Días de lluvia

Fernando de Buen

Hace casi 10 años escribí un artículo (Par 7, número 73) cuyo título era «Singin’ in the rain», en alusión a la histórica película (1952) protagonizada por el gran Gene Kelly. El artículo trata acerca de los cuidados que se deben procurar para poder jugar una ronda de golf bajo la lluvia. Se trata de sencillas precauciones que harán de una jornada húmeda algo más llevadero.

Debo confesar que éste no será más que una síntesis de aquél, procurando rescatar lo más útil para hacer del golf bajo la lluvia una experiencia placentera.

Lo primero que debemos tomar en consideración es el riesgo que conlleva salir al campo de golf en un día de lluvia. Se cuentan por centenares los casos de golfistas lesionados o incluso fallecidos, por causa de rayos, por lo que en caso de existir dicho riesgo, debemos evitar a toda costa salir a jugar, aunque la obligación de impedirlo debería recaer en los encargados del campo de juego. De acuerdo con las Reglas de Golf, la lluvia en sí no es motivo para la suspensión de una ronda, pero sí lo es la presencia de rayos o que el campo se inunde.

Surge la pregunta: ¿cambian las características del juego cuando practicamos bajo la lluvia? Definitivamente sí y estos cambios no sólo tienen que ver con guantes húmedos y grips resbalosos.

En temporada de aguas, es esencial meter a nuestra bolsa de golf un impermeable que no afecte el movimiento del swing o, incluso, un wet suit, conjunto de pantalón y chaqueta resistentes al agua, asegurándonos que ambas piezas tengan bolsas con zipper o algo similar, que nos permitan mantener nuestros guantes y manos lo más secos posibles. ¿Y qué decir de la sombrilla? Es una herramienta insustituible durante una ronda bajo el influjo de Tláloc.

La lluvia aumenta en forma importante el coeficiente de fricción al que se somete una bola en vuelo y, por lo tanto, su distancia en el aire se verá disminuida. Por la misma razón, una bola rodando en superficie mojada tiene un recorrido menor que el que lograría en una superficie seca. Así las cosas, considerar el uso de uno o dos palos más en cada golpe, así como revisar a conciencia la superficie del green, cerciorándonos sobre la presencia de pequeñas acumulaciones de agua en la trayectoria al hoyo, son previsiones que nos ayudarán a lograr un mejor resultado.

En lo que a grips resbalosos y guantes húmedos se refiere, es de toral importancia que procuremos mantenerlos secos hasta donde sea posible. Una empuñadura mojada llega a ser hasta peligrosa, pues el riesgo de que el palo se escape de las manos del golfista durante el downswing es digno de considerar. Por esa incómoda sensación, resulta lógico pensar que —en aras de evitar un accidente— el jugador tienda a apretar más las manos sobre el grip, afectando en forma muy importante el resultado de cada golpe. Lo conveniente en estos casos es cargar con uno o más guantes de repuesto, cuidando que no se expongan al agua más allá de lo indispensable. Se debe procurar también que al ponerse el guante, el jugador mantenga la mano seca hasta donde las condiciones se lo permitan, pues un guante mojado por fuera tiene remedio, pero uno humedecido por dentro solo aumenta los problemas de agarre y es mejor olvidarse de él. Una buena forma de mantener el guante seco por más tiempo, es fijándolo a la parte alta del paraguas cuando no lo usamos o meterlo en alguna bolsa seca de nuestra ropa o de la bolsa de golf. Dado que es prácticamente imposible conservar los grips secos, es indispensable cargar con una toalla seca y, antes de cada tiro, frotar con ella (bajo el paraguas) la empuñadura para eliminar el exceso de humedad. Si esta se moja, deja de ser útil para este efecto, por lo que se recomienda durante esta temporada cargar con una adicional.

Ahora bien, la suma de todas estas precauciones, puede provocar serios estados de ansiedad en el jugador, por lo que se vuelve necesario contar con un ingrediente más que, afortunadamente, es igualmente útil si está seco o mojado; lo importante es recordarlo y utilizarlo en todo momento: la paciencia.

He tenido la oportunidad de practicar bajo la lluvia en un buen número de ocasiones y les puedo asegurar, queridos lectores, que tomar en cuenta estas recomendaciones nos permitirá disfrutar más de nuestra ronda de golf.

Si no la vamos a gozar, ¿para qué salir a jugar?

¡Feliz temporada de lluvias!

fdebuen@par7.mx