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2014: miserable y maravilloso

Fernando de Buen




A mi querido Don Poli —Policarpo Vera Herrera— quien fue parte de nuestra familia por más de tres décadas, y día con día nos hizo gozar de sus maravillas culinarias, su cariño
y su inquebrantable amistad. Descansa en paz, querido amigo,
ya nos encontraremos en otro sitio.

Annus miserabilis
Difícil encontrar una veta positiva en los socavones de este 2014, que sirva como sustento para decir que fue un buen año y que me alegro de que a todos nos haya ido muy bien. Mis padres y maestros me educaron para no decir mentiras.

Ya hace algunas semanas externé mi opinión sobre el actual gobierno y su manifiesta inutilidad para hacer crecer al país, pero también acerca de su evidente eficiencia para ejercer la corrupción en todos los niveles y sin medida, con la confianza y garantía de que nadie los va a tocar. En lo único que este sexenio ha rebasado los niveles del pasado, es en los índices de criminalidad e impunidad. ¡Bendito México!

En el 2014 vivimos en una nación cuyas empresas le demostraron temor y desconfianza, reduciendo en forma muy importante su inversión y planes a futuro; somos testigos de una economía que no crece, de una moneda que se devalúa cada vez más y de una carga fiscal atosigante.

Ante estas circunstancias, una cantidad muy importante de clubes de golf ya acusa debilidad en sus finanzas, una membresía decreciente y otros factores que han provocado que se active la alarma de la austeridad.

También como consecuencia de la crisis, la otrora Gira Negra Modelo sufrió el retiro de su patrocinador principal y, si bien no se canceló, ello se debió a los buenos oficios y la inquebrantable fe que tiene en el proyecto su promotor Francisco Lavat. A través de su empresa, Paco mantuvo al golf profesional mexicano a flote y esperamos sinceramente que regrese con nuevos bríos y un nuevo patrocinador en 2015.

Año miserable también para el golf profesional femenil, con la excepción de la buena campaña que tuvo la capitalina Alejandra Llaneza en el LPGA Tour. Las demás fracasaron en su intento por llegar a la gira grande a través del Symetra Tour; tampoco lo consiguieron en la Q-School. Ante el éxito obtenido, el único torneo en el que veremos a otras mexicanas será el de Lorena, gracias a su amable invitación.

Y hablando del torneo de Lorena, miserable resultó también la idea de que los dos más importantes torneos internacionales celebrados en México, se llevaron a cabo en la misma fecha. Éste y el OHL Classic at Mayakoba, lejos de regalarnos dos fines de semana memorables, se pelearon por la atención de los golfistas. Ojalá tengan más cuidado para la próxima.

En conclusión, estamos en un país empeñado desde finales de 2012, ojalá se despeñara de una vez por todas.

Annus mirabilis
Si en lo anterior el 2014 fue miserable, para unos pocos fue un año milagroso o maravilloso, como podría traducirse el latinajo que titula a este capítulo.

En el golf internacional, Rory McIlroy regresó al lugar que le corresponde, acechado por grandes jugadores consagrados como Henrik Stenson, Adam Scott, Bubba Watson, Sergio García o Justin Rose, pero también por aquellos jóvenes que ya están en una clara transición hacia el paso definitivo al éxito, como el australiano Jason Day, el popular Rickie Fowler o el cada vez más sorprendente Jordan Spieth, de tan solo 21 años.

Carlos Ortiz y Oscar Fraustro vivieron también un año de excepción. Con su ascenso al PGA Tour, no solo alcanzaron la meta a la que aspira cualquier profesional de golf, sino que además le dieron a la afición mexicana una excelente excusa para volver a revisar las páginas de los medios especializados. Desde el retiro de Lorena no vivíamos un efecto de este tipo.

Bien por Roberto Díaz y el Camarón Rodríguez, quienes hicieron el 1-2 en los Centroamericanos de Veracruz; las damas también respondieron de buena manera, con la plata obtenida por Llaneza.

Gran actuación de Marijosse Navarro, llegando hasta la final del U.S. Girls Junior Championship. Aunque no ganó, su actuación fue memorable y puso muy en alto el nombre de México.

Y ya.

2015: ¿año de qué?
Aunque las expectativas no son las mejores, esperamos que el año que comienza en menos de dos semanas sea mucho mejor que éste, por decir lo menos.

Desafortunadamente, esperar que esto suceda sería como imaginar que un automóvil con dos llantas ponchadas, el motor desafinado y un chofer que no sabe conducir, pudiera ganar una carrera contra automóviles en buen estado, sin hacerle alguna reparación previa.
No obstante, dejemos que el optimismo opaque a la realidad y se conserve en nosotros por tiempo indefinido.

El próximo año será mucho mejor, porque todos vamos a trabajar para que así suceda, sin importar los contrapesos que nos imponga el gobierno, en su aparente afán por evitarlo.
En el golf, el menú luce apetitoso, tanto en lo nacional como lo internacional; no sé si lleguemos a ser testigos de lo milagroso, pero al menos veremos algo maravilloso.

Lo que más deseo, es que todos demos y recibamos felicidad, que todos gocemos de buena salud y que todos tengamos la oportunidad de encontrar más fairways, más greens en regulación y nos regalemos uno que otro birdie.

fdebuen@par7.mx