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Óptimo rendimiento

Obstáculos psicológicos para el

óptimo desempeño deportivo

Dr. Alejandro Gómez Cortés



En El IMMP (Instituto Mexicano de Medicina Psicosomática), orientamos el entrenamiento en óptimo desempeño hacia el desarrollo armónico de las cualidades físicas y mentales necesarias para enfrentar de manera sana y eficiente el deporte, el trabajo, y el vivir en general. En esta ocasión me orientaré, de manera preferente, al deporte.

Aunque no se puede generalizar un modelo único de entrenamiento para óptimo desempeño, debido a que cada actividad tiene sus particularidades, trataré de resumir algunos aspectos que les son comunes:

Para adquirir dominio en cualquier deporte o arte se requieren básicamente dos condiciones: a) poseer aptitudes y b) dominio técnico.

Como aptitudes me refiero a las cualidades físicas y mentales idóneas para realizar la actividad que se pretenda dominar. Es diferente el tipo físico ideal para ser futbolista, basquetbolista o bailarín. Un basquetbolista por ejemplo, requiere ser alto, fuerte y delgado, mientras que un bailarín puede lograr más si es elástico y ágil, solo por poner algunos ejemplos. Para desarrollar las aptitudes se requiere de un trabajo de acondicionamiento y desarrollo físico en general.

Por otro lado, la habilidad técnica necesaria para tensar un arco, sujetar un palo de golf o pulsar una guitarra, requieren de un entrenamiento más intelectual, específico, y de mayor precisión. Para que los elementos técnicos se asimilen a las propias cualidades, el proceso debe ser consciente e inteligente. La técnica debe guiar, pero no determinar la manera de hacer las cosas. Cada quien debe descubrir su propio estilo.

Algunas actividades como el box, la halterofilia, etc. necesitan de un entrenamiento más físico; otros son más exigentes en el trabajo intelectual, como ejemplo tenemos el billar, el tiro con arco y el golf; y hay otros que requieren ambos, como es el caso del tenis.

Trátese de la actividad de que se trate, lo que conduce un entrenamiento exitoso es el estado de la mente desde dos aspectos: a) las funciones cognoscitivas como son la atención, la memoria, la concentración y, en particular, la auto observación del cuerpo propio. Funciones que suelen mejorar bajo tratamientos específicos como los ejercicios respiratorios o disciplinas como el yoga o el tai chi, y b) la estructura de la personalidad que comprende entre otros: equilibrio emocional, consciencia, voluntad, aplomo y, en particular, la tolerancia a la frustración. Aspectos que suelen requerir algún tipo de psicoterapia en la mayoría de las veces.

En nuestra experiencia clínica de casi treinta años en el IMMP, hemos atendido a muchos atletas que han tenido prácticas de entrenamiento físico y técnico rigurosos, y que se han estancado o retrocedido en sus logros porque han mecanizado su esfuerzo sin mediar la auto observación. Un trabajo físico intenso puede generar lesiones irreparables y la repetición de una técnica puede automatizar la motricidad al grado de atrofiar la espontaneidad.

Durante el desarrollo infantil, por influencia de la familia y la sociedad, el ser humano estructura dos instancias psíquicas conocidas una como el Yo ideal y otra como el ideal del Yo. Las describiré de manera somera para explicar algunos conceptos útiles a nuestro propósito.

El yo ideal comprende aquellas metas que nos trazamos a partir de que vamos descubriendo quienes somos y de cuanto somos capaces, es lo que, en conjunto, podríamos llamar la vocación, refleja lo que deseamos ser y hacer y motiva la sana voluntad de lograrlo conforme a las facultades naturales. El propio Yo es el que auto observa, sin juicio y con expectación gozosa. Un fracaso se mira como algo a vencer y mantiene el deseo de seguirse superando, así, el deporte es vivido como recreación, juego y disfrute aún en situaciones de competencia, semejante a la experiencia del niño que explora el mundo y en él, prueba sus habilidades.

El ideal del Yo, en cambio, está relacionado con lo que se espera que seamos, con lo que se debería ser idealmente y, puesto que es alimentado por el narcisismo, la persona se manifiesta con poca tolerancia a la frustración ante el fracaso, el afectado suele reaccionar con rabia, envidia, voracidad e intolerancia a la crítica, al grado de poder abandonar sus intereses por frustración aún cuando posea cualidades. En la mayoría de los casos una persona sometida por el ideal del Yo debe recibir alguna forma de psicoterapia además del entrenamiento en óptimo desempeño.

dr_gomez@prodigy.net.mx


Instituto Mexicano de Medicina Psicosomática
Institución Médica especializada en el tratamiento, enseñanza e investigación de los procesos mentales sanos y patológicos.

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