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I Copa Golf Latino: Latinoamérica venció a los Serna
y Amigos en San Miguel

¿Y si a la próxima le ponemos seriedad?

Fernando de Buen




En el más puro estilo Mexican Curious, se desarrolló durante el fin de semana pasado, la primera edición de la Copa Golf Latino, torneo inspirado en la Ryder Cup y organizado para enfrentar a México contra un combinado latinoamericano.  Al término de tres días de grata competencia, los visitantes dominaron a México por 15 puntos a 13.

¿Dije México? Bueno, la convocatoria dice: «Torneo que reúne a los mejores 12 jugadores mexicanos enfrentando a los 12 del resto de Latinoamérica…» (golf-latino.com). La verdad es que el equipo local distó muchísimo de ser una selección nacional, entendiendo que tal conjunto debería estar representado por los mejores golfistas mexicanos. El equipo que nos representó, fue más bien un combinado formado por los hermanos Serna, Óscar —autor de la idea—, Antonio y Efrén Jr., acompañados de algunos de los mejores golfistas mexicanos, y capitaneados por… ¿quién más? Don Efrén Serna, padre de los tres.

Pero antes de seguir, quiero aclarar algo: me considero amigo de Don Efrén y de sus hijos, a quienes respeto, admiro y los tengo en la más alta consideración, pero cuando las cosas no se hacen en forma correcta, es mi papel —y el de cualquier periodista que se jacte de serlo— mencionarlo; este remedo de torneo México vs. Latinoamérica fue, en realidad, una linda fiesta en honor a los Serna, organizada por los Serna, donde los grandes protagonistas fueron… ¡exacto!, los Serna.

El primer gran error en la organización de este torneo fue la fecha. Si de verdad se pretendía reunir a una selección nacional, ¿a quién se le pudo ocurrir celebrarlo en el mismo fin de semana en que se lleva a cabo la Escuela de Calificación (Q-School) del Web.com Tour, donde podrían participar —de hecho lo hicieron— algunos de los mejores golfistas mexicanos? Aquí la primera pregunta: ¿Fue un error de cálculo o una magistral estrategia para cubrir la ausencia y justificar la inclusión de algunos jugadores que de otra forma jamás integrarían al Tri golfístico? Allí se quedaron fuera Roberto Díaz, Armando Favela y Mauricio Azcué, tres jugadores que tendrían que haber estado en el campo sede,  Ventanas de San Miguel, en el bellísimo San Miguel Allende.

El segundo gran error fue la convocatoria. ¿Qué pasó con el Camarón Rodríguez, considerado como el mejor mexicano de los últimos 12 meses, de acuerdo con el ranking de la PGAM? ¿Dónde quedó Andrés García, el Jugador del Año de la Gira Profesional Mexicana? ¿Dónde Manuel Inman, 4º lugar en la Gira 2014 y 5º en el ranking del acumulado anual? Si se les invitó y no quisieron ir, habrá sido porque no les interesó, lo que indicaría una falta de recursos en relaciones públicas del Comité Organizador para convencerlos de la importancia del evento; si no se les invitó… más huecos para el gruyer.

También vale decir que los visitantes tampoco fueron los «12 del resto de Latinoamérica». Quizás, un equipo B, con algunas estrellas interesantes. Hay que decirlo, faltó convencer a los grandes de venir y apoyar a la Fundación de Lorena, quien amablemente asistió como madrina del campeonato.

El tercer gran error fue la asignación del Capitán. Ni como homenaje se le debe dar la capitanía —a menos que fuera solo honoraria— de una selección nacional a un golfista que tiene a tres de sus hijos en el equipo. Con todo el respeto —reitero incansablemente— que me merece Don Efrén, su trabajo dejó mucho qué desear, pues aunque solo fue un error el cometido, lo repitió dos veces con todas las agravantes, permitiendo que su nepotismo se impusiera a su imparcialidad y al respeto a su encomienda.

En la ronda del viernes por la mañana, puso a jugar juntos a sus hijos Óscar y Efrén, quienes perdieron su partido por 2 y 1 contra Geyger y Toledo. Lejos de echar mano de otras posibilidades, el sábado por la mañana, los puso a jugar de nuevo y de nuevo perdieron contra los mismos adversarios por el mismo marcador. ¿Escarmentó el Capitán? Para nada. El sábado en la tarde los programó de nuevo y el guatemalteco Toledo les ganó por tercera vez, pero ahora acompañado por Salem, con marcador de 3 y 2. En pocas palabras, sus niños ni las manos metieron.

De acuerdo con los cánones de la Copa Ryder, pareja derrotada que repite, pierde de nuevo (solo un ejemplo: Tiger y Mickelson en 2004 cayeron en ambos partidos, siendo mucho mejores en el papel que sus adversarios).

Si don Efrén no dedicó decenas de horas a revisar y analizar cuanto material tuviese disponible en libros o Internet, sobre la Ryder o la Presidents Cup con el fin de aprender, entonces no se preparó correctamente para su tarea; ahora bien, si sus propios hijos lo convencieron de tan reprobable necedad, peor aún. No hay que ir muy lejos, allí se perdió el campeonato.

El cuarto error fue la falta total de difusión. Hasta el momento, Par 7 —que modestia aparte, es el medio golfístico de mayor penetración en el país— no ha recibido un solo comunicado de prensa relativo al torneo. ¿Vieron ustedes notas en los periódicos? Nosotros tampoco, pero gracias al loable trabajo de nuestros amigos de Infogolf América, nos hemos enterado de lo poco que aquí expresamos (si a ustedes les interesa, hagan clic aquí).

¿Qué hacer?
Darle la seriedad que merece el evento, pues la idea es sensacional. Aquí van mis sugerencias:

• Si se pretende que el equipo mexicano lleve el nombre de «México», la FMG deberá supervisar y dar su aval a un equipo que realmente represente al potencial de nuestros golfistas; en pocas palabras, ¡los mejores 12!

• El Capitán deberá ser asignado con base en su experiencia, y exigirle una preparación acorde con la enorme responsabilidad de llevar la bandera de nuestro país. Deberá dedicarse muchas horas a conocer a sus potenciales jugadores y entender sus fortalezas y debilidades.

• Deberá haber un criterio de selección establecido con al menos un año de anticipación, y ceñirse al mismo en su totalidad.

• Se elegirá una fecha de torneo en la que estén disponibles los mejores de cada escuadra, para evitar negativas o cancelaciones.

• Si queremos a los mejores 12 de Latinoamérica visitándonos, debemos recibirlos con los mejores 12 mexicanos, sin excepciones ni invitados del patrocinador. Ya el Capitán tendrá la posibilidad de elegir a algunos, de acuerdo con la (supuesta) convocatoria.

Ya veremos el próximo año si el evento mejora. Por lo pronto, insisto, es un concepto que vale la pena sostener; solo es cuestión de organizarlo con más seriedad y profesionalismo.

fdebuen@par7.mx