El Salón de la Fama del Golf Mundial, en St. Augustine, FL., acaba de inaugurar la exhibición: Gary Player: éxito en el grand slam, donde se habla de «sus 165 victorias internacionales, en 21 países de seis (¡SIC!) continentes». Dado que la Tierra tiene cinco y no nos hemos enterado que surja uno nuevo del fondo del mar, suponemos que ya ganó un torneo o dos en otro planeta.
Esta exhibición muestra los cuatro trofeos del grand slam, que reunió entre abril de 1961 —el Masters— y junio de 1965, cuando ganó su cuarto grande, el U.S. Open. Ganó nueve majors en total.
Este incomparable embajador del golf merece eso y mucho más. |
El famoso campo de Doral, en Florida, ahora propiedad del magnate berrinchudo, Donald Trump, recibe esta semana a los mejores golfistas del mundo, quienes celebrarán el WGC-Cadillac Championship, sobre un recorrido de 7528 yardas, par 72.
Tras una remodelación de 200 millones de dólares, el campo se convirtió en 2014 en el más difícil del PGA Tour, fuera de los majors y en el n° 3, considerándolos.
¿Por qué el Monstruo Azul? Así le dicen al hoyo 18, por su gran laguna a la izquierda y porque en la edición inaugural del Doral Open, en 1962, los pros acumularon ¡104 sobre par! en ese hoyo durante el torneo.
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El periodista Dan Olsen comentó en una estación de radio de Michigan que un «fuerte testigo… persona fidedigna» le dijo que Tiger Woods había sido suspendido un mes por el PGA Tour por supuesto consumo de sustancias prohibidas.
La reacción no esperó y el manager de Tiger, Mark Steinberg dijo que la acusación era «absolutamente, inequívocamente y completamente falsa. Sin fuentes, sin verificar y completamente ridícula». El Tour respaldó al representante y el periodista debió retractarse y disculparse.
Un problema más derivado de la política del Tour de no publicar castigos por consumo de drogas recreativas.
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