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De acuerdo con dos de las más grandes leyendas del golf, Jack Nicklaus y Johnny Miller, los problemas de Tiger Woods están más en su cabeza que en su swing. El Oso Dorado mencionó que Woods confronta una batalla «entre sus orejas». Miller, por su parte, fue un poco más allá, diciendo: «La cosa es que él debe tener algunos demonios en su cabeza. No sé de qué otra manera puedo ver a alguien perder su coordinación entre mano y ojo. Nadie ha hablado de ello, pero es como alguien hubiese sufrido un cortocircuito en su coordinación mano-ojo.»

Ante la enorme influencia que ejercieron algunos de los mejores jugadores del viejo continente, como su paisano Rory McIlroy o el inglés Ian Poulter, para nadie fue extraño que Darren Clarke fuera nombrado capitán de Europa para la próxima Copa Ryder, que se celebrará en el campo de Hazeltine, en Minnesota, en 2016. En una votación que incluyó a otros candidatos como el danés Thomas Björn y el español Miguel Angel Jiménez, Clarke fue electo por votación unánime de los cinco jueces, entre ellos los pasados tres capitanes del equipo.

Eso parece decirle al mundo la neozelandesa de 17 años, Lydia Ko, cuando muchos habían pensado que la presión de ser la mejor golfista del planeta, sería un contrapeso para su desempeño en los torneos. Dos años atrás, Yani Tseng se había sentido aliviada cuando perdió dicha posición. «Me volvió loca —comentó Tseng—. Todos quieren ser el número uno pero nadie entiende lo difícil que es». Quizá por su juventud, Lydia le resta importancia al asunto y sigue jugando en su mejor nivel; prueba de ello, su reciente triunfo en Australia.