Con la brillantez que lo llevó a ocupar el primer sitio del golf mundial, Tiger Woods consiguió el triunfo número 76 de su carrera, en el WGC Cadillac Championship, segundo de los cuatro torneos que conforman los Campeonatos Mundiales de Golf (WGC por sus siglas en inglés), en el famosísimo campo del Blue Monster, en el complejo Doral, en la Florida. Si en dos semanas vuelve a ganar, le podría arrebatar a Rory McIlroy el número 1 del ranking mundial. Si ello sucede, tendremos en el segundo semestre de este año, un duelo en la punta de esta clasificación, como no lo veíamos hace muchos calendarios.
Sin duda, se trató del mejor Tiger que hemos visto en los últimos años. Un récord personal —100 putts en 72 hoyos— y su segunda mejor actuación en cuanto número de birdies logrados, con 27, nos ponen en perspectiva el nivel del desempeño del californiano, quien con éste suma 17 trofeos de torneos de los WGC.
Tiger en impresionante ascenso y Rory aun buscándole el sweet spot a sus hierros Nike, mismos que comenzó a utilizar hace algunos torneos, pero que le han causado serios problemas de adaptación, aunque en la cuarta ronda de este campeonato, tiró un 75 que le permitió acumular 10 bajo par y colarse hasta el octavo lugar, por mucho su mejor actuación desde que llegó a cabo el cambio de equipo.
Al parecer, el norirlandés está ya en camino de retornar al nivel que lo ha mantenido por 38 semanas —31 consecutivas— como el mejor golfista del planeta, pero actualmente Tiger se muestra arriba de él en términos de desempeño. Es factible estimar que, precisamente a mediados de año, ambos estén jugando su mejor golf y, en fechas cercanas al U. S. Open podríamos ser testigos de duelos memorables.
Al momento de escribir este artículo, la diferencia que separa a Tiger de Rory en el ranking es de 99 centésimas, pero debemos recordar que 24 meses atrás —ciclo permanente con el que se mide el desempeño de cada jugador— Tiger estaba en franco descenso, perdiendo puntos a diestra y siniestra, mientras que McIlroy comenzaba a tener actuaciones destacadas; esto significa que mientras el estadounidense no requiere forzosamente de ganar torneos para ascender en su promedio de puntos, el norirlandés está forzado a mejores resultados, tan sólo para mantener su media actual.
En la actualidad, Tiger suma 623 semanas ocupando el cenit del golf mundial; su más cercano perseguidor, el Tiburón Greg Norman, alcanzó 331. La diferencia entre ambos es más o menos de cinco años y medio. Si Tiger aumenta su número —lo que muy probablemente llegue a suceder en fecha próxima, dadas las circunstancias— podría pasar un siglo para que alguien lo supere.
En el golf no hay nada escrito, pero las expectativas de que este 2013 pase a la historia como uno de los años más emocionantes de las últimas décadas son grandes y están más vivas que nunca.
Es tiempo de que Tiger demuestre —una vez más— que su lugar en el golf no es otro que el punto más alto de la clasificación mundial; es tiempo de que Rory defienda su reinado con la fiereza que caracteriza a los guerreros de la tierra que lo vio nacer.
Muy pronto seremos testigos de las batallas que definan a esta histórica guerra por dominar el deporte más noble del mundo.
fdebuen@par7.mx
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