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LOI y OHL Classic: tres mexicanas y cinco mexicanos; Lorena no jugará

Ojos puestos en un México triste

Fernando de Buen




Los dos torneos más importantes del país, en términos de la calidad de sus jugadores —el Lorena Ochoa Invitational en damas, y el OHL Classic at Mayakoba, en caballeros—, se llevarán a cabo esta semana en tierras mexicanas, en medio de un periodo en el que este país parece estar con la cabeza metida en un agujero, al más puro estilo de las avestruces de caricatura (las reales no lo hacen).

Violencia desmedida, asesinatos, apariciones de cientos de cuerpos en fosas clandestinas, corrupción escandalosa, concursos amañados, impunidad absoluta al más puro estilo del viejo PRI, protestas con plena libertad para bloquear calles, quemar autobuses y sus terminales, hacer pintas y desquiciar ciudades con garantía de impunidad por parte de un jefe de gobierno miedoso, y más preocupado por su nivel de aceptación que por el respeto a la ley; casas blancas que aparecen en las Lomas, pagadas con los ingresos de una actriz de Televisa —eso dicen ella y el gobierno federal—, con un costo cercano a los 90 millones de pesos (¿alguien les creerá?); una situación económica deplorable, una carga fiscal que aplasta a cualquier proyecto empresarial, y las calles llenas de grandes camionetas negras de guaruras, que han vuelto a hacer sonar sirenas y encender sus estroboscópicos focos azules y rojos, con plena libertad para aventar la lámina, abarcar dos carriles para que escoja el patrón, pasarse la luz roja, estacionarse en doble fila o enseñar la metralleta si alguien los mira feo o se queja de su conducta. ¡Ah! Otro detalle que olvidaba: ¡volvieron las rutas!, es decir, patrullas y motociclistas que bloquean el tráfico para que pase un político, afectando a miles de automovilistas.

Somos un pueblo acostumbrado a las malas noticias y a conocer cada día a tantos y tantos sinvergüenzas que surgen a la luz pública, pero solo lo hacen si la emisora en cuestión obtiene beneficios tangibles por hacerlo; una vileza apenas comparable con los delitos que exponen.

Para fortuna de quienes mueven nuestros hilos, somos una sociedad capaz de olvidar en cosa de minutos la peor de las desgracias. Un show de televisión, un concierto público o una de las peores selecciones mexicanas de futbol calificando milagrosamente al Mundial, tienen la virtud del opio, del apendejamiento voluntario, de la reducción progresiva de la explotación neuronal, hasta llegar a colocar nuestro cerebro en una canasta de productos básicos, a cambio de un voto por cualquiera de nuestros repugnantes partidos políticos.

Esta es apenas una parte micrométrica del México de hoy, y desafortunadamente de un México ensuciado que recibe a algunos de los mejores golfistas del orbe en dos extraordinarios campos de golf, el Club de Golf México al LPGA Tour, y El Camaleón de Mayakoba, al OHL Classic.

Afortunadamente, ambos torneos serán oasis que nos separarán por un tiempo del peor de los Méxicos que hemos conocido en muchos años.

Por algunas horas entre jueves y domingo, podremos disfrutar de lo mejor del golf femenil y varonil, manteniendo nuestra atención alejada de las putrefactas noticias de los principales noticieros televisivos.

Si aún reciben o adquieren algún periódico cada mañana, les sugiero utilizar la primera plana para limpiar las heces del perro y saltar directamente a la sección deportiva para revisar los pormenores de ambos torneos.

Sería utópico esperar una victoria mexicana en alguno de los campeonatos, pero también resultaría muy grata noticia si cualquiera de los nuestros —ellas o ellos— concluyeran en una posición destacada en su respectivo torneo. Por parte de las damas, estarán Alejandra Llaneza —única profesional— Gaby López y Margarita Ramos. Los varones que competirán serán Carlos Ortiz, Óscar Fraustro, José de Jesús Camarón Rodríguez, Roberto Díaz y Rodolfo Cazaubón.

Y no, no omití a Lorena. Hice una revisión hace unos minutos (lunes, 18:20) y ella no está incluida en el field de su torneo.

Dejemos que el golf sea el tópico favorito de la semana, un breve motivo de alegría y un suave consuelo ante la deplorable situación de este país; sé que mi recomendación puede ser tomada como falta de sensibilidad, superficialidad o indiferencia, pero la verdad es que este México me duele y me duele mucho, y dicen que una de las mejores formas de paliar el dolor es dejando de ponerle atención.

Hace un par de meses que decidí no ver noticieros televisivos mexicanos (uno puede acceder a noticias de mil formas diferentes) ni renové mi suscripción a los periódicos que leía (me quedé con algo de noticieros radiofónicos, que al menos ofrecen más variedad, aunque también obedecen a intereses particulares y no comunales). Cuando las buenas noticias vuelvan a alcanzar un 5% o más en estos medios, será entonces mi tiempo de regresar a ellos.

Veamos, pues, algo de golf de excelencia en tierras mexicanas.

¡Suerte y éxito a ambos torneos!

fdebuen@par7.mx