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Carlos y Óscar, al inicio del 2015

La temporada toma forma

Fernando de Buen




En el golf profesional del PGA Tour, las fechas que marcan los debuts de los diferentes jugadores que conforman la gira, está directamente relacionada con la necesidad de los mismos de generar ingresos y puntos Copa Fedex, para cumplir la más básica de las metas: mantenerse en el Tour durante el mayor tiempo posible.

Esta característica tiene ventajas y desventajas que valdría la pena analizar.

Por una parte, el sistema provoca que a los primeros torneos de cada temporada no asistan algunos de los mejores jugadores, aquellos que tienen asegurada su permanencia, con base en resultados anteriores, posición en el ranking o ganancias históricas. En cada uno de los eventos entre octubre y febrero, difícilmente se cuentan tres jugadores catalogados entre los primeros 10 del ranking mundial. Algunos aprovechan estos meses para prepararse fuera de competencia, otros para participar en otros circuitos, hacer acto de presencia en eventos a cambio de cuantiosas sumas (appearance fee) o puntos para mantenerse vivos en ambos tours, y otros más, simplemente para descansar.

Por la otra, resultan muy convenientes estas ausencias para que jugadores novatos, o aquellos que se encuentran en una situación precaria dentro del Tour, participen en estos campeonatos con el fin de ganar la mayor cantidad posible de dinero y mejorar su estatus, lo que les permitiría acceder a un mayor número de torneos.

En las últimas semanas hemos visto debutar a jugadores de primer nivel, como Rory McIlroy en Europa o Phil Mickelson en Estados Unidos. Esta semana en Phoenix, Tiger hará lo propio y así, poco a poco, veremos cómo se integran los mejores al circuito estadounidense.

Es por eso que muchos mencionan —diría yo que un tanto exageradamente— que la verdadera temporada comienza en abril con el Torneo de Maestros. En realidad, la competencia toma forma desde el mes de marzo, en preparación para el primer grande del año. En concreto, diría yo que el balazo de salida se dará el 2 marzo, con el inicio del WGC-Cadillac Championship, en Doral, Florida, primero de los cuatro Campeonatos Mundiales de Golf. Se considera grave la ausencia de cualquiera de los 70 mejores del mundo a estos torneos.

Carlos y Óscar
Debido a lo anterior, es imperativo que los dos mexicanos que pertenecen al PGA Tour, recojan la mayor cantidad de puntos posibles, con el fin de acceder a sus respectivas metas.

Para Carlos —que ya tiene asegurada su participación en toda la temporada, debido al estatus con el que la inició— es buscar un espacio tanto en los Campeonatos Mundiales como en los majors, ya que estos torneos son los que generan una mayor exposición y rating en el mundo del golf. Más allá de los premios que reciben quienes tienen una buena actuación en estos torneos, está el beneplácito de los patrocinadores, que se ponen felices cuando su marca destaca en la ropa de un golfista expuesto por horas en la televisión internacional.

Para Óscar no hay más meta que mejorar su posición y tener la oportunidad de jugar más torneos. Si entre ellos logra colarse a alguno de los ocho eventos principales, habrá avanzado lo suficiente para asegurar su continuidad.

Al final del camino, ambos tienen que lograr una posición dentro de los 125 mejores, para no tener que pelear por su regreso en la Q-School del Web.com Tour. ¿De qué tamaño es este desafío? Baste mencionar que el número 125 en la temporada 2014 del PGA Tour, obtuvo poco más de 713 mil dólares (incluyendo ingresos de los Playoffs de la Copa Fedex).

Con cinco torneos jugados, Óscar acumula 153,351 dólares y se ubica en la posición 106, mientras que Carlos con un torneo más, está colocado en el escalón 73, con 236,685. En términos concretos, ambos van por buen camino y, de seguir así, se mantendrán en el más demandante circuito golfístico del planeta.

Lo que yo daría por verlos en el field de alguno de los grandes.

fdebuen@par7.mx