Par 7 online, primer aniversario

Fernando de Buen


El día 12 julio de 2011 se publicó el número 1 de un nuevo esfuerzo editorial, Par 7 Online, el hermano digital de nuestra revista impresa. No son pocas las razones que justificaron su nacimiento y trataré de enumerarlas en este espacio.

En alguna de mis editoriales mencioné que cada edición impresa de Par 7, requería para la fabricación de papel la celulosa de seis árboles medianos; debo añadir que en ese entonces, el tipo de papel al que recurríamos era de un gramaje mucho menor al actual. No quiero calcular el número que habría que destruir para las actuales ediciones.

Ahora bien, más allá de la materia prima de nuestra revista, está una predicción que no es difícil de adivinar: la necesidad de conservar nuestras principales fuentes de oxígeno se ha vuelto tan imperante, que en menos tiempo de lo que imaginamos quedará prohibida la producción de periódicos y revistas en papel. Éste se habrá vuelto tan caro que será impráctico utilizarlo para tales fines y acaso, será reservado para la producción de libros, que habrán de volverse objetos de un costo mucho más elevado que el que tienen ahora.

Al mismo tiempo que se encarecerá el papel, disminuirán los costos del Internet y las tabletas electrónicas, haciéndolos accesibles a la población económicamente activa. Esto provocará que el público se suscriba únicamente por el acceso al material digital que cada mañana llegará como por arte de magia a su computadora, tableta o teléfono inteligente (smartphone), por la vía del correo electrónico —como es nuestro caso— o la actualización periódica del contenido de un programa.

Si bien la tecnología ya nos permite convertir las estáticas fotografías de un periódico en imágenes animadas o videos, que el tipo de letra pueda ampliarse o reducirse al gusto del perceptor, que además puedan marcarse textos como tradicionalmente se hace con un plumón resaltador o incluso enviar notas de estas publicaciones por correo electrónico a otras personas —posibilidades todas que justificarían el uso de estos aparatos aún sin la necesidad de pensar en los riesgos ambientales—, queda claro que nada de esto se compara con la sensación de palpar el papel o incluso de percibir su aroma, mientras se recorren sus páginas durante el desayuno. Estos extraños placeres, precisamente, son los que están todavía fomentando la resistencia a un cambio que ya no debería esperar. Pero ante la inminencia de tal modificación a las costumbres humanas, nuestro Par 7 Online se ha venido preparando desde hace ya 12 meses, para complementar y eventualmente sustituir a su hermano mayor. Esto —insisto— no será una decisión inmediata, pero me queda claro que las legislaciones tomarán cartas en el asunto. Cuando ello suceda el Par 7 digital no sólo conservará el liderazgo que ya ostenta en el mercado de las publicaciones de golf por Internet, sino que además hará suyo el que hoy privilegia a nuestra revista impresa.

De los aproximadamente 500 lectores que tuvieron acceso al número 1 de nuestro correo semanal, hoy son más de 18 mil los que acceden a sus páginas virtuales, ya sea por medio del correo electrónico que reciben cada semana o a través de la visita a nuestro portal en Internet. Si bien el número ya es respetable, aún son muchos los golfistas que eventualmente se unirán a nuestra comunidad. Aprovecho el espacio para pedirles a ustedes, queridos amigos (y que quede claro que de acuerdo con las reglas de nuestro idioma, al pluralizar amigos abarcamos ambos géneros), que inviten a quienes ustedes deseen a formar parte de este esfuerzo. Sólo basta el nombre, correo electrónico, ciudad de residencia y, si es el caso, el club donde juega el recomendado.

Vivimos en un mundo en el que, desafortunadamente, el avance de la ciencia y la tecnología es directamente proporcional con el descuido a nuestro planeta. Algunas grandes economías se niegan a adoptar programas que prohíban o limiten el uso de materiales cuya combustión afecte al medio ambiente. Sin embargo, otras naciones hacen su mayor esfuerzo para optimizar el uso de recursos naturales renovables y no renovables, en aras de mantener a nuestro mundo en el mejor estado posible. A ellas se han unido millones de esfuerzos empresariales, familiares y personales que comparten esta inquietud. Par 7 no podría ser la excepción.

Dejemos, pues, que el futuro nos alcance y reservemos el uso de árboles a sus muchas funciones ecológicas, a proporcionarle oxígeno al planeta y a seguir siendo protagonistas de escenarios incomparables en parques, jardines, boques y, por supuesto, campos de golf.

Que venga el cambio cuando tenga que venir. Ya estamos preparados.

Par 7 online, primer aniversario. ¡Que vengan muchos más! Gracias por su preferencia.

fdebuen@par7.mx