Con excepción de los eventos de la temporada 2014-2015 que ya se celebraron en el PGA Tour, hace ya 10 años que no vemos jugar a un mexicano en el mismo torneo que Tiger Woods o alguno que haya compartido el field con Rory McIlroy, el mejor jugador del mundo.
Imágenes como esas podrían surgir, con un poco de suerte, cuando inicie el 2015, con dos jugadores de los nuestros en el PGA Tour y un Tiger que luce repuesto de sus lesiones, después de su actuación la semana pasada, tras cuatro meses de rehabilitación, por su lesión en la espalda.
Echando a volar la imaginación —y aclarando que son solo quimeras y no predicciones— les comparto algunas otras imágenes que me gustaría poder ver en el año que comenzará en tres semanas.
Golf amateur
Sin una base sólida en los cimientos de una edificación, difícilmente podrían sobrevivir sus muros y techos. Sin una preparación adecuada, tanto en el aspecto físico como mental y técnico, nuestros golfistas jóvenes no tendrían éxito en sus periplos internacionales.
El poder ver en el PGA Tour a Carlos Ortiz y Oscar Fraustro, o a Alejandra Llaneza en el LPGA Tour —los tres formados con la estructura y apoyo de la Federación Mexicana de Golf—, nos demuestra que las cosas se están haciendo bien, aunque queda claro que hay mucho por mejorar.
Quiero ver a más golfistas amateurs sobresaliendo en el ámbito internacional, ganando torneos y reconocimientos por su desempeño en el golf universitario y en los principales torneos para jugadores aficionados.
Quiero ver a Marijosse Navarro o Gabriela López o a cualquiera de los varones sobresalientes ganando —ahora sí— un torneo de la USGA.
Golf femenil
Tras las recientes noticias acerca de la Q-School de la LPGA Tour, se han esfumado por completo las esperanzas de ver a nuestra paisana Alejandra Llaneza acompañada de alguna otra mexicana. La verdad sea dicha, el nivel del golf profesional femenil en México parece estar a años luz de distancia, del que han demostrado en los últimos años las jugadoras coreanas, chinas o españolas, por mencionar solo algunas.
Así las cosas, me gustaría ver el primer top-ten de Alejandra en algún torneo de dicho circuito, y que al final de la temporada gane un estatus con plenos privilegios para mantenerse allí por muchos años más.
Hacia el final de la temporada me gustaría, ahora sí, ver a más mexicanas calificando para la máxima gira femenil de golf.
Golf varonil
Por supuesto, es muy fácil imaginar a Oscar o a Carlos ganando un torneo del PGA Tour, hazaña que ningún mexicano ha logrado desde que el tijuanense Víctor Regalado triunfara en julio de 1978 en el Quad Cities Open, su segunda y última victoria en esta gira. Pero la imaginación menosprecia a la realidad y sus posibilidades de conseguir un triunfo parecen escasas, por decir lo menos.
Imaginaré, pues, a uno de ellos participando en alguno de los tres grupos finales en la cuarta ronda de algún torneo, rayando el liderato, como lo hiciera en su tiempo el gran Esteban Toledo, en un memorable duelo contra Tiger Woods en el Buick Open de 2002, que terminó ganando el californiano (ver video al final).
Me gustaría también ver a otros dos mexicanos calificar al PGA Tour por un plausible desempeño en el Web.com Tour el año próximo. De todo lo imaginable, este punto se acerca mucho a lo predecible. Para ello, tanto el Camarón Rodríguez, como el zurdo Favela y el jarocho Díaz —esperando que los acompañe el tampiqueño Cazaubón— tendrán que iniciar la campaña con viento en popa para tener un mejor estatus hacia la parte media de la misma y aspirar a jugar el mayor número de torneos, con vistas a participar en las Finales.
En el PGA Tour Latinoamérica —dicen mis aventurados sueños— otros dos mexicanos concluirán el 2015 dentro de Los Cinco y ganarán un sitio para participar en el Web.com Tour en 2016.
Golf sénior
El 2014 no fue un buen año para Esteban Toledo —doble ganador en 2013—, aunque tampoco fue malo. Compitió en 25 torneos, pasó el corte en todos, logró tres top-ten y un tercer lugar. Pero cualquiera que haya visto sus triunfos el año pasado, concordará conmigo en que fueron una experiencia inolvidable, sobre todo la forma en la que venció a Kenny Perry en desempate, embocando un chip excepcional, durante el Montreal Championship.
Quiero ver a Esteban ganando de nuevo, quiero ver que la bandera mexicana que guarda en su bolsa de palos sea desenvuelta una vez más y la ondee sobre el green del 18 en un día domingo.
Advertencia
¿Y si se me cumplen?
Para la memoria: el día que Esteban pudo apagar al sol.
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