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Chris Como, nuevo coach de Tiger

Tiger y el toque de Midas

Fernando de Buen



Hace solo unos días Chris Como era uno más de los muchísimos instructores de golf en los Estados Unidos; sin tacharlo como un ilustre desconocido —pues ya había trabajado con Trevor Immelman, Jamie Lovemark y Aaron Baddeley—, yo podría decir que antes de la semana pasada, nunca había escuchado su nombre. En fecha reciente, Tiger Woods decidió que Como sería su nuevo instructor y asesor de swing, sustituyendo a Sean Foley, a quien despidió a finales de agosto, después de trabajar juntos durante cuatro años, lapso en el que Woods no ganó un solo major.

Antes de ser investido por el californiano, Como —de 37 años— ya era considerado como uno de los «mejores profesores jóvenes», por la revista Golf Digest.

Como sucedió con al menos dos de sus anteriores coaches, Butch Harmon y Hank Haney, si Tiger recupera su calidad y puede ganar torneos, como por arte de magia Chris se convertiría en el mejor instructor del mundo.

Sin embargo, el reto es mayúsculo, pues se espera que en esta nueva época, Tiger resucite y comience a sumar victorias; si lo logra, Chris ascenderá con él, de lo contrario, desaparecerá discretamente como lo hizo Foley.

Con Harmon, con quien inició desde su juventud, Tiger ganó ocho grandes, entre ellos el inolvidable Masters de 1997, que ganó por doce golpes, y con él también conseguiría el Tiger slam, consistente en haber triunfado en los cuatro majors en forma consecutiva, pero en años diferentes (2000-2001). La relación entre ellos terminó en 2003.

Bajo la dirección de Haney, llegó un cambio radical de swing y el resurgimiento de Tiger como el mejor golfista de las últimas décadas. En los seis años que compartieron Woods ganó seis grandes y tuvo un periodo de dos años en el que logró el primer lugar en 18 torneos De 34 intentos, entre ellos el U. S. Open de 2008, en Torrey Pines, que ganó, a pesar de una seria lesión en el ligamento cruzado y fisuras en su rodilla izquierda. Haney renunció en mayo de 2010.

Por supuesto, durante los años que trabajaron con Woods, ambos fueron considerados como como los mejores entrenadores del mundo.

Foley no tuvo la mejor de las suertes. Después de haberle construido el camino de oro al que todo entrenador aspira, Tiger sufrió múltiples lesiones y no pudieron caminar juntos. En 2011 solo tuvo nueve salidas en el PGA Tour y siete en 2014, temporada en la que, por cierto, no logró ningún top-ten. El mejor año que compartieron fue 2013, donde consiguió cinco victorias y el nombramiento de Jugador del Año del circuito.

Hasta antes de su nombramiento, Como trabajaba como como instructor en Texas, cobrando US$250 por una lección de golf; en un futuro muy cercano lo veremos firmando contratos exclusivos con conocidas publicaciones golfísticas, a cambio de cientos de miles de dólares, más allá de los ingresos que haya acordado por su convenio con Woods.

En concreto, el éxito de Como —quien fue recomendado a Tiger por su amigo y exmiembro del PGA Tour Notah Begay III— dependerá, en gran parte, de la salud del otrora número 1 del mundo. Afortunadamente para el jugador y su nuevo asesor, Chris es un experto en biomecánica, especialidad en la que está concluyendo su maestría. Actualmente trabaja con el profesor de la Texas Woman’s University, Dr-Young-Hoo Kwon, en la incorporación de la biomecánica dentro del análisis del swing y la instrucción.

¿Esto qué significa? Que a través de las innumerables posibilidades científicas y tecnológicas de la época, Como podrá desarrollarle a Tiger un swing que se adapte a sus posibilidades físicas, tratando de optimizar su desempeño, pero evitando toda costa el surgimiento de una nueva lesión.

El Rey Midas del golf acaba de convertir en oro a un nuevo coach, cuya página web se saturó y bloqueó a los pocos minutos del tuit que daba la noticia. Al término de la temporada 2015 veremos si Chris Como mostró a través del jugador que merece ser nombrado el mejor entrenador del mundo. Que ello suceda dependerá en un 90% de su pupilo, a él le dejaremos el 10% restante, por no menospreciarlo.

fdebuen@par7.mx