Finalmente las más grandes fiestas del golf mexicano llegaron a su fin. El Lorena Ochoa Invitational, que estrenó ciudad y sede en el Club de Golf México, y el OHL Classic at Mayakoba, que se celebró, como en las siete anteriores ediciones, en el campo El Camaleón, del bello complejo de la Riviera Maya.
Del torneo femenil no puedo mencionar demasiadas cosas, pues no estuve presente en la sede y la mayoría de las crónicas se refieren únicamente a los pormenores del evento; no he podido encontrar una que aporte datos realistas del número de asistentes y la aceptación en general que pudo tener el torneo ante el público capitalino, pero no podemos soslayar que no hay audiencia más fiel en el país que la de la ciudad de México y deben haber asistido muchos aficionados durante el fin de semana.
Lo que sí me queda claro es, que sin importar cuántos asistentes se acumularon en los cuatro días del campeonato, si Lorena hubiese decidido jugar, estos se habrían duplicado, aun sin importar su nivel de juego.
Su decisión de no participar me sigue haciendo un ruido terrible. Ya nos quedó claro a todos que nunca más participará como jugadora activa en el LPGA Tour —lo ha dicho hasta el cansancio—, pero también nos ha dicho hasta el cansancio que su principal motivación para vivir, más allá de su familia, es sostener por tiempo indefinido a su Fundación.
Si ella sabe que con el simple hecho de salir a jugar al campo podría aumentar exponencialmente el público asistente y, por tanto, los ingresos del torneo —léase Fundación— se incrementarían de igual manera. Me cuesta trabajo entender que no haya decidido practicar un poco, solo para salir al campo y hacer un papel decoroso en el bello campo de Tlalpan.
Si no se ha enterado todavía, es tiempo de que los expertos en mercadotecnia que la rodean, le hagan saber a nuestra inmortal jugadora que desperdició una gran oportunidad de acumular más fondos para la Escuela de La Barranca, por la simple decisión de no competir.
De Ale Llaneza, Macus Ramos y Gaby López, solo puedo reiterarles mi profundo respeto por su loable actuación, la cual, obviamente, no nos permitía esperar más, debido a que estaban compitiendo contra las mejores del mundo.
Mayakoba en efervescencia
Aquí sí estuve presente durante todo el torneo.
Como un gran contraste al efecto causado por la decisión de Lorena de no jugar, la noticia de saber que en El Camaleón se contaría con cinco mexicanos —al final fueron siete—, llamó la atención del público en general, que asistió al complejo de la Riviera Maya, con el deseo de acompañar a Carlos Ortiz y Óscar Fraustro en algunas de sus rondas, junto con otros mexicanos y algunos de los mejores jugadores del PGA Tour.
Ver a estos dos jóvenes compitiendo en la gira más demandante del planeta, darnos cuenta de que están en un nivel competitivo semejante al de sus pares, y que sus posibilidades de mantenerse por una larga temporada en el circuito es más que un simple sueño, emociona por decir lo menos.
El público, por supuesto, reaccionó positivamente y multiplicó su audiencia en relación con ediciones anteriores. El top-10 que nos regalaron, bien puede considerarse como el final más emocionante de la historia de este torneo.
De los demás, cuesta trabajo creer que jugadores con enorme potencial, como el Camarón Rodríguez, nomás no puedan con un paquete de estas características. Fue el mejor durante una temporada completa en Canadá y perdió por la mínima el primer lugar en el PGA Tour Latinoamérica hace dos años pero, en cuanto crece el nivel de la competencia, el suyo decrece en la misma proporción. Ganó tres eventos consecutivos en la Gira Profesional Mexicana e inmediatamente después, falló el corte en Mayakoba.
También esperábamos más de Roberto Díaz y Rodolfo Cazaubón, quienes han estado muy activos durante el año, el primero en el Web.com Tour y el segundo en el PGA Tour Latinoamérica. No así de quienes calificaron el lunes, Efrén Serna Jr., quien tiene un buen rato sin destacar, o del flamante profesional Gerardo Ruiz, quien apenas pegó sus primeros golpes como profesional.
Para el 2015
Lo primero, que no se celebren estos torneos en la misma semana. El LPGA Tour ya anunció que el LOI se celebrará del 12 al 15 de noviembre, así que la bola está en la cancha del PGA Tour, para evitar —aunque no creo que le dé la menor importancia— que el OHL Classic se vaya a las misma fechas.
Lo demás es esperar que tengamos verdaderos protagonistas en ambos torneos. Nuestros jugadores ya demostraron que pueden con el paquete y que si quieren llegar y quedarse en la gira grande —femenil o varonil— no basta con tener ganas y soñar; se debe trabajar como si no hubiera más oportunidades de sobrevivir en la vida.
Y Lorena, por el bien de tu Fundación, juega en tu torneo. Los niños de la Escuela de La Barranca te lo agradecerán de todo corazón… tu público también.
fdebuen@par7.mx |
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