Durante muchos años fue considerado como el mejor golfista del planeta sin un triunfo en torneos de grand slam. Cuando vino la debacle de Tiger Woods en 2009, tuvo más oportunidades que nadie de ascender el primer sitio el ranking mundial y, una a una, las desperdició todas. Con los meses, lejos de mejorar, su juego lo llevó a descender en dicho escalafón, al grado de sacarlo por mucho tiempo del top-ten. Hoy, a sus 43 años, las cosas han cambiado radicalmente para Phil Mickelson. Acaba de ganar el torneo más prestigiado del mundo, el Open Championship —Abierto Británico le llaman de este lado del charco, aunque a mí me gusta mucho más su nombre original—, para sumar el quinto major de su carrera y, si llegase ganar el U. S. Open, se convertiría en el sexto jugador en la historia en haber ganado los cuatro torneos que conforman el grand slam de la era moderna.
Hoy todo el mundo habla del oriundo de San Diego quien, aparte de sus enormes facultades como golfista, goza de un carisma mucho mayor al de cualquier otro golfista en activo del planeta.
En el currículum de Mickelson existen prácticamente todos los logros de cualquier golfista hubiese deseado conseguir. Se graduó de la Universidad Estatal de Arizona en 1992, tras capturar tres campeonatos individuales de la NCAA, tres Premios Haskins (1990-1192) como el golfista más sobresaliente del circuito colegial, donde ganó 16 torneos. En 1990 se convirtió en el primer zurdo en ganar el U. S. Amateur y, un año después, a los 20 de edad y aún como amateur, ganó su primer torneo en el PGA Tour, el Northern Telecom Open, convirtiéndose en el sexto jugador en la historia en lograr dicha hazaña y el primero desde Scott Verplank (1985). Desde entonces nadie ha podido lograrlo.
Durante todos esos años, su ascenso en el PGA Tour, al que ingresó oficialmente en 1992, fue vertiginoso y, con excepción de ese año, 1999 y 2003, ha ganado al menos un torneo en cada temporada. Destacan 1996, 2000 y 2005, en los que obtuvo cuatro victorias por temporada.
Hasta antes del año 2004, Phil sumaba 21 victorias y en cuatro ocasiones había concluido en el segundo lugar de ingresos en el circuito, pero el tan esperado triunfo en un torneo grande no llegaba. Ya había conseguido dos segundos lugares en el U. S. Open y uno más en el PGA Championship, más cuatro terceros lugares en el Masters y otro en el PGA Championship. Hasta antes de ese año, sus actuaciones en el Open Championship habían sido signo de una total mediocridad.
Pero ese año, las cosas comenzarían a cambiar después de la segunda semana de abril. Phil había logrado ganar el Masters y, con ello, borrado su ignominioso título del ya merito. Liberado de la carga emocional, al año siguiente ganó el PGA Championship y el 2006 su segundo Torneo de Maestros.
Su actuación en el 2010 quedó marcada por su tercer triunfo en el torneo de Augusta National, pero también por su incapacidad de ascender al primer lugar del ranking mundial. Cayó al sexto lugar en ganancias en el tour y al cuarto en la clasificación mundial; al año siguiente descendió al decimosegundo en ingresos y al puesto 14 en el ranking; lejos de mejorar, concluyó el 2012 en el sitio número 17.
El día de hoy, Lefty cuenta ya con 42 victorias, cinco de ellos en torneos grandes. Desplazó ya Rory McIlroy como número 2 del mundo, sólo por debajo de su archirrival Tiger Woods.
En tres semanas más inicia el PGA Championship —último major del año— y será una buena señal para comparar a estos dos grandes. A pesar de su triunfo en el Open, y que la decisión de la edición del Jugador del Año depende exclusivamente de la votación de los miembros del Tour, está claro que con sus cuatro triunfos —incluido el Players Championship— Tiger sigue arriba en los momios, pero faltan aún varios torneos y los cuatro de la Copa FedEx, por lo que las oportunidades abundan para que haya posibles cambios.
Con la enorme popularidad que lo antecede —al grado que hay quien ya lo compara con Arnold Palmer—, el U. S. Open de 2014 podría convertirse en el torneo más importante en la vida de Phil Mickelson. Es el único grande que no ganado y ostenta el poco grato récord de contar con seis segundos lugares en el mismo. La sede será el campo Pinehurst #2, el mismo en el cual Phil fue derrotado en 1999, por un inspirado Payne Stewart (quien fallecería pocas semanas después en un accidente aéreo), momento que escribió una de las páginas más emotivas de la historia de este torneo.
Es el tiempo de Phil… y Phil aún está a tiempo.
fdebuen@par7.mx
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