• Tres grandezas de Ku: resilencia

• Carácter: nunca enojarse

• Motivación: calidad, más que cantidad

El flamante ganador del Accenture Match Play Championship, Matt Kuchar, es un perfecto ejemplo de lo que debe ser el juego mental, de acuerdo con Gio Valente, autor del libro: Fearless Golf: Conquering the Mental Game. La primera de sus fortalezas es la resilencia que, en términos psicológicos significa la capacidad de retornar a un nivel ideal, después de que este se ha perdido.
En lugar de decepcionarse, sentirse frustrado o enojado, Kuchar reinvirtió en sí mismo y en su juego, trabajando más duro. Fue a través de su continuo esfuerzo y el apoyo de su entrenador Chris O’Conell como construyeron un nivel de juego sostenible. La resilencia a través de la adversidad es su primer ejemplo ilustrativo.

El segundo gran activo de este jugador es que nunca lo vemos enojado el campo de golf. Quienes conocen su historia sabrán que cuando era un jugador juvenil, Matt se enojó en una ocasión en el campo de golf y aventó sus palos al agua. En reprimenda, sus padres se los quitaron. En la actualidad, el eterno sonriente se refiere a ésta como una importante experiencia formativa. «Puedo recordar cómo me metí en un gran problema cuando era niño —mencionó la semana pasada—. Recuerdo haber aventado mis palos al agua y ser obligado a sacarlos de allí, solo para que me los quitaran. Rememoro eso como un castigo terrible. Aprendí mi lección».
Quien se enoja no sólo pierde el control, sino que además pierde en la calidad de su juego, por la tensión muscular que provoca, misma que afecta mucho al swing.