Se acaba este 2012 y con él se irán objetivos cumplidos y no pocos sueños frustrados. Antes del inicio de cada nuevo calendario, creamos nuestro gran proyecto anual e intentamos, desde el primer día, cumplirlo a cabalidad. Este mundo, tan lleno de problemas económicos y sociales, nunca suele ser un buen aliado y parece querer ponernos trabas para dificultar la consecución de nuestras metas.
Pero no son mis metas las importantes aquí, sino la de tres profesionales mexicanos, que acaban de alcanzar un importante objetivo y, a partir del año próximo, serán un efectivo punto de referencia para medir la verdadera capacidad del golf mexicano, compitiendo contra extraordinarios exponentes en el ámbito internacional. Se trata de Alejandra Llaneza —LPGA—, Margarita Ramos —LET (Europa)— y Óscar Fraustro —Web.com Tour.
Para Alejandra, como para cualquier mexicana que ingrese al LPGA Tour, los zapatos de Lorena resultan enormes y no pueden ser considerados como un marco de referencia para medir el éxito o el fracaso. Hemos visto a jugadoras como Tanya Dergal, haciendo su mejor esfuerzo para sostenerse en dicha gira y, a pesar de ello, sólo le alcanzó para comprobar que su golf no era el suficiente para cumplir tal cometido. Al igual que lo mencioné poco antes del debut de la duranguense, yo esperaría de Alejandra que pasará algunos cortes y, si logra juntar buenos rondas consecutivas en la misma semana, un top-ten o dos serían maravillosos. La meta debe enfocarse en cumplir con un solo objetivo: mantenerse en la gira y, de ser posible, mejorar su estatus condicionado.
Macus acaba de dar un salto cuántico en su carrera. A sólo dos meses de haberse vuelto profesional, y a diferencia de todas las jugadoras mexicanas que han dado el mismo paso, ella decidió saltar al viejo continente para participar en la Escuela de Calificación de la LET, y su primer triunfo como un golfista de paga es, por supuesto, el haberse ganado un lugar en este privilegiado circuito. Si Ramos inicia con el pie derecho, la veremos participar en torneos tan importantes como el Evian Masters de Francia —ya como major— y el Abierto Británico Femenil, entre otros. Tomó un sendero diferente, pero por ello no más sencillo que el del circuito estadounidense. Si bien el golf femenil no ha mostrado una evolución exponencial como la de su contraparte varonil, es un hecho que su nivel ha mejorado sustancialmente. Lo más importante de todo, será el poder participar en ambientes que no le son comunes y, en algunos casos, tampoco cómodos. Todo ello redundará en una conveniente madurez y podría darnos muy gratas sorpresas en un futuro próximo. Pasar cortes y lograr algunos top-ten es lo que también deseo para ella; imposible pedir más y esperar que se cumpla.
El chihuahuense Fraustro no es una sorpresa para quienes hemos seguido su carrera de cerca. Con 30 años de edad, cuenta con una mezcla idónea de juventud y experiencia que nos permite pensar que sus mejores años están por llegar. Haber terminado como segundo lugar en una gira que incluyó a los mejores jugadores de toda América Latina —con un triunfo y tres segundos lugares en 11 torneos—, es una muestra indiscutible de un gran nivel de juego y una envidiable regularidad. El primer paso ya está dado y ahora habrá que verlo participar ante un grupo de jugadores con un golf más exigente, más competitivo y sobre terrenos más complicados. En su primer año en el Web.com Tour, yo esperaría de Óscar apenas un poco más que de Alejandra y Margarita: pasar el corte en la mitad de sus torneos y conseguir algunas finales dentro de los 10 mejores.
No nos engañemos. El sueño de estos tres grandes profesionales ya está cumplido. La victoria en sus respectivas giras no puede ser el siguiente escalón en la jerarquía onírica; mucho antes que ella, deberá estar colocada la regularidad necesaria para mantenerse dentro.
Desde esta trinchera, yo les agradezco a los tres su gran esfuerzo. Será por ellos que nuestro trabajo periodístico tendrá una feliz motivación adicional: seguir sus pasos por donde quiera que ellos pisen.
fdebuen@par7.mx
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