamente en el campo donde se inventaron… los tableros de resultados.

Con singular desvergüenza continuó su paso por los históricos terrenos del gran Bobby Jones y de su amigo y socio Clifford Roberts, ampliando su ventaja cada vez más, logrando con ello opacar la emoción de un final reñido y apasionante, como habrían deseado CBS y los chicos de Augusta National, dirigidos impecablemente por Billy Payne.

El último campeón de punta a punta en este torneo fue Raymond Floyd ¡en 1976!
Ronda final de 70, acumulado de 18 bajo par, por causa de un bogey en el hoyo final, ventaja de cuatro sobre Phil Mickelson y Justin Rose, y concluye el Masters con una impresionante victoria de Jordan Spieth, quien demuestra lo que escribí apenas la semana pasada en este mismo espacio: «…es el jugador más prometedor de los Estados Unidos, desde el surgimiento de Tiger Woods en 1996».

Jordan, oriundo de Dallas (27/7/93), ha tenido una meteórica carrera en el golf, tanto amateur como profesional. Ganó en 2009 y 2011 el U.S. Junior Amateur, uniéndose a Tiger Woods como los únicos jugadores con más de una victoria en este evento. Se hizo profesional en 2012 y un año después —julio de 2013— ganó su primer torneo en el PGA Tour, el John Deere Classic. Al ganar el Valspar Championship hace unas semanas, se convirtió en el tercer jugador más joven con dos victorias en el Tour, después de Tiger y Sergio García.

Del ranking mundial, parecería que Spieth viaja en Fórmula 1. A finales de enero de 2013, ocupaba la posición 810. Para junio de ese mismo año, al término del U. S. Open, ya había avanzado al 141; en diciembre de ese mismo año ya estaba en el lugar 22. Llegó al top-ten tras el Masters del año pasado, alcanzando el 9º puesto y, aunque perdió algunas posiciones —algo natural por el sistema de cálculos de esta clasificación—, tras esta brillantísima victoria, ya llegó al segundo lugar, desplazando a Henrik Stenson y Bubba Watson.

Que se cuide Rory
Que se cuide en serio, porque el desempeño de Jordan es impresionante; en sus últimos cuatro torneos lleva dos victorias y dos subcampeonatos, uno de ellos —el Shell Houston Open— tras perder en muerte súbita.

Es cierto que el estadunidense empuja fuerte, pero también que el irlandés no está cruzado de brazos; si bien tuvo un comienzo flojo en el primer grande del año —y único que no ha ganado—, durante el fin de semana tuvo una gran reacción y se subió hasta el cuarto sitio de la tabla final.

Conclusión
De Jordan Spieth queda un mundo de palabras por escribir, particularmente por el efecto que está causando entre la población de su país, desesperada por no contar con un exponente capaz de disputar al primer lugar del ranking mundial, más allá de Tiger Woods. Otros han estado muy cerca, pero ninguno ha podido ocupar en el presente siglo el puesto que, tras Tiger, ya ejercieron dos ingleses, un alemán, un australiano y este espectacular norirlandés, quien ya suma 75 semanas como el mejor del planeta.

Si Rory se descuida solo un poco y Jordan continúa con su paso arrollador, pronto podríamos ver un enroque de posiciones y el estallido de un boom que no vemos en el golf desde 1997, año en el que Tiger ganó su primer Masters para convertirse, poco después, en el deportista más popular del planeta.

Mientras tanto, los dioses del golf, aparentemente tan indignados por las acciones irrespetuosas de Jordan, en realidad esconden su felicidad por haber encontrado en este lado del mundo a quien hará olvidar un poco a Tiger Woods, a quien le puede competir a McIlroy de tú a tú y, lo más importante, que se trata de un joven de 21 años que parece no conocer el miedo, pero tampoco los límites de su capacidad.

Jordan Spieth, campeón del Masters 2015, es una extraordinaria noticia.

fdebuen@par7.mx