El día que cambió al golf

Fernando de Buen

Al parecer, unos días antes del U. S. Open, que se celebrará la próxima semana en el campo de Merion, habrá una conferencia de prensa en la que Tiger Woods anunciará un nuevo contrato a largo plazo con la marca Nike, la misma que lo convenció de volverse profesional y la que nunca le declinó su apoyo, ni aun en los momentos álgidos que forzaron su retiro temporal del golf.

Fue en 1996, cuando una famosa marca de productos deportivos puso el ojo en un joven estudiante de Stanford, cuya carrera como amateur había sido impresionante, incluyendo tres triunfos en el U. S. Amateur. Su nombre: Eldrick Tont Woods, quien desde el inicio de su salto al profesionalismo quiso ser reconocido como Tiger Woods.

El contrato que firmó Nike con Woods fue tan importante para el PGA Tour, que le permitieron al californiano participar en unos cuantos torneos que restaban en dicha temporada, con el fin de que ganara el dinero suficiente como para evitar la Escuela de Calificación (Q-School) hacia el final del año. No solo consiguió su objetivo, sino que además colocó las primeras dos victorias en su palmarés y alcanzó el lugar 24 en ingresos en tan solo tres meses.

Para 1997, el sorprendente Tiger ganaría su primer major, el Masters de Augusta National, rompiendo un sinnúmero de récords y marcaría el verdadero inicio de su era, que al día de hoy suma 78 victorias en el PGA Tour, incluyendo sus 14 majors y un dominio que, con varias pausas breves y una más larga, hoy alcanza 634 semanas.

El éxito inmediato del jugador y su ascenso vertiginoso al cenit del golf mundial, le vino como anillo al dedo a esta marca que estaba resuelta a invadir al mercado del golf y dispuesta a invertir muchos millones de dólares en promover sus productos.

Esto marcó un romance ilimitado entre el jugador y los medios, que simplemente se dejaron conquistar por su determinación al triunfo, su juego implacable, su intachable comportamiento y una elegancia que le valió portadas en las principales revistas de moda. La imagen de Tiger se colocó por encima de la de Michael Jordan, de Michael Schumacher y hasta de los mejores futbolistas de aquella época. Por supuesto, empezó a superarlos a todos en ingresos, año con año.

La mercadotecnia del golf se transformaba y lograba colocar al otrora exclusivo golf como un deporte tan popular como los tres grandes favoritos del público estadunidense: béisbol, basquetbol y futbol americano. Con Tiger a la cabeza y la palomita en la cabeza de Tiger, la inversión había rendido grandes frutos y, había logrado colocar a la marca de la Diosa de la Justicia —hija de Júpiter— como una de las más reconocidas en un mercado en el que, apenas años atrás era inexistente.

Seguramente por esa enorme capacidad de resilencia que ha mostrado en todas las épocas de su carrera —regresando al número 1 tras cambiar de swing, de entrenador o por cuestiones de salud— su patrocinador no lo abandonó como los otros, cuando Woods cayó en desgracia, por ese asunto de faldas —muchas faldas— que terminó retirándolo del golf por meses, alejándolo de triunfos oficiales entre septiembre de 2009 y marzo de 2012, además de hacerlo descender más allá del puesto 50 del ranking mundial.

Tiger regresó como el ave Fénix y sus patrocinadores están de plácemes, pues como válvula de escape, ya habían hecho firmar al actual número 2 —entonces número 1—, el norirlandés Rory McIlroy, quien pasa actualmente por una época de adaptación a su nuevo equipo, pero quien ya no debe tardar mucho para regresar al nivel de juego que tenía anteriormente.

Así las cosas, ese contrato firmado en 1996, terminaría cambiando la faz del golf en el mundo del deporte e incrementando la popularidad del juego, extendiéndolo hasta terrenos donde nunca se había practicado. Como consecuencia de lo anterior, aumentaron también las inversiones en giras como el PGA Tour en forma exponencial, se incrementó mucho la cobertura televisiva y la presencia en medios de cualquier tipo.

Ese contrato entrará en una nueva etapa próximamente y ya veremos el alcance del mismo. Al menos hasta ahora, ha sido una increíble historia de éxito.

fdebuen@par7.mx