PGA Tour: el Wells Fargo, otra historia de Cenicienta

Derek Ernst cumplió un sueño

Par 7. Redacción

Sus planes para esta semana eran dirigirse a Athens, Georgia, para jugar un torneo del Web.com Tour. Una llamada telefónica el lunes lo cambió todo y, en su nueva ruta, se dirigió hacia la ciudad de Charlotte, en Carolina del Norte. Seis días después se habría de convertir en un ganador más del PGA Tour, logrando el triunfo con el campo de Quail Hollow severamente dañado por la lluvia. Derek Ernst, novato de 22 años, ya es un miembro regular del PGA Tour con todos los privilegios.

Al llegar al hoyo 18, Derek se encontraba a un golpe de liderato que, en ese entonces, ejercía el inglés David Lynn. Las 192 yardas que recorrió su bola, tras ser golpeada con un hierro 6, a través de la lluvia y el viento, habrían de convertirse en la trayectoria más importante de su carrera profesional. Tras cubrir la distancia, la bola se posó a 4 pies del hoyo, desde donde embocó el birdie que le daba la oportunidad de participar en la muerte súbita. Su ronda fue de 70 golpes, mismo resultado que el de Lynn.

El desempate, en el mismo hoyo 18, se decidió muy rápido. La salida de Lynn fue defectuosa y su bola terminó en la pendiente de un arroyo, desde donde resultaba casi imposible intentar llegar al green; Davis pensó en regresar del fairway y de allí buscar la bandera, pero vio el impacto de su rival dejando la bola a distancia de birdie, obligándolo a arriesgarlo todo. Debió pararse sobre algunas piedras dentro del arroyo y, con la bola a la altura de las rodillas, golpeó una madera de piso que terminó en el búnker del lado derecho del green. Desde allí, su tercer golpe se pasó de green y con el cuarto se quedó a cinco pies del hoyo, para bogey. Ernst solo requirió de dos putts para ganar y cambiar su vida por completo.

El líder de la tercera ronda, el zurdo Phil Mickelson, llevaba un golpe de ventaja con tres hoyos para terminar, pero bogeys consecutivos en los hoyos 16 y 17, cerrando con 73 y 7 bajo par, en tercer lugar.

«Este sentimiento es increíble por ahora. Al principio de la semana ni siquiera sabía que iba a estar en el field. Toda la semana sentí bien mi swing y mi juego mental. Lo mejor fue lo que estuve diciendo durante toda la semana, salgo por mis propios medios y por ahora ya valió la pena.»
Derek Ernst