El PGA Tour continúa dando tumbos con la organización de la Copa Fedex. No conformes con el ridículo triunfo de Bill Haas hace un año, aún con cambios en el sistema de puntuación, dejaron abierta la puerta para un nuevo desatino; éste llegó con el nombre de Brandt Snedeker, quien tuvo en la temporada regular un solo triunfo y cuatro top-ten, concluyendo la misma en el lugar 19; pero tuvo la suerte de ganar el Tour Championship, por lo que se hizo acreedor también al campeonato de la Copa Fedex.
Relegados al olvido quedán Rory McIlroy, Tiger Woods —los mejores de la temporada— y todos aquellos jugadores que tenían más méritos que el eventual campeón, por culpa de un sistema de puntuación que camina entre el la estupidez y la injusticia.
Si la famosa Copa fuera tan sólo el gran torneo final de la temporada y a su campeón, más allá de los 10 millones de dólares que se lleva por su hazaña —en este caso más de 11.4, por haber ganado también el Tour Championship—, se le diera únicamente el crédito por ser el triunfador de la serie final del calendario, todo estaría bien y, quien resultase nombrado por sus propios compañeros como Jugador del Año, ocupara las portadas de las publicaciones del PGA Tour en 2013, los aficionados al golf quedaríamos conformes. Pero en aras de comprometerse con el patrocinador que entrega decenas de millones de dólares, al circuito estadounidense se le olvida el respeto al espíritu del juego, y prefieren ensalzar la figura de un campeón de pacotilla, que darle el crédito a quien le corresponde. A partir del año próximo, Brandt Snedeker aparecerá como el héroe de 2012, a pesar de un cuestionable currículum deportivo.
Una de las grandes quejas de Tiger Woods con respecto a estos playoffs, era que un jugador podía ganar los tres primeros torneos y no obtener la Fedex; poco le faltó para tener boca del profeta, pues el norirlandés McIlroy ganó dos de los tres —el Deutsche Bank Championship y el BMW Championship—, pero no ganó la Copa.
La única razón que aduce el PGA Tour para utilizar su método de puntuación es para permitir que cualquiera de los 30 participantes en el torneo de East Lake tenga posibilidades de llevarse la Copa. Lo que a mí se me ocurre es que es una enorme tontería permitir que esto pudiese suceder. ¿Con qué cara puede la organización profesional de golf más poderosa del planeta presumir como número 1 a un jugador y tuvo un desempeño apenas arriba de la mediocridad y cuyo palmarés durante los 10 meses de la temporada no es ni la sombra de lo que otros lograron?
La respuesta es muy sencilla: millones y millones de dólares.
Ahora bien, ¿por qué tantas tonterías? Porque a pesar de su inconmensurable poder económico, paradójicamente el PGA Tour nunca ha podido llevar a uno de sus torneos al nivel de los cuatro grand slam de cada año y, si bien avala a estos campeonatos, no obtienen los beneficios económicos de ninguno de ellos.
Con los Playoffs de la Copa Fedex, nos queda claro que más allá de un evento emocionante y competitivo, la Gira busca generar cuantiosos ingresos, sin importarle un comino si el ganador de la serie tiene o no los méritos para ello.
¿Qué hacer?
En realidad, la solución es bastante simple y, consiste en tres modificaciones: la primera, no otorgar quíntuples puntos a los cuatro torneos de los Playoffs, sino triples como máximo, con el fin de no demeritar a los torneos de la temporada regular, otorgando, en todo caso, cuádruples en el evento final; la segunda, conservar los puntos acumulados durante toda la serie, sin el borrón y cuenta nueva que se hace antes del Tour Championship; y, por último, evitar de cualquier manera que un jugador que no haya ganado al menos un torneo en la temporada, pudiese ganar la Fedex. Si al llegar al cuarto evento, sólo hay cinco o seis jugadores con posibilidades de llevarse la Copa, pues serán entonces los únicos con méritos suficientes para aspirar al mencionado título. Los demás sólo evidenciarían las debilidades del sistema.
Pero no todo es despotricar en contra de una organización simplona, pues sería injusto no alabar la estupenda actuación de Snedeker el pasado fin de semana, mostrando una combinación implacable de frialdad y buen golf, destacando, por supuesto, un juego sobre el green que lo separa de los demás. Aparte de ser inmensamente más rico, Brandt será, a partir del pasado domingo un referente importante en el golf profesional de los Estados Unidos.
Haberlo escogido en lugar de Hunter Mahan para formar parte de la Copa Ryder, fue una jugada arriesgada para el capitán Davis Love III, sólo que ahora está plenamente justificada.
fdebuen@par7.mx
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