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Adam Scott

Fernando de Buen




El golf tiene a un nuevo líder en la figura de Adam Scott. Pero, ¿qué sabemos de esta nueva superestrella del firmamento golfístico?

Con un carisma arrollador desde su aparición en el golf profesional, Adam Derek Scott —nacido el 16 de julio de 1980, en Adelaide, Australia— apareció en el golf profesional en 2000, año en el que consiguió un sexto lugar en el Linde German Masters, además de participar por invitación en el PGA Tour, pasando el corte en una de seis oportunidades. En solo ocho torneos ganó su tarjeta del Tour Europeo para el año siguiente.

Fue 2001 el año de su despegue definitivo. Ganó el Alfred Dunhill Championship, en Johannesburgo y terminó la temporada en el lugar 13 de la Orden al Mérito. El calendario siguiente le reportó dos triunfos y el séptimo lugar en la lista de ingresos. Con seis golpes de ventaja ganó el Qatar Masters y poco más tarde, cerró con ronda de 63 para ganar el Scottish PGA Championship con 10 golpes de diferencia. Entre sus dos victorias, debutó en el Masters, logrando un respetable noveno lugar.

En 2003 participó en el WGC-Accenture Match Play Championship, torneo en el que llegó a semifinales, después de vencer a Bernhard Langer, Rocco Mediate, Kevin Sutherland, Jay Haas y Peter Lonard, cayendo en su camino a la final ante el eventual campeón, Tiger Woods, quien lo venció en 19 hoyos. Unas semanas después ganó el Scandinavian Masters y consiguió su primer triunfo en el PGA Tour, en la edición inaugural del Deutsche Bank Championship. Aportó tres de cinco puntos para el equipo internacional en la Presidents Cup.
El triunfo más importante de su carrera —antes del Masters de 2013— fue, sin duda, el Players Championship de 2004, convirtiéndose en el más joven ganador de este torneo, a los 23 años.

Con los años llegaron más triunfos, tanto en el Tour Europeo como en el PGA Tour. En 2008, siendo el número 3 del mundo, compitió en las dos primeras jornadas del U. S. Open junto con Tiger Woods, número 1 y eventual campeón, y Phil Mickelson, el número 2, quien concluyó en lugar 18. Él finalizó en el 26.

Tras dos años sin triunfos en el PGA Tour, en mayo de 2010 ganó su séptimo título en el circuito, el Valero Texas Open. También consiguió su séptima victoria en la gira del viejo continente, el Barclays Singapore Open, evento que ganó por tercera ocasión.

El 2011 marcó otro triunfo excepcional. Ganó el WGC-Bridgestone Invitational —su primer título en los Campeonatos Mundiales de Golf—, victoria que le permitió retornar al top-ten del ranking mundial. Concluyó séptimo en el PGA Championship y empató en sexto en el Tour Championship.

El 2012 le dejó una honda huella al carismático atleta. Tras la tercera ronda del Open Championship, inició la final con ventaja de cuatro golpes sobre el segundo lugar, misma que mantuvo hasta el hoyo 14, con lo que parecía imposible que pudiese dejar ir la victoria. Cuatro hoyos más tarde, con igual número de bogeys, la cedería al veterano Ernie Els por un golpe.

La experiencia que le dejó el fracaso británico (ver cita al final del artículo), sin duda le sirvió a Scott para ganar el Masters de 2013. En lo que parecía un triunfo tras 72 hoyos, debió alargarse al desempate, gracias al birdie del argentino Ángel Cabrera en el hoyo final. Tras un primer intento en el hoyo 18, ambos continuaron en el 10, donde Adam consiguió el birdie que lo inmortalizaría como un campeón de torneos majors.

Poco más tarde, fue nuevamente líder en el Open Championship, con ventaja de uno faltando nueve hoyos; finalizó en tercer lugar. En el último grande del año, el PGA Championship, logró el quinto sitio. Al término del año, alcanzó por primera vez en su carrera  el número 2 de la clasificación mundial.

Hacia el final del año, pudo haberse convertido en el campeón de la triple corona australiana, pues ganó el Australian PGA Championship y el Australian Masters, pero se quedó a un golpe del campeón Rory McIlroy en el Emirates Australian Open. Entre los dos últimos torneos, ganó con Jason Day la Copa Mundial de Golf para Australia.

Finalmente, en este 2014, aprovechó la oportunidad que dejó Tiger Woods con su lesión, y el lunes de la semana pasada apareció como el número 1 del mundo.

El pasado domingo, pocas semanas después de contraer matrimonio con la arquitecta sueca Marie Kojzar en Bahamas, celebró su ascenso con un triunfo, reafirmando que haber llegado hasta aquí no es obra de la casualidad, sino de un trabajo y dedicación constantes, sumados a un golf excepcional en todos sus departamentos (para muestra, les recomiendo ver el video de su swing).

No queda duda de que Adam Scott es, en la actualidad, uno de los tres mejores jugadores del planeta, incluyendo a Tiger Woods. La duda llegará el 1° de enero de 2016, cuando las Reglas de Golf le prohíban utilizar el belly putter (putt de escoba), que tanto le ha ayudado en su juego sobre el green.

En lo personal, me da mucho gusto que sea el nuevo número 1 del mundo. Tiene todas las cualidades para representar al golfista modelo. Merece quedarse allí una buena temporada.

fdebuen@par7.mx

 
«Estoy muy desilusionado, pero jugué tan bonito la mayoría de la semana, que realmente no debería dejar que esto me desanime. Sé que he dejado una oportunidad muy grande resbalarse hoy entre mis dedos, pero de alguna forma miraré atrás y tomaré de ello las cosas positivas.»
Adam Scott, al término del Open Championship (Abierto Británico) de 2012.