La noticia no podía esperar más. Es prácticamente un hecho que el uso de los putters largos, valiéndose de un punto de apoyo —ombligo, pecho o barbilla, por citar tres ejemplos— quedará prohibido a partir del 1° de enero de 2016.
No pienso hablar de la regla correspondiente en este espacio, pues mi buen amigo y editorialista de este semanario, Fernando Martínez Uribe, aprovechó el suyo para tratar los términos legales que rodean a este polémico cambio al reglamento de golf.
No hay más culpables que quienes ganaron torneos de grand slam con alguno de estos modelos en su bolsa, como lo hicieron Keegan Bradley (PGA Championship, 2011), Webb Simpson (U.S. Open, 2012) o Ernie Els (Open Championship, 2012). Si ello fuera poco, se unió a la lista de famosos el impresionante Guan Tianlang —adolescente chino de 14 años de edad—, quien también se valió de un putter de ombligo para ganar el Asia-Pacific Amateur, lo que le valió una invitación al Masters de Augusta el año próximo, convirtiéndose en el jugador más joven de la historia que participa este torneo.
Las cosas no mejoraron ante declaraciones de los propios jugadores. Ernie Els, quien ganó su último major con un belly putter, mencionó: «Mientras siga siendo legal (este tipo de putters), seguiré haciendo trampa como los demás». Tiger Woods, quien siempre ha utilizado un putter tradicional, declaró al respecto: «Yo sólo creo que el arte de potear es columpiar el palo y controlar los nervios. Y sosteniéndolo en un punto fijo es, como he venido diciendo todo el año, algo que no corresponde a las tradiciones del juego. Nosotros columpiamos los otros 13 bastones. Creo que con el putter debería ser igual». El legendario Jack Nicklaus también se mostró partidario de la prohibición: «Todos ellos aprenderán a ajustarse —comentó con respecto a los cambios—. Como todo lo demás, ellos se acostumbran y lo superarán. Hemos tenido cambios con pelotas, las cabezas de madera, ranuras, todo tipo de cambios. Los jugadores se han ajustado a ellos y se ajustarán a éste».
«Creemos que un jugador debe sostener el palo lejos de su cuerpo y balancearlo libremente —comentó Mike Davis, Director Ejecutivo de la USGA—. El golf es un juego de capacidad y desafío, y creemos que esa es una parte importante del mismo.»
El problema con una decisión de este tipo, radica en lo justo o injusto de prohibir los avances tecnológicos, que permiten a algunos jugadores potenciar su desempeño a niveles que van más allá de lo que conseguirían utilizando herramientas tradicionales. Hace poco más de dos décadas vivimos el caso de las ranuras cuadradas de los hierros y maderas marca Ping, que fueron prohibidos por la USGA y el R&A, pero debieron permitir el uso de un modelo en particular el Eye-2, debido a que perdieron la demanda legal correspondiente.
Las decisiones tomadas no estarán blindadas en contra de una posible demanda legal, a raíz de este cambio; sin embargo, la USGA no está preocupada si esto llegase a surgir. «Necesitamos hacer lo que creemos que es correcto —dijo Davis—. Sería una vergüenza para nosotros si nos atemorizamos a causa de un litigio por hacer lo correcto».
Los tres circuitos más importantes del planeta, el PGA Tour, el Tour Europeo y el LPGA Tour comentaron que evaluarán con sus jugadores la regla propuesta. Sin embargo, después de una declaratoria tan definida por parte de los dos organismos que rigen el golf, se ve realmente difícil que pudiese surgir una modificación a los cambios de la misma.
Ya hemos dicho antes que el golf es un deporte basado en tradiciones y en un espíritu que favorece a la igualdad en la competencia. El capítulo de los putters largos pasará a la historia en unos años más y, sin duda alguna, otros cambios para surgir nuevas polémicas en el futuro.
fdebuen@par7.mx
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