Entre Esteban y una ciudad en caos

Fernando de Buen

La escena no luce como quisiéramos. Estamos en el tercer hoyo de desempate del Montreal Championship y Kenny Perry, el mejor jugador de la temporada en el Champions Tour ha dejado su bola a unos 6 o 7 metros de la bandera; el mexicano Esteban Toledo puso su golpe de salida en el par 3, de 191 yardas, afuera del green. Más que pensar en un acierto del cachanilla, desde ya estamos deseando que el estadounidense no emboque su putt y se lleve el triunfo. El bajacaliforniano elige un sandwedge y ejecuta su golpe, haciendo que su bola aterrice suavemente sobre el green y se mueva de izquierda a derecha hasta terminar en el centro del hoyo; un emocionado Esteban salta dos veces con los brazos en alto e inmediatamente después tira su famoso gancho de izquierda con el que noquea virtualmente a su oponente. Con la presión encima, Perry falla su putt y nuestro paisano obtiene su segundo triunfo en su temporada de novato en el circuito para veteranos del PGA Tour. El mexicalense cumplirá este martes 51 años, por lo que la victoria es un merecido regalo de cumpleaños.

Sin duda, se trata de una gran noticia para los habitantes de este país, particularmente para quienes vivimos en su capital, tan propensa a sufrir de embates provocados por grupos que buscan defender su sagrado privilegio de cobrar sin trabajar, y de usar la protesta como medio de presión para justificar su incapacidad laboral. La actitud medrosa —por no decir cobarde— de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal y de la Secretaría de Gobernación, quienes prefieren responsabilizarse mutuamente, en lugar de decidir quién de ellos debería rescatar a la ciudad de sus secuestradores —poniendo en ridículo el nombre de México en el ámbito internacional—, contrasta con el esfuerzo aislado de este gran mexicano que continúa jugando golf, solo por el placer de ganar y de hacerlo en nombre de su patria.

Esteban suma ya dos triunfos y se vuelve un serio candidato para contender por el título de Novato del Año en la gira estadounidense. Si bien nunca logró ganar en el PGA Tour —alcanzó dos segundos lugares—, este circuito para quienes rebasan el medio siglo de vida, parece haberle acomodado a la perfección a quien demuestra semana a semana, que se preparó a conciencia para destacar en este nuevo proyecto y ser mucho más que un simple jugador del montón. Físicamente se encuentra en perfectas condiciones y su nivel de juego lo tiene colocado ya en el puesto 11 de la Copa Charles Schwab.

Una buena noticia, repito, para un país con ciudades que no han visto una gota de lluvia en meses o años, pero con otras —de nuevo destacando la capital— plagadas de charcos e inundaciones provocadas más que por los chubascos, por el desaseo de sus habitantes y una muy deficiente labor de limpieza en los sistemas de drenaje. Para nosotros los golfistas, son tiempos de quedarnos en casa —ante el cierre de nuestro campo— o resignarnos a jugar en un campo con hoyos recortados, con reglas de invierno y el riesgo de sufrir una nueva empapada durante la ronda.

Toledo ha participado en 19 torneos en este 2013, y sólo ha fallado el corte en uno de ellos —el Senior PGA Championship—; acumula siete top-ten, 12 top-25 y, antes de este evento, ganó el Insperity Championship, en mayo, convirtiéndose en el primer mexicano con un triunfo en esta Gira. Entre sus estadísticas destacan el séptimo lugar en promedio de putts, con 1.738 putts por green en regulación, y el octavo en putts por ronda, con 28.83. En la combinación de las principales ocho estadísticas (All-Around), está colocado en la posición 13, lo que es una muestra fehaciente de que su nivel de juego está a la altura de los mejores (los números registrados no incluyen su desempeño esta semana, por lo que podrían cambiar).

Es probable que, ante la mansedumbre de nuestros gobernantes, la capital del país continúe por tiempo indefinido sitiada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), acompañados de otras tantas multitudes inútiles, y nos la devuelvan cuando se harten de estar aquí y regresen a sus respectivas ciudades para continuar con su labor de protesta, amedrentando a las autoridades y haciéndole la vida imposible a sus respectivos pobladores. Ya sabemos cuál será el resultado: se les pagará su salario íntegro, probablemente con alguna retribución adicional y se les despedirá con pañuelos blancos y el correspondiente agradecimiento por su amabilísima voluntad de abandonar la Ciudad de México; con ello, quedarán sumamente motivados a continuar organizando paros, manteniendo las escuelas cerradas y a millones de niños sin la posibilidad de estudiar.

Así las cosas, entre chubascos, inundaciones por drenajes inútiles, visitantes indeseables que se han adueñado de nuestra ciudad, con la venia de nuestras sumisas autoridades locales y federales, el triunfo de Esteban Toledo es un bálsamo para nuestro espíritu.
Gracias Esteban, por tu gran esfuerzo. ¡Disfruta tu triunfo y felicidades por tu cumpleaños!

¿Y si mejor habláramos de la selección de futbol?

fdebuen@par7.mx